Se acab¨® la diversi¨®n

Ya est¨¢n llegando muchos de los que se fueron de vacaciones. Se les ve por la calle con el moreno puesto y la cara perezosa. Saben lo que les espera al reintegrarse a la rutina de la desesperanza y la indignaci¨®n. Adem¨¢s, dentro de nada tenemos elecciones. La campa?a, como de costumbre, estar¨¢ plagada de rayos y centellas de unos contra otros. No faltar¨¢n las voces apocal¨ªpticas que pregonan m¨¢s cat¨¢strofes todav¨ªa y un futuro m¨¢s temerario. La econom¨ªa manda, pero est¨¢ por los suelos. No se sabe lo que va a pasar a corto y medio plazo.

Se acab¨® la diversi¨®n, lleg¨® el comandante y mand¨® parar. Pero ?qu¨¦ comandante saldr¨¢ de las urnas? Esa es la cuesti¨®n. A ver qui¨¦n es el guapo que soluciona este marasmo. El PP da a entender que ellos tienen la f¨®rmula, cosa que muchos dudamos seriamente. Se presentan como salvapatrias, y todos nos ponemos a temblar porque esa palabra sabemos bien lo que puede significar. El PSOE anda bajo de moral porque, hasta el momento, no han conseguido gran cosa, habida cuenta de que tienen todo en contra. Es injusto que se les eche la culpa de todos los males del pa¨ªs, cuando todos sabemos que la crisis no empez¨® aqu¨ª sino en los despachos de los grandes financieros internacionales.

Los socialistas se est¨¢n comiendo un marr¨®n que no les pertenece. Eso lo sabe perfectamente la derecha, que no hace m¨¢s que incordiar y estropear m¨¢s el tomate que tenemos encima.

Algo habr¨¢ que hacer para que el desaliento no acabe con nosotros. Con un cinismo exquisito, Oscar Wilde dijo: "Tengo un gran defecto; solo me gusta lo mejor". Lo mejor no existe m¨¢s que en la imaginaci¨®n de algunos y en la falacia de otros. Venga, Madrid, lev¨¢ntate y anda. Por peores hemos pasado y aqu¨ª estamos.