Incuestionable educaci¨®n gratuita
No hay debate sobre la universalidad de la ense?anza b¨¢sica - Lo que se plantea es extenderla entre cero y tres a?os - La subvenci¨®n de las tasas universitarias s¨ª despierta pol¨¦mica
En unos tiempos en los que casi todo est¨¢ en cuesti¨®n, a nadie se le hab¨ªa ocurrido cuestionar si la educaci¨®n debe de ser obligatoria y gratuita. Pareci¨® hacerlo el lunes Esperanza Aguirre cuando plante¨® que, si lo es en una fase, "a lo mejor no tiene que serlo en las dem¨¢s". Pero solo pareci¨®. M¨¢s tarde matiz¨® y dijo que se refer¨ªa a estudiar un m¨¢ster, algo que ratific¨® ayer su consejera de Educaci¨®n, Luc¨ªa Figar. Los m¨¢steres, sin embargo, nunca han sido ni obligatorios ni gratuitos. Lo ¨²nico que est¨¢ as¨ª establecido son los 10 a?os de formaci¨®n que van desde los 6 a los 16. El resto, con m¨¢s o menos financiaci¨®n p¨²blica, es voluntario. Descartado que la presidenta de la Comunidad de Madrid hable sin saber lo que dice, ?a qu¨¦ se refer¨ªa exactamente?
Solo un 60% de los chavales saca su t¨ªtulo en ense?anzas medias
Los m¨¢steres que cit¨® Aguirre nunca han sido de balde ni obligatorios
Probablemente solo ella lo sepa. El PP, a trav¨¦s de sus portavoces, se afan¨® en aclarar que el partido asegura la educaci¨®n universal y gratuita, algo que por otro lado est¨¢ recogido expresamente en la Constituci¨®n. El debate estar¨ªa, pues, en establecer hasta d¨®nde llega la educaci¨®n b¨¢sica y qu¨¦ papel debe tener el Estado m¨¢s all¨¢. Con la ley en la mano, ni la previa a los seis a?os ni la posterior a los 16 lo es, aunque en la pr¨¢ctica buena parte de la formaci¨®n a estas edades est¨¢ totalmente financiada por las Administraciones. Pocos expertos cuestionan que el bachillerato o la educaci¨®n infantil (de tres a seis a?os) ha de ser gratuita, como ahora sucede. Pero s¨ª hay opiniones variadas respecto a en qu¨¦ medida se debe financiar la ense?anza anterior (de cero a tres a?os) y posterior, la universidad, en la que el estudiante paga solo entre un 15% y un 20% del coste real.
La gratuidad del primer contacto del ni?o con algo parecido a una escuela, entre cero y tres a?os, es una lucha social que va ganando batallas en Espa?a, pero queda muy lejos de estar establecida. Los argumentos para promoverla est¨¢n por un lado en el sentido de facilitar la igualdad de oportunidades laborales del hombre y la mujer, a la que se le facilita la carrera profesional si el hijo es atendido a edades tempranas. Tambi¨¦n hay razones de orden educativo. Seg¨²n explica Mariano Fern¨¢ndez Enguita, jefe del departamento de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, hay mayor correlaci¨®n entre la condici¨®n social y el ¨¦xito laboral de una persona con su escolarizaci¨®n infantil que con la superior. "Es una cuesti¨®n estad¨ªstica, habr¨ªa que ver si a esa persona le va bien porque recibi¨® una educaci¨®n a muy corta edad o si resulta que las familias que escolarizan a sus hijos desde bien peque?os son las que ayudan de alguna forma a este ¨¦xito", dice. Algunos pa¨ªses n¨®rdicos que encabezan las listas educativas le dan menos importancia a esta ense?anza precoz -en Finlandia la educaci¨®n obligatoria comienza a los siete a?os- y la compensan con grandes facilidades a los padres para cuidar de sus hijos. Por eso, muchos expertos restan importancia a la escolarizaci¨®n temprana como forma de adquirir conocimientos y hacen m¨¢s hincapi¨¦ en el papel de las familias.
Con m¨¢s o menos escuela previa, el ni?o llega a los seis a?os al colegio, s¨ª o s¨ª. Y esto no est¨¢ en cuesti¨®n. Todav¨ªa hay debate en la comunidad educativa sobre si los adolescentes tienen que estar en la ense?anza secundaria hasta los 16 a?os. Muchos profesores sostienen que a ciertas edades, cuando el joven no quiere estudiar, lo ¨²nico que hace es estorbar en el aula y que m¨¢s le valdr¨ªa dedicarse a otra cosa. Pero ese debate parece haber remitido sustancialmente en los ¨²ltimos a?os. Si hay algo en cuesti¨®n aqu¨ª no es, en todo caso, si la educaci¨®n debe ser obligatoria y gratuita hasta los 16, sino c¨®mo debe enfocarse.
La plataforma Mejora tu Escuela P¨²blica plantea aumentar la calidad de la ense?anza obligatoria con m¨¢s autonom¨ªa de los centros y reivindica la necesidad de una escuela gratuita de calidad, porque es la que puede "encargarse de atender a la enorme diversidad de situaciones de quienes no pueden pagarse una educaci¨®n privada", en palabras de su presidente, Juan Jos¨¦ Nieto.
Cuando se acaba la educaci¨®n obligatoria llega el instituto, sea en forma de bachillerato o de FP. La Uni¨®n Europea se propone que el 85% de la poblaci¨®n siga alguna de estas ense?anzas y obtenga el t¨ªtulo. "Y si tenemos este objetivo, realmente lo que buscamos es que lo consiga todo el mundo con un peque?o margen de fracaso, por lo que debe ser tambi¨¦n gratuito, aunque en Espa?a estemos lejos de alcanzar ese porcentaje y rondemos, seg¨²n como se mida la estad¨ªstica, el 60% de chavales que logran estos t¨ªtulos medios", argumenta Fern¨¢ndez Enguita. Los institutos p¨²blicos, de hecho, ofrecen esta educaci¨®n de forma gratuita.
Colegio, instituto, universidad. Este es el camino natural para algunos alumnos. Pero no para la mayor¨ªa. Solo alrededor de un 40% llega a los estudios superiores en Espa?a, seg¨²n la OCDE. La obligatoriedad aqu¨ª queda muy lejos. La gratuidad, no tanto. Porque aunque hay que pagar unas tasas, la mayor parte de la matr¨ªcula est¨¢ financiada por los contribuyentes. Seg¨²n Juan Jos¨¦ Dolado, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Carlos III de Madrid, el Estado paga alrededor del 85%, en funci¨®n de la titulaci¨®n. "Una matr¨ªcula media cuesta entre 8.000 y 9.000 euros y el estudiante paga entre 800 y 900", asegura. Y aqu¨ª es donde realmente hay un debate que trasciende la ideolog¨ªa. Julio Caraba?a, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad Complutense, explica que la controversia se genera porque toda la sociedad le est¨¢ pagando los estudios a las clases medias, que son las que m¨¢s aprovechan esta financiaci¨®n. "El estudio universitario va a proporcionar un beneficio fundamentalmente privado para quien lo recibe, aunque tambi¨¦n revierta de alguna forma en el resto de la sociedad", explica. ?l, sin embargo, no se muestra partidario de cambiar la situaci¨®n tal y como est¨¢ en Espa?a. "Hay quien apoya el encarecimiento de la matr¨ªcula acompa?ado por un aumento de becas para quien realmente las necesite, pero eso complica la cosa y no merece la pena. Comprobar la situaci¨®n econ¨®mica de cada cual es dif¨ªcil y el argumento de que paguen m¨¢s los ricos se quiebra jur¨ªdicamente si los hijos de los m¨¢s adinerados se declaran independientes cuando cumplen los 18 a?os, de forma que pasan a ser autom¨¢ticamente pobres. Creo que las tasas son necesarias para evitar el despilfarro y el abuso, pero soy partidario de una educaci¨®n barata", a?ade.
El sistema espa?ol es parecido al de los pa¨ªses de su entorno, aunque distinto de los anglosajones, que hacen pagar a los estudiantes una carga muy superior. Esto se acentu¨® en el Reino Unido cuando los conservadores llegaron al poder y el primer ministro, David Cameron, decidi¨® triplicar las tasas universitarias, que pasaron de unas 3.000 libras (3.444 euros) a 9.000. La respuesta fue una gran contestaci¨®n estudiantil.
De vuelta a Espa?a, las propuestas de cambio van en varios sentidos. Enguita es favorable a unas matr¨ªculas m¨¢s caras, con pr¨¦stamos generosos para quienes lo necesiten y demuestren talento (o al menos aprueben buena parte de las asignaturas). "En la educaci¨®n superior, que es minoritaria y tras la que casi todos los estudiantes se colocan y ganan un salario que suele estar entre un 20% y un 30% por encima de quien no es titulado, tiene mucho sentido plantearse si deber¨ªa estar tan subvencionada para todos. La soluci¨®n para no perder talento son los prestamos a quien demuestre que los necesita", dice.
En esta l¨ªnea, Juan Jos¨¦ Dolado se queja del desperdicio de dinero que supone la subvenci¨®n de algunos estudios universitarios. "Hay un 30% de estudiantes que abandona antes del periodo preestablecido. Si le hemos pagado 14.000 euros y abandona, a la sociedad ese dinero le ha servido para muy poco o para nada. El desperdicio depende del efecto diploma, de los que consiguen el t¨ªtulo. Puede estar entre 1.000 y 3.000 millones de euros anuales, m¨¢s de lo que quiere conseguir el Gobierno con el restituido impuesto del patrimonio", subraya. Como soluci¨®n propone castigar a los repetidores. "Como contrapartida, ahora gastamos muy poco en becas. Los pa¨ªses de nuestro entorno destinan entre un 0,25% y un 0,30% del producto interior bruto y nosotros no llegamos a un 0,1%. No ser¨ªa regresivo subir tasas porque se aumentar¨ªan becas, y los que lo hagan bien y tengan pocos medios recibir¨¢n m¨¢s dinero. Lo que no se puede tolerar es que una persona tarde 12 a?os en acabar una carrera de cuatro", a?ade.
El ministro de Educaci¨®n, ?ngel Gabilondo, ya apunt¨® el pasado mayo hacia un modelo m¨¢s parecido al expuesto en el p¨¢rrafo anterior. Se trata de hacer pagar el precio real de la matr¨ªcula a partir de la tercera repetici¨®n de una misma asignatura y premiar a los alumnos que vayan al d¨ªa con 150 euros. Este incentivo no entrar¨¢ en vigor antes de 2013.
Y repite siempre que la educaci¨®n es la mejor inversi¨®n. El camino que traza va a por m¨¢s gratuidad, no a por menos.
![Protesta de estudiantes y profesores por los recortes en Catalu?a.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YPTDLZGC5XHO3KIOQZ2I6ZRP4Q.jpg?auth=f0e8a1ff08a6f9c695b9c29ce8c40479f4bbab1594a491fc89a16a6a3b4b637a&width=414)
Gratuidad y obligatoriedad
- Educaci¨®n infantil. En el tramo de cero a tres a?os, la educaci¨®n no es ni obligatoria ni gratuita. El Ministerio de Educaci¨®n lanz¨® en 2008 el plan Educa 3, para subvencionar las plazas de parte de la poblaci¨®n al 50% con las autonom¨ªas. La pretensi¨®n es invertir 1.087 millones hasta 2012 y crear 300.000 plazas, objetivo lastrado por la crisis. El tramo entre tres y seis a?os tampoco es obligatorio, pero pr¨¢cticamente el 100% de los ni?os est¨¢n escolarizados de forma gratuita, seg¨²n Educaci¨®n.
- Educaci¨®n primaria y secundaria. A los seis a?os llega la educaci¨®n obligatoria y gratuita que va hasta los 16, cuando termina la secundaria, ambas sin coste.
- Educaci¨®n posobligatoria. El bachillerato y los grados medios de formaci¨®n profesional no son obligatorios y, aunque la ley no lo establece, desde los a?os ochenta no se cobran tasas en los institutos p¨²blicos.
- Educaci¨®n superior. La universidad no es ni obligatoria ni gratuita, pero s¨ª tiene financiaci¨®n p¨²blica. En funci¨®n de la titulaci¨®n, el estudiante paga tasas de un 15% a un 20% del coste de la matr¨ªcula. El resto lo sufragan los contribuyentes.
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