La izquierda 'abertzale' busca el apoyo de los presos para su desmarque de ETA
Los reclusos debaten el Acuerdo de Gernika, que rechaza la violencia terrorista
Los presos de ETA est¨¢n debatiendo su adhesi¨®n o no al llamado Acuerdo de Gernika, que incluye el total desarme de la banda y "un definitivo abandono de su actividad armada", aunque tambi¨¦n una negociaci¨®n pol¨ªtica con importantes concesiones del Estado.
El debate ha sido impulsado por la izquierda abertzale, que ha llevado ese documento a las prisiones para atraer a sus tesis al mayor n¨²mero de reclusos -hay much¨ªsimos m¨¢s etarras presos que libres- aprovechando que ETA ha perdido en gran medida el control sobre sus presos.
El debate de los presos de la banda est¨¢ abierto, seg¨²n fuentes de la lucha antiterrorista. En sus manos est¨¢ el documento que partidos, sindicatos y agentes sociales de la izquierda abertzale suscribieron va a hacer ya un a?o.
El objetivo son los que no han declarado a¨²n su disidencia de la banda
En esta maniobra se enmarcan los gui?os de Bildu a los familiares de presos
Ah¨ª est¨¢n las tesis que suscriben Bildu, Aralar, LAB... y cuyo primer punto, el del "alto el fuego permanente, unilateral y verificable por la comunidad internacional", creen ya cumplido por ETA.
Pero el contenido del Acuerdo de Gernika, menos en donde habla del final de ETA, es rechazado por el Gobierno, ya que, insisten fuentes del Ministerio del Interior, mientras ETA exista no hay nada que negociar.
"La izquierda abertzale est¨¢ fomentando en las c¨¢rceles el debate sobre el documento de Gernika porque lo que pretende es controlar todo lo que era el entorno de la banda pero sin la tutela de ETA, que saben que se encuentra en una situaci¨®n de debilidad extrema", afirman las mismas fuentes.
La debilidad de la banda, especialmente en lo que ella misma denominaba "el frente de makos", est¨¢ siendo aprovechada "de manera organizada" por la izquierda abertzale para sumar adhesiones de presos al Acuerdo de Gernika.
Lo que pretende la izquierda abertzale que ha optado por la no violencia es sumar fuerzas a sus tesis para ganar el pulso que actualmente se mantiene en ese mundo entre los que optan por las v¨ªas exclusivamente pol¨ªticas -aunque de momento sin abominar de su historia- y los que pretenden la combinaci¨®n de bombas y votos.
El objetivo no son los presos que ya saben ganados (los que se han declarado abiertamente por el fin del ciclo de violencia), sino una masa no revelada de reclusos que, aunque no declaran abiertamente su disidencia de ETA y mantienen intacta su ideolog¨ªa independentista, s¨ª han visto que el terrorismo debe acabar.
?Son muchos? "Es imposible de cuantificar, pero es un grupo numeroso, posiblemente creciente, de gente que est¨¢ buscando soluciones individuales y que ya no se someten al control del colectivo de presos", dicen las fuentes.
No obstante, incluso el Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos (EPPK en sus siglas en euskera), la ortodoxia etarra en los presidios, hizo un amago de apoyar el documento. Sin embargo, dio marcha atr¨¢s.
Su jefa, Bel¨¦n Eg¨¹¨¦s, ni se plantea una disoluci¨®n de ETA sin una negociaci¨®n previa que incluya las reivindicaciones hist¨®ricas de ETA. Sus ojos est¨¢n puestos en el partido que llene las urnas el 20-N.
Pero el EPPK es consciente de que est¨¢ de capa ca¨ªda, de que apenas puede transmitir sus consignas (ni las recibe) y que el descontento entre su tropa se generaliza.
"Cuantos m¨¢s presos apoyen ese documento, m¨¢s peso ganan los partidarios de que el terrorismo se acabe y, al tener m¨¢s gente que apoya la v¨ªa de acabar con la violencia, debilitan la posici¨®n de la banda", insisten las fuentes. "Y son ellos los que han llevado el Acuerdo de Gernika a las c¨¢rceles, no ETA", que ahora carece de correos estables entre la direcci¨®n y los talegos.
La desarticulaci¨®n de H-Alboka (una estructura org¨¢nica de ETA para control del colectivo de presos y sus familiares, entre otras actividades, dirigida por abogados) y la ilegalidad de Askatasuna (aunque de facto segu¨ªa sus actividades) han facilitado ese movimiento. Y en esta maniobra se enmarcan los continuos gui?os de Bildu hacia los familiares de los presos y, por tanto, hacia estos mismos.
El documento es inequ¨ªvoco al optar por el definitivo abandono de la actividad armada, ya que el primer punto para llegar a "una situaci¨®n de no violencia con garant¨ªas" pasa por el alto el fuego de ETA que ya est¨¢ en vigor "como expresi¨®n de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada". Tambi¨¦n exige el acatamiento de los llamados Principios Mitchell y el primero es claro: "El desarme de todas las organizaciones paramilitares".
Claro que esos son principios pensados para "el di¨¢logo y la negociaci¨®n pol¨ªtica" y en el documento tambi¨¦n se insta al Gobierno a dar pasos ("decisiones e iniciativas", dice) que no va a dar. Por ejemplo, se reclama la derogaci¨®n de la Ley de Partidos, el fin de la ilegalizaci¨®n de organizaciones como Sortu o Batasuna o el final de la actual pol¨ªtica penitenciaria.
El documento, adem¨¢s, contiene apartados especialmente destinados a los presos, aunque para ello tienen que decidir abandonar la "defensa pol¨ªtica de su causa", la que ha impuesto ETA tradicionalmente, para pasarse "a una defensa jur¨ªdica y, por lo tanto, acatar el C¨®digo Penal".
Gernika habla, por ejemplo, de la concesi¨®n de libertades condicionales a todos los presos que cumplan los requisitos legales o de la abolici¨®n de la denominada doctrina Parot (en proceso de revisi¨®n en el Tribunal Constitucional) o la liberaci¨®n de los presos enfermos (Jos¨¦ Ram¨®n Fioruria, condenado a 40 a?os y con un grave c¨¢ncer de vejiga, que ha abandonado la prisi¨®n).
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