Un apetitoso bocado
?Sab¨ªa usted que en Espa?a el porcentaje de alumnos que estudia en centros privados duplica al de EE UU? ?Conoc¨ªa que somos la naci¨®n europea, junto a los insignificantes Pa¨ªses Bajos, donde la educaci¨®n privada ocupa mayor espacio? ?Es consciente de que en la mayor parte de los pa¨ªses europeos la ense?anza p¨²blica ocupa el 90% del sistema educativo general? ?Sabe que ser¨ªa impensable, pongamos por caso en Alemania, plantear alterar este estatus predominante de la ense?anza p¨²blica? ?Cree alguien que es f¨¢cil en EE UU concertar colegios de car¨¢cter religioso, por mucho que invoquen hasta en el d¨®lar su confianza en Dios?
Los datos pertenecen al ¨²ltimo informe de la OCDE y se refieren a la ense?anza de r¨¦gimen general, sin incluir los centros universitarios. Desde hace a?os se ha producido una soterrada campa?a contra la ense?anza p¨²blica. Por una parte, se ha desprestigiado su valor, se han exaltado fen¨®menos absolutamente minoritarios como la violencia, o se ha puesto el ¨¦nfasis en sus limitaciones, ocultando los enormes avances que se han producido en estos ¨²ltimos a?os; por otra parte, determinados gobiernos auton¨®micos, han aplicado pol¨ªticas que favorec¨ªan a la ense?anza privada hasta l¨ªmites inauditos. El resultado es que s¨®lo el 67% del alumnado de nuestro pa¨ªs estudia en centros p¨²blicos mientras que el 33% restante se reparten en un exiguo 10% de privado-privado y un 23% de ese invento tan fruct¨ªfero y espa?ol de ense?anza privada sufragada con fondos p¨²blicos a la que llamamos concertada.
Pero, si queremos conocer mejor la realidad es necesario aplicar una lupa de aumento y analizar las diferencias que se producen entre unas comunidades y otras. Mientras que en Andaluc¨ªa el 75% del sistema educativo general es p¨²blico, en el Pa¨ªs Vasco, la ense?anza privada est¨¢ ya en un fifty-fifty con la p¨²blica, aderezada por la generosa financiaci¨®n que les proporciona el concierto con el estado y justificada, en parte, en la defensa de su patrimonio cultural. En la Comunidad de Madrid es donde m¨¢s avanza la privatizaci¨®n de la ense?anza y la reducci¨®n del gasto dedicado a la educaci¨®n p¨²blica. Los estudiantes de la ense?anza p¨²blica han retrocedido hasta un 54% del total. Los planes para el futuro inmediato son que la ense?anza privada administre un 60% del modelo educativo, ya que los centros de nueva creaci¨®n han sido encomendados -previo regalo del terreno p¨²blico- a entidades de car¨¢cter privado, especialmente de pertenencia religiosa.
En ning¨²n pa¨ªs, ni siquiera en la cat¨®lica Italia, la Iglesia ha conseguido tales prebendas en el modelo educativo, ni tal colaboraci¨®n por parte de las instituciones. Parece que las esperanzas aguirres, las cospedales y los legionarios de cristo de otros territorios son menos eficaces y astutos. Pero esto no es, en modo alguno una guerra religiosa, sino una batalla entre la igualdad de oportunidades y la instauraci¨®n de un clasismo r¨ªgido desde la infancia. Un discurso que no ocultan, en absoluto, y que incluso sirve de propaganda ante una desorientada clase media que quiere formar parte de la futura ¨¦lite dirigente. Lo de rezar y poner crucifijos en las paredes es s¨®lo un adorno m¨¢s porque de caridad cristiana andan bien cortitos como demuestra el hecho de que apenas acepten en sus aulas alumnos con necesidades educativas especiales o inmigrantes.
El debate sobre la ense?anza no es tampoco, una pelea entre izquierda y derecha, aunque en nuestro pa¨ªs se exprese de esta manera. Nos jugamos alguna de las ideas fundacionales de la democracia avanzada: que todas las personas deben tener igualdad de oportunidades para su desarrollo y que la sociedad no se puede compartimentar desde su origen a no ser que queramos regresar al sistema de castas medieval. Por eso la ense?anza p¨²blica, su profesorado, su contribuci¨®n, no se ponen en cuesti¨®n en la Europa avanzada pero s¨ª en la Espa?a ca?¨ª.
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