Complicidades

Los fot¨®grafos no se conforman con plasmar im¨¢genes de la realidad, desde los or¨ªgenes de su arte han ingeniado infinidad de procedimientos para transformarla, uno de ellos consiste en obligar a los retratados a adoptar posturas o representar papeles ins¨®litos, as¨ª, la imagen colectiva de algunos grandes personajes ha quedado fijada para la historia con un gesto o un gui?o forzado por el autor de la fotograf¨ªa. El fot¨®grafo Jordi Soc¨ªas ha convencido a los pintores Eduardo Arroyo y Luis Gordillo para que se disfracen de payasos y realizar con ellos una serie de retratos que, sin duda, fijar¨¢n la imagen que tenemos de ambos. Para ello, cada uno de los dos pintores ha elegido la m¨¢scara tras la cual se presenta. Arroyo es el clown cl¨¢sico de cabeza blanca, nariz roja y grandes rasgos faciales negros. Gordillo ha elegido colocarse una careta que muestra su propia cara a la que ha a?adido unas orejas azules a lo Mickey Mouse. Los dobles retratos de ambos artistas son espl¨¦ndidos y ellos est¨¢n clavados en los papeles que representan tras sus m¨¢scaras.

La m¨¢scara, desde las antiguas tragedias de la Grecia cl¨¢sica, es el recurso esc¨¦nico para que el actor muestre las pasiones a las que est¨¢ sometido el personaje que representa. Quien porta la m¨¢scara ha adquirido no s¨®lo la apariencia sino la personalidad del otro y se ve arrastrado hacia unos acontecimientos y situaciones que est¨¢n predeterminados por el papel tr¨¢gico o c¨®mico que interpretan. El t¨¦rmino "m¨¢scara" hace referencia al fantasma, a la apariencia externa, pero la m¨¢scara, como objeto, suele tener tambi¨¦n el prop¨®sito de ocultar la identidad de quien la porta, de manera que la m¨¢scara protege la verdadera personalidad ocult¨¢ndola sobre apariencias alienadas. ?Qui¨¦nes son los pintores que se ocultan bajo la apariencia de payasos?

Sin duda, Jordi Soc¨ªas es un personaje enormemente persuasivo, pero creo que no ha debido ser dif¨ªcil convencer a Arroyo y a Gordillo para que construyan sus caretas y muestren sus "carotas", que es la palabra con la que se presenta la exposici¨®n. No lo ha debido ser ya que ambos artistas tienen una larga trayectoria en la representaci¨®n de personajes. Luis Gordillo empez¨® en los primeros a?os sesenta introduciendo en sus cuadros rasgos faciales que terminaron convirti¨¦ndose en unas series de cabezas de gran tama?o en las que los rasgos aparec¨ªan dislocados y despersonalizados; tambi¨¦n se ha servido de la fotograf¨ªa y ha jugado con su propia imagen. Por su parte, Eduardo Arroyo ha dedicado buena parte de su trabajo al retrato, explotando en forma caricaturesca los rasgos de los m¨¢s diversos personajes, desde sus controvertidos Cuatro dictadores (1963) hasta sus retratos de toreros, boxeadores y luchadores, como el c¨¦lebre mexicano Fant?mas, que luchaba encapuchado sin que jam¨¢s se llegara a saber su verdadera identidad. En la exposici¨®n se muestran, adem¨¢s de las fotograf¨ªas de Soc¨ªas, obras de ambos artistas donde las figuras aparecen enmascaradas o veladas.