Solo ante el peligro
Es conocida la afici¨®n que Jos¨¦ Gri?¨¢n siente por el buen cine cl¨¢sico. Es seguro por ello que entre sus pel¨ªculas favoritas est¨¢ la obra maestra de Fred Zinnemann Solo ante el peligro.
Pues bien: la decisi¨®n de Zapatero de adelantar las elecciones generales al 20 de noviembre ha dejado al presidente andaluz igual que al sheriff encarnado por Gary Cooper: solo ante las urnas auton¨®micas.
Desde el primer momento, Gri?¨¢n lo tuvo claro: con mayor¨ªa absoluta holgada, no ten¨ªa ninguna necesidad de un adelanto electoral. Por ello, eligi¨® completar la legislatura. As¨ª, por cuarta vez en los casi 30 a?os de autonom¨ªa, esas elecciones se celebrar¨¢n separadas de las generales. Las anteriores fueron en 1982 (las primeras de la historia auton¨®mica), 1990 (primera victoria con mayor¨ªa absoluta de Chaves) y 1994 (primera derrota de Arenas y nacimiento de la legislatura de la pinza PP-IU).
Los populares andaluces, que ven¨ªan reclamando elecciones separadas desde hace meses, se quedaron con un palmo de narices ante la decisi¨®n de Gri?¨¢n de mantener los comicios auton¨®micos en la fecha prevista, marzo. El desconcierto popular fue may¨²sculo.
En Madrid, la portavoz en el Congreso, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, exclam¨® que "si el adelanto de las generales es bueno para Espa?a, ?por qu¨¦ Andaluc¨ªa no puede disfrutar de esa bondad del adelanto electoral?"
Antonio Sanz, n¨²mero dos del PP andaluz, replicaba en Sevilla que ellos las prefer¨ªan separadas, aunque deslizaba que "la sociedad andaluza" las quer¨ªa anticipadas. En el fondo, los populares temen que la ola conservadora que posiblemente a¨²pe a Rajoy a La Moncloa, pierda fuerza tres meses despu¨¦s y deje a su jefe Arenas sin la presidencia, por cuarta vez, lo que representar¨ªa su funeral pol¨ªtico.
El panorama, de cualquier forma, es poco alentador para el candidato socialista. La crisis, el paro, la severa derrota en las elecciones municipales, los problemas internos en su partido (C¨¢diz, Almer¨ªa, Ja¨¦n), el apestoso asunto de los ERE, le colocan de partida en desventaja. Lo confirman todas las encuestas.
Por si fuera poco, el sorprendente pacto al que lleg¨® el presidente Zapatero con el PP para reformar la Constituci¨®n ca¨ªa como una bomba de racimo en las filas socialistas.
El bandazo que pretend¨ªa dar Zapatero, incluyendo en la Constituci¨®n cifras concretas del d¨¦ficit, fue afortunadamente corregido por el candidato Rubalcaba, con el decisivo apoyo de Gri?¨¢n. El presidente andaluz hab¨ªa sido contundente al afirmar que "modificar una norma b¨¢sica de convivencia con argumentos coyunturales es un disparate". Y un error, a?adi¨®.
Rubalcaba y Gri?¨¢n podr¨¢n argumentar ahora, ante sus bases, que ellos han flexibilizado la teor¨ªa del d¨¦ficit cero impulsada por el PP, que habr¨ªa tenido consecuencias grav¨ªsimas sobre las pol¨ªticas sociales, los pilares del Estado del bienestar.
Ese m¨¦rito habr¨¢ que anotarlo en el haber de los dos candidatos socialistas. La cuesti¨®n es si lograr¨¢n convencer a su electorado de la misma forma en que Rubalcaba convenci¨® a los dirigentes y diputados reunidos el lunes en Madrid. Muchos de ellos creen que, una vez m¨¢s, el Gobierno socialista del pa¨ªs ha sucumbido al chantaje de los mercados y del matrimonio Merkel-Sarkozy.
Dif¨ªcil tarea. Porque no es el PSOE un partido de d¨®ciles militantes. Todo lo contrario que los populares, que mantienen una fidelidad incomprensible hacia un partido que es visto por los espa?oles como el "m¨¢s implicado" en casos de corrupci¨®n (CIS, 7 de julio). Lo que demuestra que sus huestes tienen ciega obediencia al mando, pero que de moral c¨ªvica andan m¨¢s bien cortitos.
Frente a ese ej¨¦rcito, Gri?¨¢n deber¨¢ defenderse solo.
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