Al otro lado de la UCI
El responsable de la Unidad de Cuidados Intensivos del 12 de Octubre organiza el trabajo de 150 personas - "Somos los profesionales del enfermo cr¨ªtico", dice
![F. Javier Barroso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0cf5fb59-eab8-46c8-bcca-f112a1a7846c.png?auth=a4a5a56abc078449e8165721b2b449479e5bd0384d1cd2f70900262c80af7937&width=100&height=100&smart=true)
Hay lugares en los hospitales que resultan casi inaccesibles. Sitios en los que pueden entrar muy pocas personas. Unos suelen ser los quir¨®fanos. Otros, las unidades de cuidados intensivos (UCI). Estas ¨¢reas donde los enfermos est¨¢n muy graves o en estado cr¨ªtico tienen las camas repletas de monitores, de cables, de sondas y de goteros con etiquetas de distintos colores. La actividad, pese a la tranquilidad que se respira, no cesa. En el hospital 12 de Octubre, al frente de todo ese entramado, est¨¢ el especialista Juan Carlos Montejo Gonz¨¢lez, un salmantino de 55 a?os, que lleva en la medicina 38 a?os, siempre vinculado a los intensivistas.
Montejo habla despacio, en un despacho presidido por el cartel de los sanfermines y, de fondo, el flamante nuevo edificio de las consultas externas del hospital. Al otro lado del pasillo, donde esperan los familiares de los enfermos, una puerta cerrada impide el paso. Es el umbral que hay que traspasar para ver a los enfermos. Y a las 150 personas que trabajan para los enfermos de las 49 camas repartidas en las tres UCI del centro -traumatolog¨ªa, unidad coronaria y polivalente-.
"Algo haremos bien cuando otros pa¨ªses nos est¨¢n copiando el modelo"
"Siempre est¨¢ lo imprevisto, que es lo que pone la guinda a este trabajo"
"Somos ante todo los profesionales del enfermo cr¨ªtico. No es que el resto de m¨¦dicos no sepan, pero nuestro trabajo se centra en los que est¨¢n muy graves. En algunos casos somos el paso intermedio entre las urgencias y la hospitalizaci¨®n", explica Montejo. Con orgullo reconoce que el modelo de las UCI es un invento espa?ol que mejora la calidad de los pacientes y que alcanza resultados muy satisfactorios. "Suele fallecer el 10% de los pacientes. Con otros modelos, las cifras suben bastante. Adem¨¢s, algo estaremos haciendo bien cuando otros pa¨ªses como Inglaterra, Austria o China nos lo est¨¢n copiando", explica.
Uno de los aspectos que destaca Montejo es que el d¨ªa a d¨ªa siempre cambia. Salvo la rutina de lavar de arriba abajo a los pacientes por las ma?anas y la consulta de los especialistas, nunca se puede prever c¨®mo evolucionar¨¢ la jornada. "La actividad diaria es apasionante. Hay que integrar lo que se sabe hacer por la pr¨¢ctica diaria y tomar decisiones que pueden ser muy r¨¢pidas en coordinaci¨®n con todo el equipo", destaca el especialista. "Siempre est¨¢ lo imprevisto, que es lo que pone la guinda a este trabajo. Hay que enfrentarse a patolog¨ªas y situaciones inesperadas y se tienen que aplicar t¨¦cnicas nuevas".
El hospital 12 de Octubre resulta un centro puntero en medicina intensiva. Es el ¨²nico hospital de toda la regi¨®n que tiene dos helipuertos. Eso le permite recibir gran cantidad de pacientes que han sufrido todo tipo de patolog¨ªas, como paradas cardiacas o accidentes de tr¨¢fico. Adem¨¢s, al ser un centro de referencia, tambi¨¦n son frecuentes los transplantes. Y en este caso, todos los que son hep¨¢ticos, ingresan por protocolo en la UCI. Si alguno de otra especialidad se complica, tambi¨¦n.
Uno de los peores momentos que Montejo ha vivido son los atentados del 11-M, de 2004, en Madrid en los que murieron 191 personas. "En aquel momento no era el responsable del servicio, pero recuerdo que hubo momentos de mucha tensi¨®n. Todo el mundo se coordin¨® para que el hospital estuviera preparado. Creo que lo hicimos bastante bien porque la gente colabor¨® de manera muy profesional".
Esas fechas tan duras contrastan con satisfacciones m¨¢s directas y frecuentes: "Para nosotros, en especial para m¨ª, resulta muy gratificante cuando nos viene a visitar un paciente y nos dice que se ha recuperado. Muchas veces no los reconocemos porque han engordado o les ha crecido el pelo. O ha pasado un tiempo y su aspecto ha mejorado".
Con toda esta actividad, ?los profesionales tienen tiempo para investigar? "No solo es que nos d¨¦ tiempo para investigar, sino que una de las actividades b¨¢sicas de nuestro trabajo consiste en eso, en conseguir avances que sean publicables. Como ejemplo, en el ¨²ltimo Congreso Europeo de Medicina Intensiva, Espa?a fue el pa¨ªs que m¨¢s ponencias y estudios present¨®. Y a ello se une la docencia, que unas veces la llevamos a cabo en el propio hospital y otras nos trasladamos nosotros a la Facultad de Medicina".
Mientras Montejo habla, sus compa?eros de unidad se encargan de curar a un hombre que ha tenido una intervenci¨®n de es¨®fago. Otro revisa el historial de un hombre que acaba de ingresar y que est¨¢ inconsciente, ajeno al ajetreo de la actividad de la UCI. Al fondo, una mujer con bata verde limpia toda la zona. De hecho, nada m¨¢s entrar en este ¨¢rea tan restringida destaca el olor a desinfectante. "A los que no est¨¢n acostumbrados, si suele llamarles la atenci¨®n. Pero para nosotros pasa inadvertido", explica entre sonrisas el m¨¦dico.
Montejo reconoce que uno de los aspectos en los que intentan mejorar los m¨¦dicos es en el de la comunicaci¨®n con las familias y las visitas de los allegados. "Creemos que muchas veces se podr¨ªa abrir m¨¢s nuestras ¨¢reas de trabajo y que los familiares, sobre todo en estos momentos que suelen ser tan duros, est¨¦n lo m¨¢s cerca posible del paciente", reconoce el especialista. Solo de esa forma, las UCI dejar¨ªan de ser esos lugares tan poco accesibles en un hospital.
![Juan Carlos Montejo Gonz¨¢lez, coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital 12 de Octubre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FS42DS4T4TBEMBS7HN4BPMOUHA.jpg?auth=840086308929ee9c181919838cf49014464359632b1e5621800974c8550292c8&width=414)
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