Nutti y Moreno, estrellas en el 'Rigoletto' de A Coru?a
El 59? Festival de ?pera de A Coru?a arranc¨® con la representaci¨®n de Rigoletto, de Giuseppe Verdi, protagonizada por Leo Nucci, int¨¦rprete de referencia en el rol del buf¨®n m¨¢s conocido en la historia del g¨¦nero l¨ªrico. Todo el gran drama gira alrededor de este bar¨ªtono bolo?¨¦s que ha sido, desde su llegada a A Coru?a el centro de atenci¨®n de la obra.
Sin ning¨²n ruido medi¨¢tico, la soprano Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno supo dar r¨¦plica m¨¢s que cumplida al maestro Nucci, por su voz, cada d¨ªa m¨¢s redonda y llena de matices, su impecable t¨¦cnica y una expresividad dram¨¢tico-vocal que le ha permitido regalar al p¨²blico del Palacio de la ?pera una soberbia Gilda, emotiva hasta el escalofr¨ªo, digna de ser admirada en los mejores coliseos l¨ªricos del mundo.
Ver a Nucci como Rigoletto es, desde que se abre el tel¨®n hasta ese terrible grito final (?La maledizione!), gozar de un artista cuya sabidur¨ªa dram¨¢tica y experiencia le permiten traspasar el l¨ªmite de sus actuales condiciones vocales, que en m¨¢s ocasiones de las deseables le obligan a salvar intervalos no muy comprometidos mediante el recurso a frecuentes portamentos. Bis¨® con Moreno el c¨¦lebre Si, vendetta... y para ambos fueron las mayores ovaciones tras bajar el tel¨®n. El precioso timbre de Mikeldi Atxalandabaso y su gran t¨¦cnica vocal se vieron lastrados por una interpretaci¨®n vocal y teatral poco expresiva. Espl¨¦ndido por voz y presencia esc¨¦nica el Sparafucile de Dimitri Ulyanov y grande la Maddalena de Mar¨ªa Jos¨¦ Trullu. El resto de comprimarios, correctos sin m¨¢s.
Estrella binaria
La Sinf¨®nica de Galicia, siempre a la enorme altura de Moreno y Nucci, d¨²ctil y con precioso sonido a las ¨®rdenes de un Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez que supo concertar los grupos y esprintar en implacable y exitosa persecuci¨®n de la Coral Polif¨®nica El Eco que, con sus espantadas r¨ªtmicas, volvi¨® a demostrar que las malas costumbres, como forzar el recurso a lo local por el hecho de serlo, no genera buenas tradiciones.
La escenograf¨ªa, bien apoyada por la eficaz luminotecnia, tuvo logros, como esa ominosa y simb¨®lica ara?a de luces rojas, y sirvi¨® de base a una bella coreograf¨ªa general. La direcci¨®n de actores result¨® bastante deficiente y los planetas sin luz propia se limitaron a reflejar la de la refulgente estrella binaria Nucci-Moreno.
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