Solo se admiten ni?os
Micr¨®polix reproduce una microciudad regentada exclusivamente por los m¨¢s peque?os - Ocupa 11.200 m2 y tiene Gobierno, polic¨ªas, m¨¦dicos y bancos
"Perdonad, ?sab¨¦is d¨®nde est¨¢ la oficina del Inem?". La pregunta ya resulta de por s¨ª algo descorazonadora, pero lo resulta a¨²n m¨¢s si viene de la boca de un ni?o de 10 a?os. Muy lejos tienen que haber ido las cosas para que este chaval tenga que pedir un subsidio de desempleo. Pero no teman: estamos en una especie de Rep¨²blica Independiente de los Ni?os: Micr¨®polix. Una ciudad entera a escala que ocupa 11.200 m2 en San Sebasti¨¢n de los Reyes, con su polic¨ªa, su permiso de conducir, su banco, su canal de televisi¨®n, hasta su crucero, donde ellos son los ¨²nicos protagonistas. Y adem¨¢s aqu¨ª el paro (infantil, se entiende), es del 0%, y la oficina de empleo encuentra trabajo.
Laura Soler es la directora de Contenidos y Formaci¨®n de Micr¨®polix y hace de gu¨ªa en la visita: "Aqu¨ª los mayores de 15 a?os, somos los turistas", explica. En efecto, al pasear por la microciudad el adulto se siente algo desorientado ante el raudo ir y venir de los chavales, las luces y los colores, igual de despistado a como deben de sentirse los ni?os en el fren¨¦tico mundo adulto. Aqu¨ª se invierten las tornas. De hecho, la cafeter¨ªa donde pueden tomarse un respiro los adultos se llama, con mucha iron¨ªa, Hogar de la Segunda Edad.
"Tratamos de transmitir la autonom¨ªa y saber tomar decisiones"
"Entre los monitores hay psic¨®logos, maestros y actores"
"Los valores que tratamos de transmitir son la autonom¨ªa, el protagonismo, el saber tomar decisiones en un contexto", explica Soler; "analizarlo y actuar dentro de ¨¦l de una forma responsable, consciente, tambi¨¦n conviviendo con las necesidades de otras personas de otros servicios u otros oficios". Vaya, la vida misma. "Tambi¨¦n valores medioambientales, solidarios", contin¨²a, "tratamos de mezclar varios ejes tem¨¢ticos que puedan trasladar de una forma f¨¢cil a la vida real. Somos una experiencia muy real, pero no somos la sociedad real, as¨ª que intentamos ser agentes de ese posicionamiento".
Un momento... ?suenan las alarmas! ?Un incendio! Soler nos lleva a una posici¨®n privilegiada para disfrutar del espect¨¢culo. "F¨ªjate, es incre¨ªble que con el poco rato que llevan aqu¨ª, act¨²en tan coordinados", dice. As¨ª es: el edificio incendiado (es una simulaci¨®n, claro) pronto es acordonado por los ni?os polic¨ªas. No tardan en llegar los ni?os bomberos para apagar las falsas llamas. Los ni?os m¨¦dicos aparecen para cuidar a los posibles heridos y los ni?os periodistas para transmitir la noticia al peri¨®dico que cada d¨ªa sale de las rotativas de Micr¨®polix. Todo, convenientemente coordinado por los monitores. "Tenemos un perfil muy interesante de monitores: hay psic¨®logos, maestros, profesores de educaci¨®n f¨ªsica, actores, personas dedicadas a la educaci¨®n social, a la atenci¨®n a la diversidad y la discapacidad. Son personas con vocaci¨®n hacia las personas y hacia f¨®rmulas de diversi¨®n y aprendizaje, que sugieren una forma de hacer las cosas que es atractiva".
Ya un poco m¨¢s calmados, paseamos por delante del banco, del supermercado... De pronto, un billete de 50 eurix (la moneda de Micr¨®polix ajena a los vaivenes de la econom¨ªa) en el suelo. Un ni?o lo recoge y se lo da al que lo ha perdido: "Toma, se te ha ca¨ªdo esto". "Me sorprende much¨ªsimo la responsabilidad", reflexiona Soler, "cuando el ni?o llega aqu¨ª compartimos con ¨¦l una forma de estar en la ciudad, una forma de convivencia y una propuesta de juego. El ni?o no solo la acepta sino que incorpora esa responsabilidad, ese protagonismo que le cedemos. Se nota tambi¨¦n en la relaci¨®n con los turistas, que somos los adultos; se dirigen a nosotros de una forma que no es habitual en la calle. Fuera es mucho m¨¢s t¨ªmida, menos dirigida, menos orientada a conseguir un fin. Aqu¨ª saben perfectamente lo que te preguntan, no tienen verg¨¹enza, es muy sorprendente". Despu¨¦s visitamos el avi¨®n, el crucero o la autoescuela. Tienen que tener el DNI y luego sacarse el examen te¨®rico y el pr¨¢ctico: "Solo entonces pueden conducir por el circuito de coches que atraviesa la ciudad".
Son muchas las marcas que patrocinan las actividades de Micr¨®polix, El Corte Ingl¨¦s, Coca-Cola, Movistar o EL PA?S, que hace lo propio con el peri¨®dico de la ciudad. "Las empresas que nos acompa?an patrocinan actividades relacionadas con la educaci¨®n vial, medio ambiente, deporte, cultura...", explica Soler. "Aportan realidad y valor a la experiencia de juego. Creemos que es muy positivo que las empresas apuesten por el ocio familiar e infantil y, claramente, iniciativas de esta envergadura no existir¨ªan sin la colaboraci¨®n de la empresa privada. La moneda de Micr¨®polix simplemente es un elemento m¨¢s del juego para favorecer el razonamiento matem¨¢tico, la autonom¨ªa de los ni?os que participan en las actividades, la toma de decisiones, gesti¨®n de sus recursos... no tiene importancia m¨¢s all¨¢ de este contexto". Visto de otro modo, es el mundo en el que vivir¨¢n estos ni?os cuando se hagan adultos.
Acaba la visita delante del Gobierno de Micr¨®polix: una reproducci¨®n a escala de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Echamos un vistazo: aqu¨ª no hay ni?os indignados ni acampados. Entre tanta armon¨ªa infantil, ni falta que hace.
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