El Cabe buscaba clientes
Los dos j¨®venes detenidos por ofrecer estramonio que caus¨® dos muertes en Getafe "abr¨ªan mercado", seg¨²n la polic¨ªa - "Mi hijo no es un camello", dice el padre
En un barrio de casitas bajas de Coslada, detr¨¢s de un descampado donde los adolescentes queman caucho a bordo de sus motos, vive Iv¨¢n Montalvo, de 23 a?os. En el sal¨®n de su casa cuelga un retrato suyo de la comuni¨®n, vestido de marinero, y otro de cuando era m¨¢s peque?o, disfrazado de chulapo. La polic¨ªa irrumpi¨® el mi¨¦rcoles en la vivienda, de doble planta y con patio trasero, y se llev¨® detenido al chico, apodado El Cabe. Se le acusa de haber preparado junto a su novia Cristina, de 19 a?os, una infusi¨®n de estramonio, una planta venenosa y alucin¨®gena, que distribuy¨® el domingo en una rave de Getafe. Al d¨ªa siguiente, cuando la fiesta termin¨®, dos estudiantes de 18 a?os que hab¨ªan probado el brebaje fueron encontrados muertos cerca del caser¨®n abandonado conocido como El Monasterio donde se hab¨ªa celebrado la fiesta clandestina.
Sin camiseta, Eusebio Montalvo, el padre, abre la puerta de su casa en una tarde bochornosa: "Mi hijo no es un camello. La gente que va a ese tipo de fiestas lleva drogas y unos se las pasan a otros. Lamento mucho la muerte de estos chicos, estoy muy impresionado, pero mi hijo no es un asesino". De todos modos, el padre pide prudencia hasta que aparezcan los resultados de la autopsia de los fallecidos. "Habr¨¢ que ver si esa planta fue lo que les mat¨® o es otra cosa. La juventud se mete en unos l¨ªos...", incide mientras se pone las manos en la cabeza.
Los investigadores han comprobado que fue en esta casa donde El Cabe y su novia prepararon la infusi¨®n a base de semillas de esta planta silvestre que crece en barrancos y huertos. La introdujeron en una botella de pl¨¢stico de medio litro y, seg¨²n la versi¨®n de los testigos, la distribuyeron gratis despu¨¦s en la rave. Eso lleva a pensar a la polic¨ªa que los chicos estaban "abriendo mercado". Es com¨²n que los peque?os traficantes vayan de fiesta en fiesta dando a probar drogas desconocidas que pretenden introducir en el circuito del consumo. Por ello, la polic¨ªa considera a la pareja responsable de un delito contra la salud p¨²blica y dos delitos de homicidio imprudente, uno por cada una de las muertes.
Los agentes terminaban anoche de interrogar a Iv¨¢n y Cristina en la comisar¨ªa de Getafe. Est¨¢ previsto que a lo largo de esta ma?ana pasen a disposici¨®n judicial, seg¨²n inform¨® la Jefatura. A El Cabe lo hab¨ªan apresado 24 horas antes. Uno de los presentes en la rave hab¨ªa facilitado el apodo de Iv¨¢n, el hilo del que tir¨® la polic¨ªa. Los agentes se toparon con m¨¢s de uno con ese mote.
Por momentos se dificult¨® su b¨²squeda, tal y como explic¨® el comisario de Getafe, Miguel ?ngel Gonz¨¢lez Reguero, quien ofreci¨® en una rueda de prensa los detalles de la operaci¨®n. Pero al fin dieron con ¨¦l en un barrio de Coslada, al este de Madrid. All¨ª es conocido por estar siempre acompa?ado de un hermano menor, al que apodan de la misma forma, y por los ratos que pasan ambos en un p¨¢ramo, montados a lomos de una moto de cross. Iv¨¢n estaba orgulloso, seg¨²n un amigo, de haber sido entrevistado en televisi¨®n durante San Canuto, una fiesta universitaria antes de los ex¨¢menes.
Una vez en comisar¨ªa, El Cabe dijo que hab¨ªa ido a la rave acompa?ado de su novia y facilit¨® su tel¨¦fono m¨®vil. Los agentes la llamaron. La chica se prest¨® a hablar, sin estar acusada de nada. Pero Cristina tuvo que decir algo en su relato que la involucr¨® porque acab¨® detenida.
El Cabe arrastra antecedentes policiales por violencia de g¨¦nero. Una exnovia que vive en su misma calle le denunci¨® por malos tratos. Pas¨® un tiempo en la c¨¢rcel de Alcal¨¢ Meco, seg¨²n su padre, quien en este caso tambi¨¦n defiende su inocencia. "El chico est¨¢ teniendo un problema detr¨¢s de otro", dice a punto de dar por terminada la conversaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.