Crecer con Coldplay
Coldplay entiende perfectamente la naturaleza del pacto de las estrellas con los medios escritos. Un acuerdo de intercambio: ellos dan su tiempo, a cambio de espacio gratis. Visto as¨ª, suena crudo pero, al menos en su caso, se hace lo posible para que el trance sea amable. Les distingue adem¨¢s un deseo de explicarse, de quedar bien, de ser reconocidos como talentos aut¨¦nticos. Queda evidente en los principales encuentros que EL PA?S ha tenido con Coldplay. Cinco, uno por cada ¨¢lbum.
En el a?o 2000, Bruno Galindo viaj¨® al Festival Paredes de Coura, en Portugal, donde actuaba Coldplay. Al lado de su camerino estaba el de los Flaming Lips y Chris Martin babeaba: "Soy fan, Wayne Coyne cambi¨® mi visi¨®n de la m¨²sica". Iban de antiestrellas: nada de pegas a los fot¨®grafos.
Comprenden el pacto con los medios, pero hacen lo posible para que sea amable
La entrevista se desarroll¨® sin l¨ªmite de tiempo, con el n¨²cleo duro -Martin y el guitarrista Jonny Buckland- defendiendo su compromiso art¨ªstico: "Nos tomamos muy en serio, de otro modo nos sentir¨ªamos mal viendo c¨®mo la gente compra nuestros discos (...). Es bueno que de vez en cuando salga una banda como nosotros por la televisi¨®n porque alguien dir¨¢: 'mira, han escrito esa canci¨®n y han pasado m¨¢s tiempo grab¨¢ndola de lo normal'. Pero nunca podremos acabar con la mala m¨²sica comercial. A nosotros nos va bien, pero a Britney Spears le va mejor".
Esa conversaci¨®n se public¨® en El Pa¨ªs de las Tentaciones, como la siguiente: en 2002, I?igo L¨®pez Palacios charl¨® con la pareja Martin-Buckland en un parque londinense. El cantante hac¨ªa alarde de compromiso humanitario, exhibiendo una camiseta en pro del comercio justo: "No queremos anunciar zapatillas, queremos implicarnos en lo que nos preocupa de verdad".
Martin ya estaba resabiado. Sab¨ªa introducir frases ingeniosas previamente ensayadas: "Nuestra m¨²sica se hace preguntas, las grandes preguntas. ?Quieres saber cu¨¢les son? Son tres: ?Por qu¨¦ estamos aqu¨ª? ?Por qu¨¦ los pol¨ªticos son tan perversos? ?C¨®mo funcionan las mujeres? No sabemos las respuestas pero la m¨¢s dif¨ªcil es la tercera".
Coldplay ocup¨® la portada del primer n¨²mero de EP3, en 2005. Llegaron a Madrid en plan conquistadores: una planta del Urban Hotel y un concierto privado en Pach¨¢, donde se esperaba la presencia de varios gal¨¢cticos del Real Madrid. Un servidor fue el encargado de interrogarles. Para entonces, el grupo compart¨ªa igualitariamente las labores promocionales. Por un lado, la secci¨®n de ritmo, Guy Berryman y Will Champion, en el rol de rockeros lac¨®nicos o, vaya usted a saber, resacosos.
En otra suite, esperaba el d¨²o de Chris y Jonny. Martin hizo un chiste sobre la marihuana y la paternidad responsable que resultar¨ªa complicado de explicar aqu¨ª. Ejerc¨ªa de chico listo y establec¨ªa paralelismos entre pop y f¨²tbol: "Lo que le pasa al Madrid [en aquella temporada, el equipo no conquist¨® trofeos] es lo mismo que ocurre con los grupos. La tentaci¨®n de convertirse en una m¨¢quina de hacer dinero, olvidando los motivos originales de su existencia. Los grupos hacen demasiadas concesiones. Tocan en sitios donde saben que sus fans van a estar inc¨®modos. Ceden canciones para la publicidad o para pel¨ªculas idiotas. Hacen temas pensando en lo bien que van a ser recibidos por la radio y la compa?¨ªa".
Pasaron tres a?os antes de que Coldplay volviera a hablar con este peri¨®dico. Manuel Cu¨¦llar, enviado de EPS, escuch¨® las confidencias de Chris en Londres. El cuarteto hab¨ªa superado una crisis potencialmente letal: "Despu¨¦s de X & Y hubo una ruptura, una desuni¨®n terrible y absoluta entre los cuatro. El ¨¦xito destruye las relaciones humanas. Te distraes, culpas al que tienes al lado de todo. Lleg¨® un momento en que supimos que ten¨ªamos que reencontrarnos como amigos. El mayor culpable fui yo. Tiendo a tomarme las cosas de una forma demasiado personal. Todas las peleas eran entre Guy y yo o Will y yo. Ambos tienen convicciones muy fuertes, y yo tiendo a ser muy depresivo. Todo me frustraba".
Aparte de la terapia interna, resolvieron el atasco creativo llamando a Brian Eno, que hizo su habitual papel de profesor exc¨¦ntrico y exigente. Con un punto terrorista: asustaba a Coldplay reivindicando las virtudes del prog rock, como si complicarlo todo fuera la soluci¨®n para un grupo que comienza trabajando en docenas de ideas y agoniza hasta llegar a su objetivo.
Nuestro quinto encuentro corresponde a una entrevista que se publicar¨¢ pr¨®ximamente en EPS. La cita tiene lugar en el cuartel general de Coldplay. The Bakery es, efectivamente, una antigua panader¨ªa que han reconvertido en estudio de grabaci¨®n. Est¨¢ al fondo de un diminuto callej¨®n en el norte de Londres, donde se ha encajonado una furgoneta, que casi impide entrar. Quiz¨¢s se trate de escenificar el asedio de la industria musical.
Dentro se respira el agobio de un grupo que tiene pocos d¨ªas para entregar el m¨¢ster del nuevo disco, juguetonamente titulado Mylo xiloto. En una pared est¨¢ lo que parece el orden definitivo de las canciones y el plumilla se apresura a copiarlo. Hasta que entra Chris y avisa: "No te molestes, todav¨ªa cambiar¨¢ dos o tres veces". Un suspiro: "Somos una banda imposible".
Mylo xiloto se edita el 24 de octubre en EMI.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.