El a?ejo placer de la cerveza
Los egipcios atribuyen a Osiris el descubrimiento de la cerveza
En la Epopeya de Gilgamesh, compuesta hace m¨¢s de tres mil setecientos a?os, se escribe que cuando Utanapishiti el Lejano, constructor de la barca que salvar¨¢ al mundo del Diluvio Universal, termina la hermosa nave, dice a los artesanos que le ayudaron a culminarla: "Para mis trabajadores sacrifiqu¨¦ bueyes, / y corderos mat¨¦ a diario. / Cerveza, cerveza fina, aceite y vino / di a mis trabajadores como agua de un r¨ªo, / para que disfrutasen de un fest¨ªn como en los d¨ªas del A?o Nuevo". Sin embargo, los egipcios, ignorantes del poema, pensaban que el dios Osiris hab¨ªa olvidado una cebada germinada, que hab¨ªa cocido en las puras aguas del Nilo, de la cual el sol hab¨ªa hecho una pasta que hab¨ªa fermentado y que el dios bebi¨®, y descubri¨® que hab¨ªa descubierto la cerveza, y en su contento la regal¨® a los hombres. No nos queda claro, despu¨¦s de tanto descubrimiento sucesivo, a quien debemos el placer de la cerveza, aunque si parece meridiano que su antig¨¹edad es mucha, y que el placer que encontraron los hombres al tomarla tambi¨¦n. Lo que sabemos es que su fabricaci¨®n depende de la cebada, grano de inferior calidad que el trigo, pero al que sustituy¨® en abundantes ocasiones para que los pueblos se alimentasen de pan. Tard¨® en llegar a Europa, pero cuando se comprob¨® que su cultivo se lograba con m¨¢s facilidad que otros cereales en los suelos pobres, la Grecia cl¨¢sica se llen¨® de campos de espigas, y los fil¨®sofos pudieron dedicarse a sus lucubraciones ya que ten¨ªan de qu¨¦ comer. Lo mismo sucedi¨® en los amplios y fr¨ªos campos que rodean al T¨ªbet, cuya cultura y expansi¨®n fueron posibles por el alimento que les procuraba, tanto es as¨ª que aun es posible seducirse con las bolas que con su harina fabrican, y que comen con delectaci¨®n, mojadas, claro, en cerveza. No obstante, la cebada es un alimento que se cultiva en la actualidad por doquier, en especial en las grandes plantaciones que poseen las llanuras de Rusia, en Canad¨¢, en Ucrania y en Turqu¨ªa, aunque su consumo directo en forma de pan por el hombre est¨¢ muy limitado. Es m¨¢s rentable su utilizaci¨®n para hacer piensos animales, y en primer lugar para su transformaci¨®n en alcoholes, de los que la cerveza ya hemos indicado que se lleva la palma, pero sin olvidar otros de mayor graduaci¨®n y precio, como la ginebra que destilan los holandeses; o como el whisky.
Porque hablando del whisky, deberemos saber que la cebada compone la mayor¨ªa de los que se hacen en Irlanda y en Escocia, que no as¨ª los bourbon estadounidenses que son de ma¨ªz, y su historia se remonta a muchos siglos atr¨¢s. La cebada se maltea, se tuesta, se destila y surge el alcohol, que deber¨¢ pasar, si la pretensi¨®n es de calidad, por su envejecimiento en barricas que le dar¨¢n las ¨²ltimas y primordiales calidades. Porque f¨¢bricas de whisky en Escocia hay pocas, pero afinadores -como se llama a los expertos en el resultado final- muchos, que recorren el mundo buscando las maderas que har¨¢n felices a sus parroquianos. Las que contuvieron vino: Jerez, Oporto...
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