Del 11-S y de la guerra
En 2005, particip¨¦ en un debate sobre el 11-S y el 11-M en la New School de Nueva York. El seminario reuni¨® a pol¨ªticos, periodistas, jueces, intelectuales y representantes de las asociaciones de v¨ªctimas. Al o¨ªrles a todos ellos, se pod¨ªa llegar a la conclusi¨®n de que las ¨²nicas cosas que ten¨ªan en com¨²n los dos atentados eran muchos muertos y el aire de familia de sus autores. Los pol¨ªticos americanos no entend¨ªan que en Espa?a se hubiesen celebrado unas elecciones tres d¨ªas despu¨¦s del atentado, lo que desde aqu¨ª pod¨ªa ser visto como una afirmaci¨®n del sistema democr¨¢tico y como una catarsis que contribuyera a la elaboraci¨®n del duelo, desde all¨ª parec¨ªa una aberraci¨®n. Al mismo tiempo la diligencia y la responsabilidad suprapartidista con que la comisi¨®n del Congreso americano hab¨ªa redactado su informe contrarrestaba con la exhibici¨®n de resentimiento que dio la derecha en el Parlamento espa?ol. Los periodistas americanos defend¨ªan la censura de im¨¢genes de las v¨ªctimas que se hab¨ªa autoimpuesto la prensa de su pa¨ªs y no entend¨ªan que los espa?oles reivindicaran la publicaci¨®n de estas im¨¢genes precisamente para favorecer la conexi¨®n emocional con los que hab¨ªan sufrido el atentado. Y as¨ª sucesivamente, en todos los campos. Incluso las organizaciones de v¨ªctimas eran diferentes: las de Nueva York escasamente politizadas y muy enfocadas a cuestiones pr¨¢cticas; las de Madrid, mucho m¨¢s marcadas por el debate pol¨ªtico. Estados Unidos, la primera potencia mundial, hab¨ªa sido atacada por primera vez por terroristas extranjeros en su propio territorio; Espa?a, desgraciadamente, tiene una larga experiencia terrorista y, por tanto, est¨¢ mucho m¨¢s habituada a convivir con ¨¦l.
Las revoluciones de la llamada primavera ¨¢rabe nos han revelado que Al Qaeda est¨¢ fuera de juego en muchos pa¨ªses del mundo isl¨¢mico
En el hall de una de las Torres Gemelas hab¨ªa una escultura de Calder. Acabo de ver una de las cinco l¨¢minas de hierro que la compon¨ªan, que forma parte de una exposici¨®n sobre el 11-S, en Barcelona. Las leves curvas trazadas por el artista han sido completamente doblegadas por el paso del fuego. Fragilidad del arte, que tampoco escapa al efecto destructor de la barbarie.
Diez a?os despu¨¦s, podemos decir claramente que los terroristas no han ganado. Pero, como dice Gideon Rose, en The U.S. versus Al Qaeda, tampoco est¨¢ claro que hayamos ganado nosotros. Entre otras cosas, porque no sabemos muy bien qui¨¦n es este nosotros. S¨ª sabemos, sin embargo, que muchas de las ideas comunes que se hab¨ªan impuesto en los ¨²ltimos a?os eran falsas y que el llamado mundo Occidental, por cinismo, pero tambi¨¦n por ignorancia, se hab¨ªa acabado creyendo sus propias mentiras. Las revoluciones de la llamada primavera ¨¢rabe, cargadas todav¨ªa de incertezas sobre su suerte final, nos han revelado que Al Qaeda est¨¢ fuera de juego en muchos pa¨ªses del mundo isl¨¢mico y que han sido las nuevas generaciones, m¨¢s que los impulsos b¨¦licos de Occidente, los que la han derrotado. Diez a?os despu¨¦s, Bin Laden, ha sido asesinado. Y, poco a poco, el primer mundo va emergiendo del clima de miedo que los ataques terroristas, primero, y la guerra antiterrorista, despu¨¦s, hab¨ªan instalado. F¨¨lix Fan¨¦s en su Diari de guerra, del oto?o de 2001 en Nueva York, escribe: "Casi todos mis amigos han marchado. No quiero relacionarlo con las Torres Gemelas. Son gente que viaja mucho. Pero esta vez se han hecho huidizos todos a la vez". Diez a?os despu¨¦s, Estados Unidos, que ha vivido una d¨¦cada de expansi¨®n belicista, vuelve a plantearse el repliegue sobre s¨ª mismo. Mientras Obama busca sustituir el internacionalismo belicista por la cooperaci¨®n diplom¨¢tica, con suerte desigual, la derecha pasa del patriotismo de cruzada occidental de Bush al patriotismo de cruzada interior del Tea Party.
"Los ataques fueron tan impactantes, tan transgresivos, tan catastr¨®ficos que era casi inevitable que produjeran una reacci¨®n opuesta parecida", escribe Gideon Rose. Y el discurso de la guerra regres¨® a Estados Unidos, a partir de la invitaci¨®n de Bush a luchar contra el imperio del mal. No se ahorraron gastos econ¨®micos, pol¨ªticos y morales. Hubo que sobredimensionar la amenaza hasta convertir a Bin Laden en una especie de monstruo todopoderoso, hubo que inventar la idea de un islam unido lanzado contra Occidente, hubo que construir falsedades y mentiras para justificar una guerra dif¨ªcil de legitimar, y hubo que alimentar un clima de miedo que paralizara la capacidad cr¨ªtica de la ciudadan¨ªa. Fruto de este debate es Guerra. El origen de todo, libro de Victor Davis Hanson, profesor de historia cl¨¢sica y militar de Stanford, muy representativo de la cultura americana de la guerra. Hanson parte del fatalismo de la guerra: est¨¢ en la naturaleza humana y por eso existe y existir¨¢ mientras el hombre est¨¦ sobre la tierra. Ni siquiera la tecnolog¨ªa, por sofisticada que sea, cambiar¨¢ lo esencial: "La idea de ganar es lo ¨²nico importante para la opini¨®n p¨²blica". Y "las guerras se ganan cuando muere un gran n¨²mero de combatientes enemigos". Para Hanson la mejor manera de analizar los errores de la guerra est¨¢ en la historia militar. Y desde ella traza agudos an¨¢lisis sobre las muchas equivocaciones del ej¨¦rcito americano en su historia. La guerra tiene que ver con la cultura de los pueblos y la cultura americana caracterizada por la juventud, el individualismo, el sentido pr¨¢ctico y la familiaridad con las armas est¨¢ mejor dispuesta para la guerra que la europea. Hanson s¨ª tiene claro qui¨¦n es "nosotros": Estados Unidos. La guerra forma parte del car¨¢cter tr¨¢gico de la experiencia humana. Somos "iguales que los griegos pero con dos mil a?os m¨¢s de experiencia", de ella tenemos que aprender, seg¨²n Hanson, no tanto para acabar con las guerras, que es imposible, como para ganarlas mejor.
Guerra. El origen de todo. Victor Davis Hanson. Turner. Madrid, 2011. 328 p¨¢ginas. 22 euros. Diari de guerra. Nova York, tardor 2001. F¨¨lix Fan¨¦s. L'Aven?. Barcelona, 2011. 17 euros. The U.S. versus Al Qaeda. A History of the War on Terror. Gideon Rose / Jonathan Tepperman (editores). Foreign Affairs, 2011. (Una interesante selecci¨®n de art¨ªculos publicados por la revista en los diez ¨²ltimos a?os).
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