El paro y los despidos temporales
Se ha roto la buena racha: el paro ha vuelto a repuntar y la afiliaci¨®n a caer. La explicaci¨®n que da el Ministerio de Trabajo: "Ciertas pr¨¢cticas empresariales" que consisten en rescindir contratos y rehacerlos el mes siguiente; una forma de obtener el pago de las vacaciones a costa del Servicio P¨²blico de Empleo, pr¨¢cticas que afectan a los datos de agosto desde hace 10 o 15 a?os.
Es cierto que este mal dato no deja de reproducirse desde entonces. Tambi¨¦n es cierto que los despidos temporales son una pr¨¢ctica que se ha ido extendiendo con el paso del tiempo: en media, m¨¢s de la mitad de las altas laborales de asalariados que se producen al mes en la Seguridad Social son de trabajadores que hab¨ªan sido despedidos o no renovados anteriormente en la misma empresa. Es cierto que los despidos temporales tienen una mayor incidencia en periodo estival. Pero no es tan cierto que sean los responsables del aumento del paro en agosto. La mayor¨ªa de las bajas por cese y con retorno se producen a principios del periodo estival y las altas en septiembre. Si el paro aumenta en agosto es debido a la baj¨ªsima tasa de contrataci¨®n que se produce en este mes en el que se echa el cierre o se reduce el personal por vacaciones. Es este un fen¨®meno que se viene reproduciendo en Espa?a a lo largo de los ¨²ltimos 25 a?os y que se ha ido ampliando con el tiempo, a la par que nuestro mercado de trabajo se ha ido precarizando.
Con una tasa de temporalidad tan alta como la nuestra, un cambio en la demanda produce una gran volatilidad en la contrataci¨®n y, por tanto, en el paro. Lo hemos podido observar con el ajuste a esta crisis, pero tambi¨¦n son buena prueba de ello los datos de los meses de agosto. Con tanta precariedad, ha ido aumentado la variaci¨®n de la contrataci¨®n mensual a lo largo del a?o, y con ella otras medidas de empleo, como la afiliaci¨®n a la Seguridad Social. Al margen pues de los despidos temporales, corregir la volatilidad del paro pasa por atacar de frente el problema de la dualidad laboral en lugar de incentivarla.
Otro dato escalofriante: entre los emparejamientos de trabajadores y empresas vigentes en 2010 y que no se realizaron v¨ªa ETT, cerca de un 37% se hab¨ªa destruido al menos tres veces por cese o despido. Los despidos temporales existen y no han cesado de crecer durante esta crisis. De ah¨ª que suprimir hace justo una semana el l¨ªmite al encadenamiento de contratos no parece haber sido buena ocurrencia, m¨¢s cuando este l¨ªmite se hab¨ªa restringido en una reforma que solo ha cumplido un a?o. Al cabo de tres d¨ªas, no se puede declarar que aun con dicho l¨ªmite, las "malas pr¨¢cticas empresariales" han sido responsables del aumento del paro. Lo correcto ser¨ªa poner sobre la mesa la perversa interacci¨®n entre la dualidad laboral y el sistema de prestaciones por desempleo. Los abusos de unas empresas subvencionadas por todos y en especial por aquellas otras empresas que no utilizan los contratos temporales como ¨²nico modo de ajuste.
La soluci¨®n se viene reclamando desde el ¨¢mbito acad¨¦mico desde hace tiempo: un contrato ¨²nico indemnizaciones crecientes con la antig¨¹edad. Y este muy probablemente deber¨¢ adem¨¢s completarse con un bonus-malus, que penalice a las primeras y recompense a las dem¨¢s. En fin, que nadie dijo que fuera sencillo, pero que con pasos hacia atr¨¢s nunca cambiaremos de modelo productivo. Menos a¨²n si se sacrifican estas reformas tan necesarias por otras medidas que solo buscan conseguir un aumento r¨¢pido del empleo a cualquier precio y que, aun as¨ª, se revelan equivocadas.
Florentino Felgueroso es profesor de la Universidad de Oviedo y director de c¨¢tedra en FEDEA
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