Movimientos org¨¢nicos
Supongo que los partidos pol¨ªticos piensan ya en sus listas para la batalla electoral de noviembre, lo que no es incompatible con que los antagonistas m¨¢s irreconciliables, el PSOE y el PP, hayan pasado el veraneo juntos, como amigos siameses y almas gemelas, solos los dos, reformando la Constituci¨®n para dentro de casi diez a?os, cuando quiz¨¢ no tengan ya la potencia que tienen hoy. El PSOE, sin embargo, a pesar de las vacaciones, ha reaparecido en escena con una dolorosa pinta de cansancio: el mal color socialista exige un buen maquillador antes de comparecer en una campa?a publicitaria, electoral. El p¨²blico estaba acostumbrado a un PSOE de salud apabullante, y es todav¨ªa en Andaluc¨ªa un partido de poder, aunque se empe?e en ser un partido de oposici¨®n, capaz incluso de oponerse a s¨ª mismo, como demuestran los achaques en Almer¨ªa, C¨¢diz, C¨®rdoba y, ahora, Ja¨¦n, donde la ruina pol¨ªtica se suma a la econ¨®mica.
Los partidos de poder, consolidados sobre las estructuras de la Administraci¨®n, suplen la movilizaci¨®n de sus simpatizantes con el uso a su favor de los recursos del Estado. Pero, despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones municipales, el PSOE perdi¨® fuerza institucional y, como partido de oposici¨®n, ha descubierto su verdadera solidez: se tambalea cuando le falla el andamio de las instituciones. En el ¨²ltimo foco de malestar socialista, Ja¨¦n capital, dimiti¨® m¨¢s de la mitad de la comisi¨®n ejecutiva, para descabezar as¨ª a la direcci¨®n del partido en una especie de autodecapitaci¨®n colectiva. Los disidentes de Ja¨¦n se declaran "enga?ados e indignados", disgustados con sus propios compa?eros: no se les consulta la elecci¨®n de altos cargos y candidatos; no se les hab¨ªa puesto al tanto de la p¨¦sima situaci¨®n econ¨®mica del partido, que no paga los cr¨¦ditos y no merece ya la comprensi¨®n de los bancos. Se han dado cuenta ahora de su irritaci¨®n, cuando hay que hacer las listas electorales.
Considerando el "momento excepcional" de las elecciones pr¨®ximas, una autoridad del PSOE jienense, andaluz y espa?ol, Mar Moreno, ha rechazado los "movimientos org¨¢nicos" de los disidentes. Los partidos son organismos complejos, con su metabolismo peculiar y secreto. Precisamente ahora entran en un periodo de importantes movimientos intestinos: la elaboraci¨®n de las listas electorales, la lucha por los puestos con posibilidades de ganar un esca?o en el Congreso, y la pelea dentro del PSOE puede ser cruel: sus actuales perspectivas de ¨¦xito est¨¢n a la altura de la moral del partido. Los movimientos org¨¢nicos que no quiere Mar Moreno son los que revelan ante los ciudadanos el estado real del compa?erismo socialista.
Dimitida m¨¢s de la mitad de sus dirigentes, la comisi¨®n ejecutiva de Ja¨¦n estaba tan descompuesta y rota que desaparec¨ªa autom¨¢ticamente. Y entonces acudieron a repararla las m¨¢ximas jerarqu¨ªas nacionales y regionales del PSOE con un estupendo juego de manos: horas antes de conocer oficialmente las dimisiones de Ja¨¦n, el PSOE hab¨ªa dado por inaugurado el periodo electoral, lo que, seg¨²n sus normas, convert¨ªa a todas las comisiones ejecutivas de Espa?a en comit¨¦s electorales. ?C¨®mo va a dimitir nadie de una comisi¨®n que ya no existe? El PSOE ha salvado a su direcci¨®n de Ja¨¦n liquid¨¢ndola para resucitarla en forma de comit¨¦ electoral. La mayor¨ªa de los ciudadanos asiste a estos espect¨¢culos de magia pol¨ªtica desde lejos, con cierta incredulidad y admiraci¨®n. En el caso del PSOE, lo imprevisible se une a lo previsible. Una ca¨ªda tan honda de los socialistas entre el p¨²blico votante parec¨ªa imprevisible hace s¨®lo tres a?os, aunque la ida nunca explicada de Manuel Chaves quiz¨¢ fuera un s¨ªntoma de lo por venir. Pero es lamentablemente previsible la escena de los partidos que pierden la gracia del poder. El PSOE ha perdido poder institucional, poder moral y poder de influencia, y ¨²ltimamente parece ser m¨¢s amigo del PP que de s¨ª mismo.
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