El censo de Ch¨¢vez desata el miedo
Los venezolanos se niegan a dar datos a los empleados del padr¨®n por temor a que el Gobierno los use en su contra
Un hombre de unos 50 a?os abre la puerta de su casa en el barrio de clase alta de Prados del Este, en Caracas. "Fuera de aqu¨ª. El Gobierno ya me ha jodido dos veces y no pienso darle m¨¢s informaci¨®n para que me vuelva a joder". Luego desaparece y le cierra la puerta a Jes¨²s,uno de los encargados de realizar el censo nacional.
Desde que comenz¨® el recuento, el pasado jueves, Jes¨²s ha recibido respuestas similares. El empleado marca en su base de datos la opci¨®n: esta familia "se neg¨® a brindar informaci¨®n". De las 15 casas que le correspond¨ªa censar durante el d¨ªa, solo le han recibido en una.
Tienen miedo a responder. Tras la ola de expropiaciones de los ¨²ltimos a?os y tras la amarga experiencia con la Lista de Tasc¨®n (nombre popular que se le dio en 2003 a la base de datos de solicitantes de un referendo revocatorio contra Ch¨¢vez, que fue usada luego para purgar la Administraci¨®n P¨²blica de opositores), un amplio sector de los venezolanos cree que la informaci¨®n del censo podr¨ªa utilizarse como represalia.
Muchos piensan que la informaci¨®n se utilizar¨¢ para expropiar las casas
Los datos se usaron en 2003 para purgar la Administraci¨®n de opositores
"?Para qu¨¦ necesita saber el Gobierno cu¨¢ntos cuartos utilizan las personas de este hogar para dormir?", se queja Rosa Garc¨ªa, una se?ora de unos 60 a?os que vive en una urbanizaci¨®n de clase media del este de Caracas. "Quieren saberlo para llenarte los cuartos vac¨ªos de gente, como en Cuba, o para expropiarte la casa".
Hay otras tres preguntas del censo que, aunque se corresponden con los est¨¢ndares internacionales para medir factores como el hacinamiento o el ingreso promedio de la poblaci¨®n, son vistas con suspicacia bajo las circunstancias pol¨ªticas actuales de Venezuela.
Organizaciones como el partido socialcristiano Copei creen que el hecho de que se le pregunte a los venezolanos su nombre y apellido, el nombre de la empresa para la cual trabaja y su ingreso mensual exacto, revela que la medici¨®n tiene un objetivo ideol¨®gico.
Otros representantes de la oposici¨®n al Gobierno de Hugo Ch¨¢vez, como el gobernador del Estado de Miranda, Henrique Capriles Radonski, han intentado cortarle el paso a las cr¨ªticas siendo ellos mismos los primeros en ser censados.
El director del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, El¨ªas Eljuri, ha hecho un llamamiento a la calma y ha dicho que ning¨²n venezolano est¨¢ obligado a responder lo que no quiera. A pesar de la resistencia de algunos, conf¨ªa en que el proceso tendr¨¢ ¨¦xito.
"En cuatro d¨ªas hemos censado m¨¢s de 160.000 hogares y el rechazo que ha habido ha sido del 0,2%. Eso es totalmente normal dentro de cualquier investigaci¨®n. La gente sentir¨¢ m¨¢s confianza cuando vea que las preguntas son las mismas de los censos anteriores y que la informaci¨®n que suministra queda encriptada", comenta Eljuri a este diario.
Durante la hora que dura la entrevista sobre las condiciones de vida familiar de seis personas, Pedro Guti¨¦rrez, de 54 a?os, espera las pol¨¦micas preguntas. Estas nunca llegan. "La informaci¨®n que me han solicitado est¨¢ correcta. Pero con la pol¨ªtica que lleva este Gobierno a cualquiera le da miedo el censo. Yo, lo que no me convenga, no lo contesto", dice Guti¨¦rrez.
Los que se llevan la peor parte son los empleados del censo. A Brienza, una chica de 25 a?os, sin empleo y graduada como t¨¦cnico superior en inform¨¢tica, la echaron el viernes de una casa con un perro pitbull. La joven apunt¨® en el dispositivo electr¨®nico que utilizan para almacenar las encuestas la siguiente frase: "Finaliz¨® la entrevista por problemas de seguridad".
Su salario es de 10,75 bol¨ªvares fuertes (2,5 d¨®lares) por cada encuesta realizada. Ellos mismos costean los gastos de transporte y alimentaci¨®n, y est¨¢n obligados a hacer hasta tres intentos en los hogares donde no consigan a alguien que les responda.
El censo nacional se lleva a cabo en Venezuela cada diez a?os y de sus resultados depende, entre otras cosas, el reparto de dinero entre las regiones, el dise?o de las pol¨ªticas p¨²blicas y la conformaci¨®n de las circunscripciones electorales.
Un resultado positivo contribuir¨ªa a evitar, por ejemplo, lo que ocurri¨® en las elecciones parlamentarias de 2010. En aquella ocasi¨®n, la oposici¨®n, a pesar de contar con m¨¢s votos nominales a su favor, obtuvo menos esca?os en la conformaci¨®n final de la Asamblea Nacional. Esta vez el proceso tendr¨¢ una duraci¨®n de tres meses y culminar¨¢ el 30 de noviembre pr¨®ximo.
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