Como albinos en Tanzania
El impuesto sobre el patrimonio se suspendi¨® en 2008 tras un ¨¢gape en La Moncloa en el que Zapatero reuni¨® a algunos de los principales empresarios del pa¨ªs. El presidente del Gobierno pregunt¨® a sus invitados, uno a uno, si pagaban dicho impuesto y, uno a uno, le respondieron que no (esta an¨¦cdota me la relat¨® uno de los asistentes). En uno de sus caracter¨ªsticos prontos, Zapatero decidi¨® suspender el impuesto sobre el patrimonio por su falta de equidad, puesto que los m¨¢s ricos del pa¨ªs no lo pagaban. Y no es que hicieran fraude: no lo pagaban cumpliendo la legalidad vigente.
Un impuesto sobre el patrimonio es una anomal¨ªa en las econom¨ªas occidentales. Solo existe en Espa?a y, en cierta medida, en Francia. No existe en otros pa¨ªses por una raz¨®n de tipo econ¨®mico y otra de tipo t¨¦cnico. El patrimonio es un conjunto de rentas acumuladas en el tiempo que, cuando se generaron, pagaron los impuestos correspondientes. Gravar el patrimonio es volver a gravar esas rentas, algo que la ortodoxia tributaria considera rechazable porque desincentiva el ahorro. La raz¨®n t¨¦cnica es que los m¨¢s ricos no son personas f¨ªsicas, sino jur¨ªdicas, con lo que eluden con facilidad los impuestos cuyo sujeto pasivo son las personas f¨ªsicas. En Espa?a este impuesto existe desde 1978, cuando se instaur¨® con car¨¢cter excepcional y transitorio, conscientes los legisladores de entonces de la anomal¨ªa que representaba, porque al no pagarlo los ricos era un impuesto sobre las clases medias. En 1991 se le dio un car¨¢cter permanente, pero los ricos siguieron sin pagar porque el impuesto no cambi¨®. Este fue el impuesto que se suspendi¨® en 2008, por su falta de equidad, y el que el Gobierno ha decidido restaurar en 2011. ?Significa esta restauraci¨®n que los comensales del banquete de Zapatero van a comenzar a pagar el impuesto sobre el patrimonio? ?Por supuesto que no, faltar¨ªa m¨¢s! El impuesto no ha cambiado, solo se ha elevado el m¨ªnimo exento: sigue siendo un impuesto sobre las clases medias. ?Por qu¨¦ los ricos espa?oles no lo pagan? A la raz¨®n t¨¦cnica expuesta m¨¢s arriba hay que a?adir otra de car¨¢cter alimenticio. Todo pol¨ªtico en activo es un futuro expol¨ªtico. Y tendr¨¢ que comer de algo. Los verdaderamente ricos de este pa¨ªs dan una soluci¨®n a este problema. Basta consultar la lista de consejos de administraci¨®n, asesor¨ªas y consultor¨ªas de las principales empresas y sociedades patrimoniales de este pa¨ªs -y tambi¨¦n algunas del extranjero- para que sea inevitable exclamar: ?Ah, claro! Como dicen en mi tierra, "una mano lava la otra y las dos lavan la cara".
160.000 personas pagar¨¢n por su patrimonio. No son los m¨¢s ricos: son los pecheros del siglo XXI
Dice el catecismo que mentir es decir lo contrario de lo que se piensa o cree, con intenci¨®n de enga?ar. ?Mienten Rubalcaba y Blanco cuando dicen que "el PP intenta ahorrar esfuerzos a los patrimonios m¨¢s grandes", o que "no es justo recortar la educaci¨®n sin pedir un esfuerzo a los que m¨¢s tienen"? Si se les supone un cociente de inteligencia superior a la temperatura ambiente, y creo que eso hay que hacerlo, hay que concluir que s¨ª. Mienten bellacamente. Yo no s¨¦ qu¨¦ extra?a ofuscaci¨®n ha llevado al PSOE a dise?ar su campa?a electoral alrededor de una mentira tan palmaria. No s¨¦ por qu¨¦ creen los socialistas que el tir¨®n electoral de sus mentirosos (Rubalcaba y Blanco, por ejemplo) ser¨¢ similar al de los del PP (por ejemplo, Camps). Lo que s¨ª s¨¦ es que el tema central de la campa?a es un insulto a la inteligencia. Cuando Rubalcaba y Blanco dicen que hay que reinstaurar el impuesto sobre el patrimonio (menos de 1.000 millones de euros anuales) para no tener que recortar la educaci¨®n o la sanidad, ?por qu¨¦ no proponen, para cuadrar el d¨¦ficit y como alternativa al impuesto, cerrar instituciones in¨²tiles que solo sirven para dar de comer a pol¨ªticos y a sus enchufados? Ejemplos: las televisiones p¨²blicas (1.300 millones de euros), las Diputaciones (5.000 millones de euros) y -?por qu¨¦ no?- el Senado (?Oiga, que se tendr¨ªa que cambiar la Constituci¨®n! ?Anda ya!).
Alrededor de 160.000 personas, seg¨²n c¨¢lculos de no se sabe qui¨¦n del Gobierno, pagar¨¢n el impuesto restaurado. No son, ni de lejos, los m¨¢s ricos: son los pecheros del siglo XXI. No les bastar¨¢ con pagar. Han sido tomados como rehenes de una estrategia electoral que, a la desesperada, les est¨¢ acusando ya de insolidaridad y les acabar¨¢ acusando de ser los ¨²ltimos responsables de la crisis que asuela el pa¨ªs. Pueden acabar siendo el chivo expiatorio que oculte la enorme responsabilidad del Gobierno saliente por su fr¨ªvola gesti¨®n de la crisis. Como albinos en Tanzania se van a tener que esconder, o pintarse la cara de otro color. La restauraci¨®n del impuesto sobre el patrimonio responde, en mi opini¨®n, a mucho m¨¢s que a un intento de colocar al PP en una posici¨®n inc¨®moda cuando se vote el decreto ley en el Congreso. En 2004, el PSOE gan¨® unas elecciones que parec¨ªan perdidas de antemano por un movimiento s¨²bito de la opini¨®n p¨²blica contrario a la gesti¨®n que el PP hab¨ªa hecho de los atentados de Madrid. ?Podr¨ªa un movimiento similar -espont¨¢neo, por supuesto- contrario a los pobres ricos albinos y a quienes les protegen, provocar un resultado similar en las elecciones de 2011? Yo creo que no, pero bien pudiera haber quien opinara que s¨ª.
C¨¦sar Molinas es socio fundador de la consultora Multa Paucis.
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