Los 'papeles' de Tr¨ªpoli
China, Reino Unido y EE UU ten¨ªan una estrecha relaci¨®n con Gadafi
Hace un par de semanas el periodista Graeme Smith, del diario canadiense The Globe and Mail, encontr¨® unos extra?os papeles en Tr¨ªpoli. Se top¨® con ellos en el lujoso barrio de Bab Akkar¨¢. "Estaban tirados en un mont¨®n en la acera, revoloteando en el aire", cuenta desde la capital. "Lo primero que me llam¨® la atenci¨®n fueron los mapas: detallados estudios topogr¨¢ficos de los alrededores de Misrata con dibujos de planos de batalla y n¨²mero de tropas. Cuando mir¨¦ con m¨¢s detenimiento, vi que el resto de los papeles inclu¨ªan confesiones firmadas, informes internos y transcripciones de pinchazos telef¨®nicos". Los recogi¨® y se pas¨® cuatro d¨ªas, seg¨²n cuenta, traduci¨¦ndolos del ¨¢rabe. Ahora est¨¢n en manos del Gobierno de transici¨®n.
Pek¨ªn confirma la visita de funcionarios libios, pero niega la venta de armas
Hasta la ca¨ªda de Tr¨ªpoli a finales de agosto, la ciudad donde boqueaba el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi hab¨ªa sido un n¨²cleo herm¨¦tico. Lo fue para los periodistas occidentales que estaban confinados en un par de hoteles de los que solo ten¨ªan permitido salir en excursiones propagand¨ªsticas organizadas por la dictadura. Abandonada ahora por los ¨²ltimos leales al coronel, en las oficinas y ministerios vac¨ªos de la capital permanecen miles de documentos que, en su precipitada huida, no tuvieron tiempo de esconder o destruir. Al difundirse el contenido de algunos -habr¨¢ m¨¢s revelaciones-, los secretos del r¨¦gimen han resultado ser tambi¨¦n los de China, Reino Unido y Estados Unidos.
Los documentos m¨¢s recientes son informes del viaje que realizaron enviados del r¨¦gimen libio a China el 15 de julio. El prop¨®sito del traslado era visitar tres empresas de armas y comprar material por 150 millones de euros. La fecha es el dato crucial, ya que si se produjo la venta, Pek¨ªn estar¨ªa incumpliendo el embargo de armas impuesto a Libia por la ONU y lo har¨ªa beneficiando al bando que combate la comunidad internacional.
"Comenzamos reuni¨¦ndonos con Norinco", dice uno de los escritos, "una compa?¨ªa del norte de China que fabrica armas para las tropas de tierra del Gobierno chino. Envi¨¦ una lista de las armas y balas que necesit¨¢bamos, y la empresa mostr¨® su voluntad inicial de ofrecernos todo lo que hubiera en su almac¨¦n, listo para ser exportado. Estaba obviamente preparada para aceptar cualquier pedido para ser fabricado y preparado para entregar la cantidad solicitada al d¨ªa siguiente. (...)".
La documentaci¨®n incluye otros dos informes similares con otras dos compa?¨ªas, los detalles del viaje y dos p¨¢ginas con listas de material militar en stock y sus precios, donde hab¨ªa, por ejemplo, un misil anti-b¨²nker a 22.120 euros la unidad y se especifica una cantidad de 600, que en total cuestan 13.272.000 euros.
Pek¨ªn ha confirmado esta semana las visitas de funcionarios libios a las empresas, pero niega que tuviera conocimiento de esas negociaciones y que saliera ninguna partida de armas de su pa¨ªs. "Ninguna compa?¨ªa china se mueve en el exterior sin el consentimiento del Gobierno", explica Jes¨²s N¨²?ez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH). "El volumen de inversi¨®n de China en Libia es de unos 22.000 millones de euros. Ten¨ªa ya en el pa¨ªs a miles de trabajadores cuando empez¨® la revuelta. El objetivo de China es garantizar su seguridad energ¨¦tica, as¨ª que no tiene problema en jugar a dos bandas, est¨¦ Gadafi o los rebeldes. Parece que China es la ¨²nica que se salta las reglas. Pero el embargo de armas se impuso a Libia, no solo a Gadafi, y lo han violado todos al proporcionar armas a los rebeldes, como Catar y empresas francesas y de otros pa¨ªses", a?ade.
La otra mina de secretos era el edificio de seguridad externa de Libia, las antiguas oficinas del jefe de los esp¨ªas hasta 2007, Musa Kusa, que huy¨® a Londres a finales de marzo. El pasado fin de semana, el equipo en la capital de Human Rights Watch acudi¨® al edificio abandonado. "Hab¨ªa much¨ªsimos archivos. Mi equipo vio dos libros donde pon¨ªa 'Estados Unidos' y otro que dec¨ªa 'Reino Unido' y empezaron a fotografiarlos", explica el coordinador de la ONG, Alfred Abrahams. Encontraron una carta de la CIA que comienza as¨ª: "Querido Musa". En ella se habla de estrechar lazos y acaba: "Estamos deseando trabajar contigo en el interrogatorio del terrorista que hace poco entregamos a tu pa¨ªs. Me gustar¨ªa enviar a Libia a dos funcionarios m¨¢s y te agradecer¨ªa que pudieran interrogarlo directamente".
En otra misiva, enviada por la CIA el 6 de marzo de 2004 a Tr¨ªpoli, se refiere a la entrega en Bankok del l¨ªder del LIFG (siglas en ingl¨¦s del Grupo de Combate Isl¨¢mico Libio) Abdul Hakim Belhaj y su esposa embarazada de cuatro meses. En los papeles se le menciona con el seud¨®nimo de Abdul¨¢ el Sadiq. La CIA incluye una prevenci¨®n: "Debemos tener garant¨ªas de que El Sadiq ser¨¢ tratado con humanidad".
"Pese a las garant¨ªas diplom¨¢ticas que introducen, sab¨ªan perfectamente que los presos iban a ser torturados", dice Abrahams. "Lo que hay de nuevo en los papeles no es la relaci¨®n de los tres servicios de espionaje, sino hasta qu¨¦ punto esa relaci¨®n era estrecha: la CIA enviaba preguntas, participaba en interrogatorios...". En otro documento, una carta enviada a Musa Kusa por un funcionario del MI6 da cuenta de la implicaci¨®n brit¨¢nica al felicitarle por "la llegada a salvo de Abdul¨¢ el Sadiq".
Belhaj es ahora comandante de los rebeldes en Tr¨ªpoli. Ha pasado de ser considerado terrorista, detenido y torturado en Libia, a luchar en el mismo bando con brit¨¢nicos y estadounidenses. Para N¨²?ez, "despu¨¦s de Wikileaks, poco puede extra?ar lo que muestran los papeles de las relaciones internacionales y su hipocres¨ªa".
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