Una recesi¨®n dentro de la depresi¨®n
En abril de 2009, medio a?o largo despu¨¦s de la ca¨ªda de Lehman Brothers, cuando todo parec¨ªa posible que sucediese en el sistema financiero y en la econom¨ªa real, dos historiadores econ¨®micos, Barry Eichengreen y Kevin O?Rourke, publicaron una comparaci¨®n hist¨®rico-estad¨ªstica de la Gran Depresi¨®n con la crisis actual. Su an¨¢lisis fue de los m¨¢s pesimistas que hasta entonces hab¨ªan aparecido: lo que est¨¢ pasando tiene todas las dimensiones de una depresi¨®n y el r¨®tulo de Gran Recesi¨®n se puede quedar corto. Incluso criticaron por blando, amablemente, a Krugman, que hab¨ªa utilizado el concepto de "Gran Depresi¨®n a medias" y luego us¨® el de "Gran Depresi¨®n menor".
?En qu¨¦ se basaban? En que la mayor parte de los trabajos sobre la Gran Depresi¨®n-Gran Recesi¨®n cotejaban los EE UU de los a?os treinta con los de la primera d¨¦cada del siglo XXI, pero la Gran Depresi¨®n ya fue un fen¨®meno global (solo se salv¨® de la misma la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que ten¨ªa otro sistema pol¨ªtico y econ¨®mico), como lo es la crisis actual. Si se estudiaba lo que estaba acaeciendo en el conjunto del planeta, "globalmente estamos en situaci¨®n an¨¢loga, si no peor, que en la Gran Depresi¨®n, tanto si la m¨¦trica es la producci¨®n industrial, como si son las exportaciones o los valores de las acciones (...) Estamos ante un acontecimiento que tiene todas las dimensiones de una depresi¨®n".
El consenso indica que la coyuntura de amplias zonas del planeta se encamina nuevamente hacia el estancamiento o hacia una nueva recesi¨®n
Eichengreen y O?Rourke pon¨ªan dos cauciones a su an¨¢lisis: que cuando lo publicaron apenas han pasado dos a?os y medio desde el origen de los problemas de las hipotecas locas, y la Gran Depresi¨®n dur¨® m¨¢s de una d¨¦cada; por tanto, se necesitaba m¨¢s perspectiva de tiempo. Y que las respuestas pol¨ªticas del siglo XXI (tipos de inter¨¦s muy bajos, ayudas a la gran banca para que no cayese y generase el p¨¢nico entre sus clientes, planes de est¨ªmulo a la econom¨ªa real) parec¨ªan estar dando resultado y hab¨ªan sido m¨¢s apropiadas y m¨¢s r¨¢pidas que las implantadas por el presidente Hoover y su secretario del Tesoro, Andrew Mellon, entre 1929 y 1932, dominadas por el capitalismo de laissez-faire. Se ha mejorado, como dec¨ªa Galbraith (El crack de 1929, Ariel) porque "los conocimientos de econom¨ªa han experimentado un modesto aumento (...) los economistas y todos aquellos que ofrec¨ªan consejo econ¨®mico durante los ¨²ltimos a?os veinte y primeros treinta eran fundamentalmente malos economistas y perversos consejeros". ?Qu¨¦ pensar¨ªa hoy Galbraith de las pol¨ªticas p¨²blicas de austeridad que se est¨¢n aplicando para salir de esta endemoniada coyuntura? Ser¨ªa asimismo muy oportuno conocer si Eichengreen y O?Rourke a¨²n sostienen que las respuestas pol¨ªticas de ahora son parte de la soluci¨®n a la crisis, o se han unido a las tesis de su benevolentemente criticado Paul Krugman de que multiplican los problemas que tratan de arreglar.
En la actualidad prosigue entre los analistas el juego de semejanzas y diferencias entre las dos contracciones mayores de la historia del capitalismo. Aunque hay que cuidarse mucho del pensamiento anal¨®gico sin matices, la ¨²ltima comparaci¨®n que se ha puesto de moda es entre 1937 y 2011. En 1937 hac¨ªa siete a?os del crash de la Bolsa de Nueva York y cuatro desde que el presidente Roosevelt empez¨® a poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica econ¨®mica keynesiana a la que denomin¨® New Deal, basada en el incremento de la inversi¨®n p¨²blica, las reformas financieras, un mayor equilibrio de poder entre los empresarios y los sindicatos, y la generaci¨®n de puestos de trabajo y protecci¨®n social a los m¨¢s desfavorecidos. La economista Cristina Rohmer, que fue jefa de los asesores econ¨®micos del presidente Obama, cuenta lo que sucedi¨®: "La recuperaci¨®n en los cuatro a?os despu¨¦s de que Franklin Delano Roosevelt tomase posesi¨®n en 1933 fue incre¨ªblemente r¨¢pida. El crecimiento real anual del PIB fue de un 9% de media. El desempleo cay¨® del 25% al 14%. Aparte de la II Guerra Mundial, EE UU nunca ha experimentado ese crecimiento sostenido tan r¨¢pido. Sin embargo, ese crecimiento se vio detenido por una segunda gran ca¨ªda en 1937-1938, cuando el desempleo volvi¨® a aumentar hasta el 19% (...) La causa fundamental de esta segunda recesi¨®n fue un desafortunado y, en buena medida involuntario, cambio a una pol¨ªtica fiscal y monetaria contractiva. [Los recortes del gasto y las subidas de impuestos] redujeron el d¨¦ficit a aproximadamente un 2,5% del PIB, ejerciendo una presi¨®n contractiva significativa". En 1937, la producci¨®n de acero se redujo un 70%, la de autom¨®viles un 50%, de los productos manufacturados un 35%.
Escribe Kindleberger (La crisis econ¨®mica 1929-1939. Capit¨¢n Swing) que cuando se produce esa inesperada "recesi¨®n dentro de la depresi¨®n" en 1937, a causa del levantamiento de los est¨ªmulos p¨²blicos antes de lo debido, cambia el clima intelectual desde la consolidaci¨®n fiscal hacia el keynesianismo, y Roosevelt no tiene m¨¢s remedio, contra sus expectativas previas, que volver a las pol¨ªticas de expansi¨®n p¨²blica de la demanda. El pleno empleo no llegar¨¢ hasta la entrada de EE UU en la guerra mundial, en diciembre de 1941, tras el ataque de Pearl Harbour. Roosevelt mantuvo el porcentaje de la deuda respecto al PIB en el 40% como media durante todo el New Deal y solo lo increment¨® hasta el 128% durante la conflagraci¨®n.
En 2011, el consenso de los organismos multilaterales y servicios de estudios privados indica que la coyuntura de amplias zonas del planeta se encamina nuevamente hacia el estancamiento o, posiblemente, hacia una nueva recesi¨®n, en la que confluyen varios tipos de problemas a la vez: abundancia de recortes de la inversi¨®n y el gasto p¨²blico motivados por las pol¨ªticas de austeridad y consolidaci¨®n fiscal puestas en marcha, lo que acent¨²a la marcha lenta de la coyuntura; gigantesco endeudamiento privado y p¨²blico, con dificultades de algunos pa¨ªses para pagar su deuda soberana, y por tanto con menores m¨¢rgenes que en 2008 para activar otra vez pol¨ªticas de est¨ªmulo, so pena de que se les escapen aun m¨¢s los desequilibrios macroecon¨®micos (acabar con la deuda con m¨¢s deuda); y falta de liquidez y fuertes necesidades de recapitalizaci¨®n de la banca, multiplicadas por la crisis de la deuda anterior. Por ello, tambi¨¦n ahora se podr¨ªa estar a las puertas de una "recesi¨®n dentro de la depresi¨®n", aunque todav¨ªa no se ha generado con nitidez, como anta?o, un cambio de clima intelectual desde una pol¨ªtica de austeridad uniforme a pol¨ªticas de crecimiento selectivo.
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