Con leer no basta
Estoy perdiendo a mi hermana"... "Los ni?os est¨¢n perdiendo a su madre"... "Es terrible pensar el momento del impacto". Frases cortas, manuscritas, van saltando en la pantalla. Sin descripciones. La atm¨®sfera depresiva entra por los ojos -im¨¢genes de un cielo gris que escupe lluvia eterna- y por los o¨ªdos -el ruido de las gotas contra el cristal-. Strange rain es literatura electr¨®nica, donde saber leer no basta para sacar todo el fruto de la novela de Erik Loyer.
El ciberartista norteamericano figura en la antolog¨ªa de la Organizaci¨®n de Literatura Electr¨®nica (ELO), que re¨²ne a escritores, artistas, profesores y desarrolladores inform¨¢ticos. Desde hace unos meses, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) acoge su fondo de biblioteca que, en este caso, no son estanter¨ªas, sino servidores y buena conexi¨®n a Internet. Fundada en 1996 por el novelista Robert Coover, la Organizaci¨®n de Literatura Electr¨®nica difunde y desarrolla nuevas formas de literatura para ser le¨ªda/representada en aparatos digitales. A principios de a?o public¨® la segunda antol¨®gica. Son 63 trabajos de 14 pa¨ªses, escritos en alem¨¢n, catal¨¢n, espa?ol, franc¨¦s, holand¨¦s, ingl¨¦s o portugu¨¦s, aunque quiz¨¢ habr¨ªa que decir que sus lenguajes se llaman Flash, Processing, Java, JavaScript, Inform, HTML, C++.
En la p¨¢gina derecha del libro virtual se lee la historia y en la izquierda se muestra la imagen de Google Earth por donde camina el protagonista
M¨¢s que por lectores, la literatura electr¨®nica se cuenta por visitas.Senghor on the rocks ha recibido 30.000 en cuatro a?os, que han visto m¨¢s de 700.000 p¨¢ginas, seg¨²n su autor, Christop Benda. La novela cuenta las peripecias de un austriaco por Dakar, coincidiendo con la clasificaci¨®n de Senegal para el Mundial de f¨²tbol y la muerte del padre de la patria L¨¦opold S¨¦dar Senghor. La particularidad es que se trata de una geonovela. Para seguirla en toda su riqueza hay que tener Internet y GPS. Mientras la p¨¢gina derecha del libro virtual escribe la historia, la izquierda muestra la imagen de Google Earth por donde camina el protagonista.
"El 30% de los visitantes ha vuelto m¨¢s de 20 veces. Es dif¨ªcil decir cu¨¢ntos se han le¨ªdo las 90.000 palabras de la novela, aunque la mayor¨ªa de las cr¨ªticas y de los correos electr¨®nicos recibidos son positivos", explica Benda, autor de la historia, que no del libro. Es raro que en la ciberliteratura haya autor¨ªa ¨²nica. En este caso, Florian Ledermann aport¨® la programaci¨®n y Johannes Krtek el dise?o. "Sus puntos de vista sobre lo real y virtual fue muy inspirador", cuenta Benda. "Para m¨ª, como autor de historias, el l¨ªmite es tratar de algo solo porque es factible con la tecnolog¨ªa. En el caso de Senghor, la mezcla del texto con los mapas de Google era evidente por s¨ª misma, ya que es la historia de un viaje; pero no hubiera colaborado en la incorporaci¨®n de m¨²sica o im¨¢genes".
En Tierras de extracci¨®n hay novelista, guionista, director, productor, dise?ador gr¨¢fico y dise?ador multimedia; m¨¢s parecen los t¨ªtulos de cr¨¦dito de una pel¨ªcula que de una novela, aunque esta sea, como la define su autor, el peruano Dom¨¦nico Chiappe, "hiperf¨®nica".
"Es una obra coral. Lo primero fueron unas canciones m¨ªas, luego la escritura, y posteriormente conoc¨ª a Andreas Meir, que me replante¨® la obra como multimedia".
"A comienzos del segundo decenio del siglo, rondaban lo que ser¨ªa Menegrande...", as¨ª comienza Tierras de extracci¨®n, la novela de Chiappe incluida en la antolog¨ªa de la Organizaci¨®n de Literatura Electr¨®nica y que cuenta con la colaboraci¨®n de m¨²sicos, fot¨®grafos y pintores. "Es una novela polif¨®nica en su narraci¨®n (seis conciencias que se cruzan debajo de un ¨¢rbol de mango que nunca ha dado frutos), pero tambi¨¦n polif¨®nica en su creaci¨®n (veinte creadores que narran una historia). Polifon¨ªa dentro de la polifon¨ªa: hiperfon¨ªa".
"Evidentemente, en la literatura hiperf¨®nica, la escritura es solo un elemento m¨¢s", a?ade Chiappe. "Todav¨ªa estamos en un estadio en el que el texto es hilo conductor y el resto se ve como un complemento o adorno; pero en el futuro el texto quedar¨¢ sacrificado y se equilibrar¨¢n todas las artes intervinientes, que tendr¨¢n en com¨²n que parten de una idea originaria".
En principio, lo ¨²nico que une disciplinas tan dispares es la historia narrativa. "En principio s¨ª, pero hay autores que experimentan con la forma o con la interactividad del lector, en ese caso el discurso narrativo lo ponen ellos", explica Chiappe. "Eso a m¨ª no me interesa. Tierras de extracci¨®n es una obra cerrada, donde seg¨²n la navegaci¨®n del lector llega a una u otra conclusi¨®n, pero no dejo que creen su propia historia".
Chiappe ve antecedentes de literatura multimedia en los libros m¨®viles infantiles o los poemas pintados de Huidobro. "Todas estas obras tienen en com¨²n la utilizaci¨®n de al menos dos artes, pero no como meras ilustraciones, sino como parte esencial para la comprensi¨®n cabal del texto", escrib¨ªa en 2008 en la revista Letras Libres.
El austriaco Benda recuerda que ya Dante acompa?aba su Divina Comedia con imaginer¨ªa; en ese sentido no hay novedad, pero s¨ª que los mapas virtuales sigan localizaciones reales, como reconoce Benda: "Un GPS no podr¨ªa seguir las correr¨ªas del Ulysses de Joyce por Dubl¨ªn, pero parad¨®jicamente, creo que la representaci¨®n de la ficci¨®n con mapas reales contribuye a aumentar el realismo de la novela".
Aunque todav¨ªa domina el texto sobre las im¨¢genes en la literatura electr¨®nica, su importancia ha disminuido de la primera a la segunda antol¨®gica de la Organizaci¨®n de Literatura Electr¨®nica. Sin duda influida por la mejora de los ordenadores, la inform¨¢tica y las conexiones a Internet. Las obras van del puro texto en im¨¢genes, como Los estilistas de la sociedad tecnol¨®gica, del espa?ol Antonio Rodr¨ªguez de las Heras, al puro videoclip con letras de The Child, obra de Antoine Bardou-Jacquet para el disc jockey Alex Gopher. Aqu¨ª las letras son vol¨²menes de edificios y con ellas, m¨¢s la m¨²sica y los sonidos de las calles de Nueva York se recrea brillantemente las prisas de una parturienta para llegar al hospital. Si el brillante The Child puede verse gratuitamente en YouTube, el resto tambi¨¦n se encuentra libre en Internet. La excepci¨®n es Strange rain, que se descarga pagando 1,59 euros en la tienda de Apple iTunes.
Adem¨¢s, relatos como el del colombiano Jaime Alejandro Rodr¨ªguez, Golpe de gracia. Con est¨¦tica de videojuego y escritura de c¨®mic, Rodr¨ªguez reta al visitante a descubrir al autor del atentado contra Amaury. En Game, game, game and again game, Jason Nelson nos habla de la muerte con garabatos. La acci¨®n es copia de los videojuegos de Mario, donde se corre y se salta empleando las teclas del ordenador. Sus dibujos recuerdan a Dubuffet y Basquiat. Residente en Australia, este ciberpoeta que domina la programaci¨®n Flash gan¨® el premio Ciudad de Vinaroz por su hipertexto The Bomar gene, un inquietante trabajo sobre la existencia, el consumismo y otros demonios que habitan en su mente.
"Lo singular de la literatura electr¨®nica es que una pantalla, se llame ordenador, m¨®vil o iPad", resume Chiappe, "permite juntarlo todo, usarlo todo, sin avasallamiento entre las artes. En esta vanguardia, como en su momento en el movimiento cubista, lo que importa no es lo que se cuenta, sino c¨®mo se cuenta".
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