Nuevas t¨¢cticas, viejas estrategias
Rafi Schutz, embajador israel¨ª en Espa?a hasta hace un par de meses, resume en el diario Haaretz su mandato como un periodo especialmente l¨²gubre. Nada raro por otra parte, pues a un exembajador israel¨ª en Europa del Este le pas¨® lo mismo, y ambos siguen los pasos del exembajador israel¨ª en Reino Unido, quien siempre se quej¨® de lo dif¨ªcil que lo hab¨ªa tenido en los campus universitarios ingleses debido a la hostilidad creciente. Al exembajador israel¨ª en Irlanda le pas¨® exactamente lo mismo.
El grupo al completo echa la culpa de todos sus males al cl¨¢sico antisemitismo. Pero mientras sus colegas en Irlanda y Reino Unido no dan m¨¢s detalles, el exembajador en Madrid radica todos sus problemas en la terrible Inquisici¨®n espa?ola del siglo XV. Los espa?oles (el art¨ªculo de Schutz se titula Por qu¨¦ los espa?oles nos odian) ser¨ªan anti-israel¨ªes por pura incapacidad a la hora de aceptar la responsabilidad que les toca en eso de la Inquisici¨®n, una instituci¨®n a la que, seg¨²n ¨¦l, todav¨ªa siguen apoyando.
La diplomacia israel¨ª tilda rutinariamente de antisemitismo lo que es rechazo de una pol¨ªtica actual
Pensar que los j¨®venes espa?oles piensan y sienten motivados por atrocidades cometidas hace m¨¢s de 500 a?os y no por las criminales pol¨ªticas actuales del Estado de Israel, o la idea de que la ¨²nica raz¨®n del apoyo de Espa?a a la causa palestina sea la Inquisici¨®n, no es si no muestra de la desesperaci¨®n de los diplom¨¢ticos israel¨ªes en Europa, quienes ya desde hace tiempo ven perdida la batalla por la raz¨®n moral.
Este tipo de lamentaciones demuestran algo importante: la lucha de la sociedad civil en los principales pa¨ªses europeos va teniendo ¨¦xito. Sin recursos y a trav¨¦s de grupos peque?os que saben c¨®mo sacar el mejor partido de su principal ventaja -el actual Gobierno de Israel-, la sociedad civil est¨¢ consiguiendo hacer verdaderamente dif¨ªcil la tarea de los diplom¨¢ticos israel¨ªes. Por lo tanto, si hubiera que valorar la situaci¨®n, creo que todos los que formamos parte de estos peque?os grupos de resistencia en Occidente podr¨ªamos sentirnos un poco satisfechos ante el trabajo bien hecho.
Los embajadores israel¨ªes, por su parte, deber¨ªan ser capaces de apreciar que la pol¨ªtica israel¨ª en la Palestina ocupada ha sido y sigue siendo inaceptable. Por eso es tan criticada: el profundo racismo que subyace en la naturaleza del Estado jud¨ªo ha conseguido galvanizar las conciencias de los ciudadanos -muchos de ellos jud¨ªos- de todo el mundo en apoyo de una campa?a en pro de la justicia y de la paz en Palestina.
Pero antes de conseguirlas tendremos que hacer un esfuerzo para librarnos de las garras de los pol¨ªticos y del juego de poder que se traen entre manos. La iniciativa de declarar un Estado independiente de Palestina en tan solo un 22% del territorio original es una broma de mal gusto, se apruebe finalmente o no se apruebe. La petici¨®n realizada a la comunidad internacional para que reconozca a una Palestina independiente en apenas una parte de Cisjordania, e integrada por una m¨ªnima parte de la poblaci¨®n palestina, puede asustar al Likud pero no tiene nada que ver con la larga lucha por la liberaci¨®n de Palestina. Puede que esta iniciativa termine en agua de borrajas o puede que para Israel tan solo sirva como un pretexto m¨¢s para seguir ocupando y anexionando tierras que no son suyas.
Al final se trata solo de una nueva t¨¢ctica en este juego de poderes al que tan aficionados son los pol¨ªticos, un juego que, como todos sabemos, no lleva a ninguna parte, porque hasta que los palestinos no resuelvan su problema de representatividad y la comunidad internacional no ponga al descubierto las artima?as de Israel, la realidad y los pol¨ªticos seguir¨¢n estando divorciados.
Mientras tanto, lenta pero definitivamente, seguiremos colocando en su sitio las piezas de un rompecabezas basado en el reconocimiento por ambas partes de que cualquier soluci¨®n habr¨¢ de incluir a todos los palestinos (los que viven tanto en los territorios ocupados como en Israel o en el exilio), y en la construcci¨®n de un nuevo r¨¦gimen para toda la tierra de la Palestina hist¨®rica que ofrezca igualdad y prosperidad para todos los que viven all¨ª ahora o fueron expulsados de all¨ª por la fuerza en los 60 a?os de existencia del Estado de Israel.
La incomodidad expresada por los diplom¨¢ticos mencionados no tiene su origen en el rechazo o en las malas caras de los Ministerios de Asuntos Exteriores o los Gobiernos de los pa¨ªses en que estuvieron destinados. Es posible que al tiempo que muchos ciudadanos europeos se empe?an en ponerles a ellos las cosas dif¨ªciles, sus respectivos Gobiernos miren para otro lado, ya sea aceptando el dinero de Israel para impedir zarpar rumbo a Gaza a la Flotilla de la Paz o para comprar su silencio, lo que demuestra que, a pesar de las lamentaciones de sus diplom¨¢ticos, la inmunidad de Israel sigue estando garantizada.
Esta es la raz¨®n principal por la que nosotros tendremos que procurar la incomodad no solo de los embajadores israel¨ªes en todas las capitales europeas, sino tambi¨¦n la de quienes les apoyan o tienen miedo de hacerles frente.
Ilan Pappe es catedr¨¢tico de Historia y director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la Universidad de Exeter. Traducci¨®n de Pilar Salamanca.
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