La izquierda tambi¨¦n viste Gucci
Helle Thorning-Schmidt, criticada por la vieja guardia de su partido por sus ropas caras, ser¨¢ la primera mujer que presida un Gobierno dan¨¦s
La victoria electoral del jueves era la ¨²ltima oportunidad para Helle Thorning-Schmidt. Sus seis a?os al frente de la socialdemocracia danesa comenzaron mal. Cuando la eligieron responsable del partido llevaba apenas cinco d¨ªas como diputada en el Parlamento de Copenhague. La vieja guardia socialdem¨®crata, formada por sindicalistas y pol¨ªticos de carrera, miraban con mucha desconfianza a aquella joven rubia de tacones altos y trajes caros que no hab¨ªa pasado por los cauces normales de ascenso en el partido.
No obstante, su discurso se centr¨® en una idea: "Puedo vencer a Anders Fogh". Rasmussen, que ahora es secretario general de la OTAN, hab¨ªa arrebatado el poder a los socialdem¨®cratas en 2001. Cuando ascendi¨® a la jefatura del partido, Helle Thorning-Schmidt ten¨ªa 38 a?os. Ahora, a los 44, se convertir¨¢ en la primera mujer que presidir¨¢ un Gobierno en la historia de Dinamarca. Un desaf¨ªo dif¨ªcil. Helle Thorning-Schmidt, al frente de una alianza de cuatro partidos de izquierda, relevar¨¢ al frente del Gobierno dan¨¦s al liberal Lars Lokke Rasmussen.
Ahora bien, el problema m¨¢s grave que afronta la futura jefa del Gobierno dan¨¦s es la debilidad palmaria de su partido. Porque, pese a su victoria, los socialdem¨®cratas encajaron ayer su peor resultado electoral desde 1906. Thorning-Schmidt tiene que apoyarse, por tanto, en tres partidos menores para formar su gobierno y desbancar a las fuerzas de la coalici¨®n de la derecha.
Comienzos radicales
Thorning-Schmidt no ha ocultado que sus comienzos pol¨ªticos estuvieron "muy a la izquierda". Ingres¨® en el partido socialdem¨®crata en 1993 y despu¨¦s estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas en la capital danesa y en la ciudad belga de Brujas, donde se emparej¨® con el brit¨¢nico Stephen Kinnock, hijo del famoso dirigente laborista del Reino Unido Neil Kinnock. Su carrera ha sido mete¨®rica desde 1999, cuando obtuvo un esca?o como parlamentaria europea. Apenas seis a?os despu¨¦s dirig¨ªa su partido y ahora presidir¨¢ el Gobierno de Dinamarca.
La nueva figura emergente de la pol¨ªtica danesa ha sido poco concreta en asuntos de programa. Sin alejarse nunca mucho de las cl¨¢sicas posiciones de la poderosa socialdemocracia danesa ha hecho, de cuando en cuando, propuestas reformistas. En cualquier caso, el mensaje constante durante su campa?a ha sido el rechazo a la derecha populista del DF y el regreso al centro pol¨ªtico europe¨ªsta. En esa l¨ªnea, paralizar¨¢ la construcci¨®n de puestos fronterizos emprendida por el Gobierno actual y suavizar¨¢ las restrictivas pol¨ªticas migratorias impuestas por la ultraderecha en la ¨²ltima d¨¦cada. Por otra parte, la socialdemocracia aspira a combatir la crisis econ¨®mica con inversiones p¨²blicas y reformas del mercado laboral.
Como ocurre con otras mujeres de proyecci¨®n p¨²blica, el caso de Helle Thorning-Schmidt figura entre aquellos en los que el buen aspecto f¨ªsico acarrea desventajas. Su ropa, siempre cara, le vali¨® el apodo de Gucci-Helle, primero en su partido y m¨¢s tarde entre la opini¨®n p¨²blica. Lo cierto es que tampoco ha contribuido a su credibilidad de dirigente de la izquierda que env¨ªe a su hija a un colegio privado o que su marido haya sido objeto de investigaciones fiscales.
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