Al otro lado de la fiesta
Est¨¢n ah¨ª para que los dem¨¢s puedan divertirse. Cada Aste Nagusia hay varios grupos de personas que, desde sus puestos de trabajo, velan por que los dem¨¢s disfruten de los nueve d¨ªas de fiesta. Surten a los ciudadanos de bebida y comida, les transportan de un lugar a otro, mantienen la higiene en las calles y atienden problemas de salud derivados de los excesos nocturnos. Hay quienes, a pesar de desempe?ar labores complicadas y a veces desagradables, logran divertirse.
"La gente entra y te contagia. Te hablan e involucran sin querer en la juerga. No est¨¢ tan mal", explica Noelia Fern¨¢ndez, empleada de una tienda de golosinas que ampl¨ªa su horario, como tantas otras, en estos d¨ªas. Adem¨¢s de dulces, en sus estanter¨ªas se pueden encontrar tambi¨¦n alcohol y sandwiches. La crisis se ha dejado notar tambi¨¦n en este tipo de establecimientos.
M¨¢s de 200 operarios de limpieza trabajan desde las seis de la ma?ana
"La gente entra y te involucra sin querer en la juerga", dice una dependienta
"Antes llegaban y se llevaban media tienda y te dejaban hasta propina. De dos a?os a esta parte ha bajado mucho la cosa. Nos aburrimos incluso. Limpiamos una vez y otra m¨¢s...a veces ya no sabemos qu¨¦ hacer", confiesa Idoia, que despacha en una tienda del Casco Viejo, donde dos personas hacen el turno de noche, de dos a diez de la ma?ana, durante toda la Aste Nagusia. Abren las 24 horas del d¨ªa. El tir¨®n de estos negocios para la compra de alcohol y comida entre los j¨®venes es fuerte. Open Cor, la firma de El Corte Ingl¨¦s que recientemente abri¨® en la capital vizca¨ªna una tienda de conveniencia, atiende al p¨²blico de ocho de la ma?ana a dos de la madrugada. Su adaptaci¨®n a la fiesta es evidente. Varias estructuras colocadas para la ocasi¨®n soportan decenas de botellas de dos litros de Coca-Cola junto a cartones de vino tinto y katxis -vasos grandes- de pl¨¢stico. La bebida de alta graduaci¨®n se apila tras la caja.
Uno de los aspectos que m¨¢s llama la atenci¨®n de los bilba¨ªnos es la eficacia del servicio de limpieza callejera. Tras las intensas fiestas nocturnas, afloran m¨²ltiples residuos. El objetivo que se marca el servicio de limpieza municipal es que a las 11.30 el recinto est¨¦ "como nuevo". En grupos de entre dos y tres operarios, un servicio especial compuesto por 222 personas y 102 veh¨ªculos y m¨¢quinas garantiza que el centro festivo de la villa se mantenga limpio. son refuerzos procedentes de otras zonas de la ciudad. Empiezan a trabajar a las seis de la ma?ana y no es raro que les toque indicar a los turistas una direcci¨®n. Tambi¨¦n reciben felicitaciones y alguna que otra bronca por apuntar con las mangueras de agua a presi¨®n hacia la direcci¨®n equivocada. Suelen encontrar "de todo" en las calles. "El primer d¨ªa te desmoralizas, aunque no sea tu primer a?o en fiestas. Hay mucho curro. Luego vienes contento. A mi no te creas que me apetece volver a mi ruta habitual, La Pe?a, es bastante peor que esto", cuenta Joseba, ataviado con un mono verde y naranja reflectante, uniforme oficial de los miembros de este servicio.
En un total de 29 m¨®dulos repartidos por el recinto, dotados de 125 inodoros, hay personal que reparte papel higi¨¦nico y se asegura de que dichos espacios se mantengan limpios. Es el caso de Eula Monsuy, una guineana que asegura que la gente es, en general, "muy educada" y que el turno se le pasa "r¨¢pido" porque se entretiene con las conversaciones de la gente y su constante ir y venir.
Los sanitarios de la DYA no paran en los nueve d¨ªas, aunque el pr¨®ximo fin de semana ser¨¢ "el peor" porque la gente "pondr¨¢ toda la carne en el asador". De momento, acumulan m¨¢s de medio centenar de salidas, en su mayor¨ªa por intoxicaciones et¨ªlicas y por opi¨¢ceos, seg¨²n cuenta Nico. Pese a todo, una buena noticia, a falta del informe final, parece que la agresiones han descendido en esta Aste Nagusia.
En los bares, cientos de camareros se dividen entre la barra y las terrazas. El ritmo es fren¨¦tico. "Cobras m¨¢s estos d¨ªas y compensa, pero acabas agotado hasta las siguientes fiestas", bromea Itziar Iturriaga, con 15 Semanas Grandes a sus espaldas.
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