Los indignados de Am¨¦rica Latina
Los estallidos sociales y pol¨ªticos de Espa?a y de Londres y otras ciudades inglesas tienen algo que ver con la primavera ¨¢rabe, en la medida en que todos encierran un componente econ¨®mico importante, aunque no fuera decisivo. El hast¨ªo con un sistema pol¨ªtico partitocr¨¢tico en Espa?a, la inminencia de sucesiones din¨¢sticas o la perpetuaci¨®n de las mismas bajo reg¨ªmenes dictatoriales, se combin¨® con recortes presupuestarios y un sentimiento de exclusi¨®n que no encontraba cauces institucionales.
Pero lo que hoy sucede en Chile, y tambi¨¦n en otros pa¨ªses latinoamericanos con menor intensidad, es algo muy distinto, y m¨¢s enigm¨¢tico. Se presta a una especulaci¨®n algo superficial y a la vez m¨¢s entretenida que en los otros casos.
La regi¨®n ha crecido, pero necesita nuevas estructuras pol¨ªticas, educativas y de acceso a la cultura
La desigualdad persiste cada vez m¨¢s intolerable, justamente, debido al auge econ¨®mico
Como ha sugerido este diario en su editorial del 11 de agosto, lo extra?o de Chile es la conjugaci¨®n del ¨¦xito econ¨®mico con la impopularidad presidencial y la movilizaci¨®n estudiantil masiva contra el Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era. No me refiero al supuesto milagro econ¨®mico chileno de los ¨²ltimos 25 a?os, sino al desempe?o en 2010 y 2011: un crecimiento del 5,2% el primer a?o, y previsiones del 6,5% o m¨¢s para este.
Como era de suponer, la buena gesti¨®n macroecon¨®mica de los Gobiernos de la Concertaci¨®n y del actual, aunada al sostenimiento de los precios del cobre gracias a la ins¨®lita demanda china, le permiti¨® a Chile una ca¨ªda muy moderada en 2009 (1,5%), y una posterior recuperaci¨®n muy vigorosa.
Y entonces ?por qu¨¦ decenas de miles de estudiantes chilenos -cada vez m¨¢s acompa?ados por sus padres- han tomado las calles de Santiago en las manifestaciones m¨¢s nutridas (y m¨¢s violentas tambi¨¦n) desde el fin de la dictadura en 1989? Y ?por qu¨¦ Sebasti¨¢n Pi?era tiene el peor ¨ªndice de popularidad (26%) desde la transici¨®n en 1989?
En principio, por motivos muy concretos: la gratuidad y la calidad de la educaci¨®n superior en un pa¨ªs donde obviamente se fue demasiado lejos en la privatizaci¨®n de las universidades, y tambi¨¦n, en un segundo momento, para protestar contra la represi¨®n excesiva de las primeras manifestaciones. Pero no basta esta explicaci¨®n. Quiz¨¢s tambi¨¦n la movilizaci¨®n se explica por razones parecidas a las que explicaron en parte la paradoja peruana, reflejada en las elecciones presidenciales de junio.
Per¨² ha sido el pa¨ªs de la regi¨®n con los mejores resultados econ¨®micos del ¨²ltimo decenio. Creci¨® a un promedio de casi un 6% al a?o, redujo seriamente la pobreza, y hasta la ancestral desigualdad del pa¨ªs disminuy¨®, aunque modestamente.
Y, sin embargo, los dos presidentes responsables de este notable logro, Alejandro Toledo y Alan Garc¨ªa, terminaron sus respectivos mandatos con ¨ªndices de popularidad pat¨¦
ticos, y fueron aplastados en las urnas, de distintas maneras, por un personajeindescifrable y exc¨¦ntrico, Ollanta Humala, que va y viene de un d¨ªa a otro entre un clon de Hugo Ch¨¢vez y un Lula wannabe.
Un fen¨®meno an¨¢logo ya se vislumbra en Uruguay, el pa¨ªs que m¨¢s avances ha alcanzado en materia social y econ¨®mica en Am¨¦rica Latina desde principios de siglo. Ha reducido la pobreza externa a una m¨ªnima expresi¨®n, manteniendo tasas de crecimiento econ¨®mico envidiables, entregando una computadora personal para ni?os a cada alumno de Primaria en el pa¨ªs. Vive un boom (o burbuja) de bienes ra¨ªces en Montevideo impresionante. Entonces ?por qu¨¦ el Frente Amplio se encuentra dividido, las encuestas de popularidad del Gobierno y del presidente M¨²jica se tambalean, y reina un ambiente de apat¨ªa y pesimismo en la Rep¨²blica oriental?
Por ¨²ltimo, la impenetrable Argentina. Despu¨¦s de la debacle de 2001-2002, ha gozado de una expansi¨®n econ¨®mica impresionante, alcanzando un incre¨ªble 9,2% en 2010, y probablemente por encima del 7% este a?o. La inflaci¨®n ciertamente es superior a la que el Gobierno dice, gracias a un ¨ªndice manipulado, pero sigue bajo control. La presidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, se mantiene como la gran favorita para triunfar en las elecciones presidenciales de octubre, gracias a estos datos, a la divisi¨®n de sus rivales y al efecto viudez (sigue casi siempre vestida de luto por su fallecido esposo, N¨¦stor Kirchner), pero en las ¨²ltimas elecciones provinciales, en la capital federal, en C¨®rdoba y en Santa Fe, sus candidatos han perdido -por mucho- y la oposici¨®n ha ganado. Arras¨® en la primaria del 13 de octubre, pero algo de malestar subsiste.
?Qu¨¦ sucede en Am¨¦rica Latina? Hay respuestas parciales y parcialmente ciertas. El crecimiento es real, se dice, pero la desigualdad persiste, y se torna cada vez m¨¢s intolerable, justamente, debido al auge econ¨®mico. Verdad a medias, porque efectivamente la desigualdad subsiste, pero como han demostrado Nora Lustig y Luis L¨®pez-Calvo en un trabajo comisionado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo resumido en estas p¨¢ginas hace alg¨²n tiempo, entre los a?os 2000 y 2007 disminuy¨® en todos estos pa¨ªses (y en M¨¦xico y Brasil tambi¨¦n). Es cierto que la crisis de 2009 pudo haber detenido la tendencia en algunos pa¨ªses (en Brasil, no, por ejemplo) y en Chile, por ejemplo, la reducci¨®n ha sido m¨ªnima, sobre todo a la luz de tantos a?os de ¨¦xito econ¨®mico. Pero tampoco ha sido revertida ni fue motivo de movilizaciones antes.
Otra explicaci¨®n cierta pero insuficiente reside en el rechazo de amplios sectores de la poblaci¨®n, sobre todo entre j¨®venes, a un sistema de representaci¨®n democr¨¢tica que al ser restaurado o iniciado hace a?os parec¨ªa una maravilla (a la luz de las dictaduras anteriores), pero que con el tiempo se ha esclerotizado. Se ha vuelto una garant¨ªa de monopolio de una partitocracia cada vez m¨¢s odiosa por excluyente y burocr¨¢tica, en ocasiones corrupta, que ha generado anticuerpos como la candidatura independiente de Marco Enr¨ªquez-Ominami en Chile, de Marina Silva en Brasil y del propio Humala en Per¨².
Otro posible motivo, m¨¢s preocupante porque es m¨¢s dif¨ªcil de atender, consiste en la falta de empleos para j¨®venes, incluso con educaci¨®n universitaria, en muchos de estos pa¨ªses, tanto por las dimensiones de la econom¨ªa informal como por la exig¨¹idad y la rigidez del mercado formal de trabajo.
En muchos casos -quiz¨¢s no en Brasil- el auge econ¨®mico ha sido generado por el boom de commodities en el mundo: hierro, cobre, soja, carne, petr¨®leo, az¨²car, etc¨¦tera, que trae divisas y atrae inversi¨®n extranjera, pero genera pocos empleos. El fisco tiene dinero, puede gastar incluso en pol¨ªtica social y combatir la pobreza, pero los j¨®venes de las ciudades no encuentran trabajos bien pagados, o trabajos a secas. Los indicadores macro se ven bien, la pol¨ªtica social funciona, pero al sector llamado nini (ni estudian ni trabajan) no le llegan los beneficios de la insaciable demanda china e india, motor de estas econom¨ªas.
El problema de fondo yace quiz¨¢s en un sentimiento de inequidad: al pa¨ªs le va bien, pero a m¨ª no, o en todo caso no tan bien como yo quisiera, como yo pienso que merezco, como debiera ser. El ensanchamiento de las clases medias latinoamericanas -espectacular a lo largo de los ¨²ltimos 15 a?os en varios pa¨ªses- no se ha visto acompa?ada de una adecuaci¨®n de las instituciones propias de sus democracias representativas, de sus aparatos educativos, de la inserci¨®n juvenil en los mercados de trabajo, de construcci¨®n de ventanas de acceso a la cultura. Conviene recordar al respecto, guardando todas las proporciones, las Casas de los J¨®venes y de la Cultura que cre¨® Andr¨¦ Malraux durante parte de las llamadas tres d¨¦cadas gloriosas, es decir, el momento de la expansi¨®n tambi¨¦n espectacular de las clases medias en Francia. Pero recu¨¦rdese tambi¨¦n el desenlace: Mayo del 68, y la famosa expresi¨®n de Pierre Viansson-Pont¨¦, en la v¨ªspera del estallido: "Francia se aburre".
La transformaci¨®n social de Am¨¦rica Latina en los ¨²ltimos 15 a?os ha sido fenomenal. La mutaci¨®n pol¨ªtica la antecedi¨®, la permiti¨® y la alent¨®, pero hoy su expresi¨®n se ha transformado en un acompa?ante disfuncional, que crea m¨¢s problemas de los que resuelve. La regi¨®n necesita nuevas estructuras pol¨ªticas, educativas y de acceso a la cultura y a la diversi¨®n. Son los costes del ¨¦xito, o de la prosperidad.
Jorge Casta?eda fue canciller mexicano y es profesor de la Universidad de Nueva York y de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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