Los (dos) amores de un mito
Al Pacino vuelve a unir su pasi¨®n por el teatro y el cine en 'Wilde Salome' - El actor dirige e interpreta una pel¨ªcula inspirada en la obra de Oscar Wilde
"Durante 25 a?os he combinado el cine y el escenario y estaba dividido entre esas dos cosas. Despu¨¦s he empezado a filmar lo que me gustaba, sobre todo mi actividad teatral: mi trabajo como director ha empezado as¨ª. Solo cuando he llegado a ese punto me he enamorado del cine, cuando he entendido su magia. Ese momento lo ha cambiado todo para m¨ª. Ahora bien, debo decir que como director sigo siendo un aficionado. De hecho, tengo cinco o seis pel¨ªculas ya hechas que prefiero mantener ocultas. Quiz¨¢ en el futuro podr¨¦ hacer algo tipo Seis personajes en busca de autor, una reflexi¨®n, o m¨¢s bien una relectura, sobre el mundo de Pirandello". As¨ª arrancaba Al Pacino (Nueva York, 1940) su comparecencia ante la prensa para hablar de Wilde Salome, su ¨²ltimo -y estupendo- trabajo a ambos lados de la c¨¢mara. En la misma, y partiendo de la obra de Oscar Wilde, el neoyorquino se mete otra vez en el mismo laberinto de entradas y salidas de las tablas, mezclando la propia funci¨®n con los ensayos, los procesos de selecci¨®n del reparto o sus m¨²ltiples viajes. La voz de Pacino se convierte en el catalizador de un proyecto que guarda m¨²ltiples semejanzas con su anterior trabajo, pero para el que el realizador se reserva m¨¢s tiempo de c¨¢mara, lo cual ha hecho que m¨¢s de uno enarcara la ceja. Un contratiempo menor, todo sea dicho.
"Me he proyectado mostr¨¢ndome como soy: un poco torpe"
El mito se presentaba en la ciudad de los canales con barba, melena y camisa blanca. Nada de trajes aparatosos o falsa pompa, la leyenda en carne y hueso: "Es una ¨®pera muy personal y experimental. No es una pel¨ªcula pero tampoco un documental... Al principio ten¨ªa solo una visi¨®n, no una historia. Despu¨¦s he tenido una iluminaci¨®n, he entendido que deb¨ªa proceder como si se tratara de un collage. Haci¨¦ndolo me he proyectado a m¨ª mismo, mostr¨¢ndome como soy: un poco torpe, tambi¨¦n en la gesti¨®n del proceso creativo entre teatro y cine", afirmaba Pacino. El actor, protagonista de pel¨ªculas inolvidables como El precio del poder, Tarde de perros, Serpico o Heat, ya hab¨ªa probado suerte en la direcci¨®n con la fant¨¢stica Looking for Richard, as¨ª que el embrollo no le cog¨ªa de sorpresa. La actriz Jessica Chastain, a su lado, tampoco parec¨ªa asustada, quiz¨¢ porque cuando acudi¨® a Cannes a defender la inmensa El ¨¢rbol de la vida, tuvo que lidiar con la prensa de todo el mundo sin m¨¢s compa?¨ªa que la suya propia, ya que el director, Terrence Malick, hizo el mutis por el foro y Brad Pitt y Sean Penn comen aparte.
Obviamente, y si se habla de Salom¨¦, el nombre de Oscar Wilde aparecer¨ªa tarde o temprano, as¨ª que cuando asom¨® la cabeza Pacino ya estaba listo para responder: "?Oscar Wilde? Un progresista, un visionario. Sin embargo, caminaba por senderos peligrosos y utilizaron su sexualidad para callarle. Wilde ten¨ªa una mente superior, intensa, llena de demonios pero tambi¨¦n de religiosidad, y me encantar¨ªa ver una pel¨ªcula sobre el personaje. ?La m¨ªa? No, la m¨ªa es sobre el drama de Salom¨¦".
En una rueda de prensa extra?amente serena y sobria incluso hubo tiempo para inquirir al astro sobre el extra?o rumbo que ha tomado su carrera como actor en los ¨²ltimos tiempos, una carrera que parece no encajar con su -impepinable- calidad art¨ªstica: "He hecho cosas en mi vida que me gustar¨ªa no haber hecho, pero en mi vida privada, no en las pel¨ªculas. En cuanto al futuro, pues no lo s¨¦, a veces me siento exhausto pero despu¨¦s se me empiezan a amontonar guiones... siempre digo: 'Ser¨¦ selectivo', pero finalmente nunca lo consigo. El prop¨®sito, aun as¨ª, sigue siendo el mismo: har¨¦ solo aquello que sea justo hacer". Y as¨ª, con cripticismo o con una rotunda admisi¨®n de culpa (como quiera verse), se finiquit¨® el asunto. Para que quede constancia: los aplausos al final de la primera proyecci¨®n de Wilde Salome fueron atronadores as¨ª que la cr¨ªtica sali¨®, una vez m¨¢s, (muy) satisfecha.
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