El candidato forjado en la supervivencia
Tras superar dos derrotas electorales y sortear conspiraciones de ciertos compa?eros de partido, Mariano Rajoy compite de nuevo para instalarse en La Moncloa. Si las encuestas no se equivocan, puede conseguirlo. Sus amigos dicen que ha sabido mantenerse independiente de los grupos de presi¨®n. Su discurso gira en torno a la idea de crear confianza para superar la crisis
Mariano Rajoy oposita de nuevo a la presidencia de Espa?a y esta vez cabalga sobre una ola tan poderosa que hay que imagin¨¢rselo llegando triunfalmente a la playa de La Moncloa el 20-N. Sus colaboradores dan por supuesto que ya tiene en la cabeza el orden del d¨ªa del primer Consejo de Ministros y la composici¨®n del nuevo Gobierno. Aunque carece del carisma de otros l¨ªderes y de la popularidad de su oponente Rubalcaba y, adem¨¢s, parece re?ido con la mercadotecnia y los medios audiovisuales, el tique PP-Rajoy se anuncia, esta vez, suficiente para ganar. "En los tiempos de grandes dificultades, las gentes prefieren a dirigentes sensatos, realistas y prudentes", apuntan en su partido, adobando la figura de su l¨ªder.
Pa¨ªs Vasco "Gracias al apoyo que hemos dado a los socialistas se ha puesto fin a la idea de que solo un partido (PNV) pod¨ªa gobernar all¨ª"
G¨¹rtel "Hay cosas que, evidentemente, tienen bastante mala pinta y vamos a procurar que no se repitan"
Autonom¨ªas "Ha llegado el momento de corregir algunos defectos del proceso auton¨®mico. Abrir una etapa de cooperaci¨®n es imprescindible"
Zapatero "Se ha equivocado de cabo a rabo en asuntos muy importantes. Al final de su mandato est¨¢ haciendo el esfuerzo de rectificar"
Rubalcaba "Se estar¨¢ dando cuenta de que no es lo mismo ser el 'n¨²mero uno' que el 'dos', y de lo dif¨ªcil que es tomar la ¨²ltima decisi¨®n"
La edad "No estoy con la moda de meter gente joven a toda costa. Si tengo que nombrar a un ministro de 30, lo har¨¦; y de 75, tambi¨¦n"
Algunos le ped¨ªan que fuera como Aznar. Pero Rajoy no pod¨ªa convertirse en lo que no es, dicen los marianistas Para sus colaboradores, el PP que se perfil¨® tras el congreso de 2008 es diferente de la derecha madrile?a extrema
Es la ant¨ªtesis del l¨ªder ¨¦pico de personalidad arrolladora, pero est¨¢ forjado con un material resistente a las hogueras
?Qu¨¦ grado de dependencia tiene Rajoy respecto a esa derecha bronca habituada a tocar tambores?
Al registrador de la propiedad en su d¨ªa m¨¢s joven de Espa?a -obtuvo la plaza con 23 a?os- le ha costado tres d¨¦cadas presentar sus credenciales de "casi seguro presidente de Gobierno" y ha tenido que encajar dos derrotas, distintas, pero igualmente dolorosas, a manos del ahora desahuciado Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Sus cr¨ªticos le rebajan los m¨¦ritos a la caricatura del personaje que espera sentado a ver pasar el cad¨¢ver del enemigo, pero, como saben los primeros espadas del PP que le han disputado su liderazgo, Rajoy es un superviviente nato que acostumbra a ganar por abandono, desistimiento, del contrario. De joven, se precipit¨® de noche por un barranco al volante de su coche y, cegado por la sangre coagulada que cubr¨ªa sus ojos, logr¨® liberarse de la mortaja met¨¢lica y gatear a tientas y a ciegas hasta llegar a la carretera. Seguro que los efectos de aquel accidente fueron m¨¢s all¨¢ de las cicatrices resultantes de una operaci¨®n de cirug¨ªa facial de m¨¢s de seis horas que cubre con su poblada barba.
Nuestro hombre ha vuelto de vacaciones con aspecto saludable y rejuvenecido, como si la emulsi¨®n "frescura juvenil Elvira Fern¨¢ndez Balboa, Viri", su mujer, 10 a?os m¨¢s joven, le acompa?ara tambi¨¦n en su despacho de la madrile?a calle de G¨¦nova. Aqu¨ª est¨¢: los brazos extendidos sobre la mesa y el cuerpo inclinado hacia su interlocutor, afable y atento, pero pidiendo guerra. "Oiga, que Rubalcaba es claramente mayor que yo; ¨¦l tiene 60 a?os y yo 56", protesta al desgranar las similitudes con su adversario socialista: edades parecidas, dilatada trayectoria institucional, ambos exvicepresidentes de Gobierno y titulares de varias carteras ministeriales, barbados, fumadores de puros, hinchas del Real Madrid -no les gusta Mourinho-, aficionados al deporte... lo que no impide que las personalidades de uno y otro se sit¨²en en las ant¨ªpodas.
Desde que se castiga en la bicicleta est¨¢tica y sale a andar fuerte por las ma?anas -hay que imaginarse al gigant¨®n barbudo y algo desgarbado caminando velozmente a grandes zancadas como el se?or de los bosques de la sierra madrile?a-, ha bajado cuatro o cinco kilos y su figura se ha afinado bastante, de forma que la traza de su perfil sigue ahora una trayectoria mucho menos curvil¨ªnea. Su imagen de bon vivant ha perdido rotundidad, aunque, amigo del buen comer y beber como es, mantiene las largas sobremesas y es hombre que necesita dormir sus horas. Cosa rara en un temperamento tan tranquilo como el suyo, Rajoy se pone irritable si no cubre sus m¨ªnimos de sue?o. Frente a quienes le tachan de perezoso, ¨¦l asegura que trabaja much¨ªsimo. "No tengo horas, ni fines de semana. Mantener un partido implica pensar, estudiar y elaborar mucho, tomar decisiones y cargar con la responsabilidad de la decisi¨®n. Quiero dejarle una reflexi¨®n para mi contrincante Rubalcaba: supongo que ahora se estar¨¢ dando cuenta de que no es lo mismo ser el n¨²mero uno que el n¨²mero dos y de lo dif¨ªcil que es tomar la ¨²ltima decisi¨®n sabiendo que detr¨¢s ya no hay nadie m¨¢s". Al contrario que con el presidente Zapatero, con el que viene estrechando relaciones en encuentros informales y discretos de los que no se da cuenta, Rajoy mantiene sus distancias con el candidato socialista.
-Dicen que ¨²ltimamente habla mucho con el presidente. ?Qu¨¦ juicio le merece, ahora que ¨¦l est¨¢ de salida?
-Mire, el problema es que se ha equivocado de cabo a rabo en asuntos muy importantes y que no quiso escuchar. Al final de su mandato est¨¢ haciendo un esfuerzo de rectificaci¨®n, puede que se haya encontrado con la realidad.
-Pero su relaci¨®n personal no es mala.
-No, mi relaci¨®n personal es buena.
-?Considera normal que un pol¨ªtico como Zapatero desaparezca de la escena precisamente despu¨¦s de haber adquirido una gran experiencia pol¨ªtica?
-Es un valor pol¨ªtico y, sin duda, ha tenido que aprender muchas cosas, pero son decisiones que hay que respetar. No estoy con la moda de meter gente joven a toda costa. Si tengo que nombrar a un ministro de 30 a?os, lo har¨¦, y si tengo que nombrar a uno de 75, tambi¨¦n. La edad me trae sin cuidado.
Rajoy est¨¢ estudiando ingl¨¦s, otro indicativo de que se siente ya en la antesala del balc¨®n presidencial con vistas a la comunidad internacional, aunque, pese a su acreditada capacidad memor¨ªstica y a su conocido tes¨®n, es dudoso que tres horas semanales en la lengua de Shakespeare le permitan ir m¨¢s all¨¢ de un chapurreo b¨¢sico de andar por casa. De hecho, su hijo mayor, Mariano, de 12 a?os, que estudia en el colegio ingl¨¦s y hace cursillos de inmersi¨®n en Inglaterra, ha dejado de prestarse al juego. Solo el peque?o, Juan, de seis a?os, le aguanta, de momento, en las pr¨¢cticas de speaking english. Ya dicen que sus hijos son sus profesores m¨¢s severos. "La victoria parece segura", le comento, a modo de tanteo, pero el cauto Rajoy no da rienda suelta a la cometa del triunfalismo. "No hay nada seguro. Por ahora, Rubalcaba y yo estamos empate a cero", afirma, y eso que se le ve confiado, mecido en la tranquilidad de que nadie en su partido, ni siquiera quienes le aborrecen, contempla la posibilidad de un tercer fracaso.
La situaci¨®n ha cambiado sustancialmente para este pol¨ªtico, ant¨ªtesis del l¨ªder ¨¦pico de personalidad arrolladora, pero forjado con un material altamente resistente a las hogueras dom¨¦sticas y a las celadas. La derrota del 9 de marzo de 2008 abri¨® en el PP una guerra intestina con da?os que todav¨ªa no han cicatrizado, entre otras razones porque en el seno del partido coexisten protagonismos enfrentados y concepciones ideol¨®gicas diferentes. Sin tiempo de digerir el resultado, Mariano Rajoy tuvo que tragarse en la noche electoral el sapo de la deslealtad, del desplante y de la declaraci¨®n de beligerancia, mientras la enfervorizada y aturdida militancia concentrada en la calle pasaba de la euforia a la frustraci¨®n. "Para acceder al balc¨®n de la sede tuvimos que atravesar las estancias del PP de Madrid en el primer piso, y all¨ª nos encontramos con actitudes de fr¨ªa hostilidad. Poco despu¨¦s, desde Telemadrid empezaron a atribuir la derrota a la falta de liderazgo de Mariano", comenta un militante.
Fiel a su costumbre de quitarle hierro a las disputas internas, el l¨ªder del PP ofrece una versi¨®n ambivalente e imprecisa. "No recuerdo mucho de aquella noche, salvo que se vivieron situaciones m¨¢s emocionales que racionales y que fue una de esas experiencias tristes de las que aprendes y te hacen m¨¢s fuerte. Algunos interpretaron mi adi¨®s al despedirme desde el balc¨®n como el anuncio de que dimit¨ªa, pero no era as¨ª; esas decisiones no se pueden tomar en caliente. Luego, en los medios de comunicaci¨®n hubo gente que, por decirlo de una manera fina, comenz¨® a cuestionar mi liderazgo de forma un tanto abrupta", se?ala Rajoy.
Es su manera de describir la soledad y el acoso a que fue sometido, el desconcierto lacerante al constatar que su figura era desprestigiada, vituperada, vilipendiada -"maricomplejines", le llamaba desde la Cope el periodista Federico Jim¨¦nez Losantos- precisamente en los medios de comunicaci¨®n amigos. Se sabe que cen¨® con monse?or Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, propietaria de esa cadena de radio, para pedirle, sin resultado, que se moderara el tono ofensivo adoptado por la emisora. En su reciente libro autobiogr¨¢fico En confianza (editado recientemente por Planeta), Mariano Rajoy pasa de puntillas sobre aquel periodo de divisi¨®n interna, pero no sin anotar que se produjeron "rupturas con compa?eros de partido" y que todo eso le result¨® "doloroso" en el terreno personal.
"Hubo una conspiraci¨®n para echar a Mariano Rajoy a empujones en la que participaron Aznar, Esperanza Aguirre, el director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez, y Jim¨¦nez Losantos. Por no faltar, no falt¨® ni el intento de putsch con la manifestaci¨®n de apoyo a Mar¨ªa San Gil que convocaron ante la sede del PP para pedir la dimisi¨®n de Mariano. Y por cierto que Jim¨¦nez Losantos nos llam¨® 'ratas de biblioteca' a los pr¨®ximos a Rajoy, sabiendo como debe saber que ese era el t¨¦rmino que los nazis aplicaban a los jud¨ªos", no olvida un colaborador del l¨ªder del PP. "Fue una temporada dif¨ªcil, hab¨ªa una presi¨®n asfixiante sobre mi hermano", recuerda Enrique Rajoy. "Yo tuve que salirme de una cena de amigos porque algunos de los presentes no cesaban de descalificarle en los t¨¦rminos m¨¢s insultantes", agrega.
En lugar de entrar al trapo, el cuestionado presidente del PP opt¨® por jugar sus bazas puertas adentro, recabando los apoyos de una estructura organizativa que conoc¨ªa bien porque en gran medida la hab¨ªa creado ¨¦l mismo. Sab¨ªa que era ah¨ª, en las organizaciones del partido del conjunto de Espa?a, y no en los medios de comunicaci¨®n de la derecha madrile?a donde iba a librarse la batalla. Sali¨® elegido con el 84% de los votos en el congreso de Valencia del 20 de junio y, aunque sus adversarios no se resignaron, los sucesivos ¨¦xitos en las elecciones gallegas y las europeas han acabado por consolidar su posici¨®n. ?Cu¨¢l es el m¨¦todo Rajoy para neutralizar a sus adversarios? "Soy el l¨ªder porque as¨ª lo han querido mis compa?eros", responde este pol¨ªtico lac¨®nico, socarr¨®n, de iron¨ªa no siempre perceptible, desordenado y hasta ca¨®tico en sus cosas, pero prudente, planificador, riguroso en los datos hasta el punto de que le enervan los informes fr¨ªvolos mal hechos o sostenidos con alfileres.
Sus colaboradores niegan airados que nuestro hombre mate silenciosamente a trav¨¦s de terceros. "No es maniobrero, ni enredador, y tambi¨¦n por eso tiene el respeto de la militancia. Es inteligente e intuitivo, una persona de buena pasta y gran humanidad", sostiene Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, la portavoz del PP en el Congreso, considerada la ahijada pol¨ªtica del l¨ªder. "No ha tenido que dar codazos, ni se ha metido en peleas. Est¨¢ ah¨ª por su val¨ªa, lucidez y criterio a la hora de identificar y enjuiciar los problemas", asegura, a su vez, Jos¨¦ Manuel Romay Beccar¨ªa, exministro de la UCD, que pasa por ser el padre pol¨ªtico de Rajoy. Son muestras de la consabida cascada de elogios que vierten los correligionarios del candidato.
"Mantenerse al frente del PP no es algo que se pueda hacer aplicando el laissez faire, laissez passer [dejad hacer, dejad pasar]. La clave de la supervivencia de Rajoy es su habilidad para administrar los tiempos pol¨ªticos. En eso es un maestro porque consigue sus objetivos sin que, aparentemente, haya hecho nada. Es sensato, franco, algunos le ven indolente y dubitativo, pero lo que pasa es que es reflexivo, gallego y ejerce de gallego", dice Xavier Pom¨¦s, de CiU, exconsejero de Interior de la Generalitat, que guarda con ¨¦l una relaci¨®n amistosa desde los tiempos en que Rajoy dirigi¨® el ministerio. No es el ¨²nico de sus antiguos o actuales adversarios pol¨ªticos que coincide en este juicio. Muchos recuerdan que cuando estuvo en el Gobierno, lo que se pactaba con Rajoy iba siempre a misa. Adem¨¢s de dubitativo, el candidato del PP se ha hecho fama de irresoluto por su falta de reacci¨®n en los plazos que demanda la actualidad, por sus silencios, exasperantes a veces en asuntos como el de la corrupci¨®n.
-?Cree haber resuelto correctamente los casos de corrupci¨®n de la trama G¨¹rtel?
-Opinar es f¨¢cil y no tiene consecuencias, pero decidir es m¨¢s dif¨ªcil y s¨ª las tiene. Al final, el que dice si eres culpable o inocente es un juez, y este es un principio b¨¢sico de la democracia que la gente tiende a olvidar. La pena de telediario no tiene redenci¨®n posible y se dan casos de gente imputada que cuando llegan al juez se quedan en nada.
-?Piensa en alguien en concreto?
-No, lo que pasa es que yo tengo que ser justo cuando tomo una decisi¨®n.
-?Para actuar dr¨¢sticamente hay que atenerse a una resoluci¨®n judicial?
-No necesariamente. Nosotros hemos dado una respuesta pol¨ªtica a cada asunto. Todas las personas implicadas en casos de corrupci¨®n han sido apartadas de su responsabilidad.
-?G¨¹rtel est¨¢ totalmente encauzado?
-Todav¨ªa hay sumarios abiertos, como la causa contra los tres diputados de Madrid, que, por cierto, han dejado de ser diputados.
-?Qu¨¦ me dice de Camps?
-Ha dimitido como presidente de la Generalitat Valenciana a pesar de que estamos convencidos de su honestidad.
-A usted le consta que ha habido una trama corrupta que ha actuado con elementos del PP...
-Hay cosas que, evidentemente, tienen bastante mala pinta y vamos a procurar que no se repitan.
"En estas situaciones, mi hermano busca el momento y las formas discretas m¨¢s propicias para que el imputado no se sienta abandonado por su partido y reaccione negativamente. Mire, la nuestra es una familia educada en la rectitud y sin golpes de autoridad en la mesa. Como nuestro padre era juez, vivimos en casas habilitadas de las audiencias provinciales, dentro de un ambiente de austeridad. Para Mariano, ser justo es muy importante", comenta Enrique Rajoy. En su autobiograf¨ªa, el presidente del PP recoge esta frase del ministro conservador cofundador de la Liga Regionalista, Francesc Camb¨®: "En las luchas pol¨ªticas, la habilidad, la amabilidad y la seducci¨®n pueden ser armas de mucha m¨¢s eficacia que la audacia y la elocuencia".
Dicen algunos de sus allegados que, tras el congreso de Valencia, Rajoy comprendi¨® que no pod¨ªa hacer un partido tratando de contentar a todo el mundo. "Algunos le ped¨ªan que hiciera de Aznar, pero como Mariano no puede convertirse en lo que no es, lo que hizo fue darle su impronta personal al partido. Por eso existen los marianistas", explican. En aquel congreso, el PP lim¨® parte de sus aristas y se instal¨® en un centroderecha m¨¢s templado, a partir de unos pocos principios enunciados por su l¨ªder: "No basta con tener raz¨®n, hay que conseguir que te la den. Es bueno dotarse de firmes convicciones, pero hay que aceptar que los dem¨¢s tambi¨¦n pueden tenerlas diferentes. Una formaci¨®n pol¨ªtica que aspira a gobernar no se a¨ªsla, habla con todos". Se trataba de reajustar la imagen de un partido percibido por buena parte de la sociedad como insufrible, belicoso, intolerante y sectario a causa de su sobreactuaci¨®n -varios de sus dirigentes llegaron a apoyar el boicoteo al cava catal¨¢n- en asuntos como el de la negociaci¨®n con ETA y la reforma del Estatuto de Catalu?a.
"Voy a darle mi opini¨®n sincera, aunque igual le parece incre¨ªble: creo que la crispaci¨®n est¨¢ m¨¢s en los medios que en la clase pol¨ªtica. Si en una charla de media hora dedico 15 segundos a criticar al Gobierno, ya estoy dando los titulares del d¨ªa siguiente. Y, sin embargo, en el Pa¨ªs Vasco se ha hecho una de las operaciones pol¨ªticas m¨¢s importantes de la democracia. Gracias al apoyo que hemos dado a los socialistas de Euskadi se ha puesto fin a la idea, inaceptable desde la democracia, de que solo exist¨ªa un partido (PNV) que pod¨ªa gobernar all¨ª". Dice el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que Rajoy ha respetado ese pacto sin alterarse por las peri¨®dicas escaladas de tensi¨®n con el PSOE. "Es un hombre sensato. M¨¢s de una vez, estando en un debate o una conferencia, me ha susurrado al o¨ªdo que la actitud inquisitorial del orador desvirtuaba su planteamiento. Le gusta charlar tambi¨¦n de asuntos diferentes a la pol¨ªtica. En Navidades, suele visitarnos y se relaja con un whisky en la mano".
Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, diputado del PP integrado en el c¨ªrculo de confianza de Rajoy, le considera un genuino exponente espa?ol de la derecha girondina (representante de la burgues¨ªa regional moderada y federalista). "Es un conservador moderado con una visi¨®n del mundo atl¨¢ntica, galaica, en clave perif¨¦rica y de capital de provincia. Se ha impuesto sobre otros l¨ªderes del PP porque ha sido capaz de mantener su visi¨®n de centralidad", sostiene. ?Es el centroderecha moderado lo que define verdaderamente a ese partido? ?Qu¨¦ espacio ocupa en ¨¦l el viejo conservadurismo tiznado de elementos reaccionarios? En la versi¨®n de los colaboradores de Rajoy, el PP que empez¨® a perfilarse tras el congreso de Valencia ser¨ªa diferente a esa derecha madrile?a extrema instalada en el v¨®rtice de la agitaci¨®n permanente que trata de irradiar su belicoso mensaje a toda Espa?a aprovechando la potencia de los altavoces que concede la capitalidad. Y, por lo mismo, ese PP no responder¨ªa a la fiebre integrista pol¨ªtico-religiosa aunque todo haya sido utilizado y aprovechado, particularmente cuando se ha tratado del aborto, el matrimonio homosexual y la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa.
"Ustedes han aparecido poco solidarios con el Gobierno en ciertas cuestiones de Estado. Su rechazo a las medidas exigidas por la UE estuvo a punto de provocar que Espa?a fuera intervenida. No pocos ciudadanos se preguntaron entonces si el PP estaba habilitado para gobernar", le digo a Mariano Rajoy. El l¨ªder de la oposici¨®n se pone serio y es como si la discreta cicatriz de su frente adquiriera de pronto relieve y un punto de brillo mientras ofrece su explicaci¨®n de parte. "El 5 de mayo me reun¨ª con el presidente en La Moncloa y, despu¨¦s de darle mi apoyo en determinados aspectos de la reestructuraci¨®n del sistema financiero, le hice ver la necesidad de recortar el d¨¦ficit p¨²blico. Me dijo que no lo consideraba necesario, pero una semana m¨¢s tarde, sin haber intentado acordar nada con nosotros, present¨® en las Cortes un programa de recortes cerrado en plan 'o lo tomas o lo dejas'. Las cosas no se pueden hacer as¨ª".
El l¨ªder del PP se ha rodeado de personas que proceden de la periferia: Francisco Villar y Jorge Moragas, anterior y actual jefe de su gabinete, respectivamente; Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa -"los que venimos de provincia tenemos la cabeza amueblada de otra forma", indica la portavoz parlamentaria-; Carmen Mart¨ªnez, responsable de comunicaci¨®n; el mismo Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, diputado por Cantabria. "Creo que Mariano Rajoy es un gran desconocido. Hay que leer a ?lvaro Cunqueiro para entender su sensibilidad, su inteligencia emocional, su escepticismo, su distancia respecto a las ortodoxias. Se trata de un conservador en el sentido europeo, un l¨ªder cooperativo equilibrado, racional, de emociones contenidas; solo que aqu¨ª la templanza y la sensatez se perciben a menudo como frivolidad y tibieza", afirma Lassalle. La pregunta, entonces, es qu¨¦ grado de dependencia tiene el PP de Rajoy respecto a esa derecha bronca habituada a tocar tambores un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n. ?Y cu¨¢nto tardar¨ªa ese mundo radicalizado en volver a sus h¨¢bitos y fabricarse una alternativa si la pol¨ªtica del nuevo Gobierno no colmara sus presupuestos ideol¨®gicos? "?l ha sabido mantenerse independiente de los grupos de presi¨®n en situaciones muy dif¨ªciles", subraya el diputado de Santander. He aqu¨ª la respuesta del candidato Rajoy: "En todas partes cuecen habas".
Si las encuestas no se equivocan, este hombre de aspecto y maneras antiguas que ha heredado la actitud introspectiva y t¨ªmida de su padre se enfrentar¨¢ dentro de unos meses y para toda una legislatura al compromiso de hacer honor a la leyenda, ap¨®crifa, que circula desde hace ocho a?os: "Mariano ser¨ªa mejor presidente de Gobierno que jefe de la oposici¨®n".
En confianza, las memorias personales y profesionales de Mariano Rajoy, editado por Planeta, ya est¨¢ a la venta. Tiene 280 p¨¢ginas y su precio es de 21,50 euros.
Recetas para tiempos de crisis
"La clave no est¨¢ en los decretos, sino en la confianza". "Menos normas, y que se cumplan"
Ante la inaplazable reforma econ¨®mica, pol¨ªtica, administrativa, el l¨ªder del PP no trae f¨®rmulas ni varitas m¨¢gicas, pero es como si creyera que la llegada del su partido al Gobierno supondr¨ªa, por s¨ª sola, parte de la soluci¨®n. ?Se estrenar¨¢ con una ley de unidad de mercado dirigida a evitar que las comunidades aut¨®nomas puedan establecer normas propias que contravengan los afanes armonizadores europeos, en materia de transportes, medio ambiente y dem¨¢s?
"Hemos cedido a Europa la pol¨ªtica monetaria y cambiaria, estamos trabajando para coordinar las pol¨ªticas presupuestarias y fiscales y se habla ya de armonizar la base del impuesto de sociedades. Cuando de lo que se trata es de construir m¨¢s Europa, nosotros, en Espa?a, no podemos tener regulaciones distintas por comunidades aut¨®nomas", se?ala.
?Pretender¨¢ hacer tabla rasa del proceso auton¨®mico o desmantelar el andamiaje social, como temen algunos? "No estoy por hacer revoluciones, soy partidario del modelo que dise?¨® la Constituci¨®n de 1978", indica. "El Estado auton¨®mico ha sido muy ¨²til y eficaz para ordenar la convivencia, contribuir al bienestar general y reconocer los hechos diferenciales, que no son un invento porque siempre han estado ah¨ª, a lo largo de nuestra historia. Pero dicho esto, ha llegado el momento de corregir algunos defectos del proceso auton¨®mico porque ya no hay competencias que el Estado pueda ceder y es imprescindible abrir una etapa de cooperaci¨®n. Tenga en cuenta que, descontadas las pensiones y dem¨¢s, el Gobierno de Espa?a tiene entre el 20% y el 22% del gasto p¨²blico total y las autonom¨ªas entre el 36% y el 37%".
-?Podemos hablar de un cierto fracaso colectivo por no haber sabido evitar la acumulaci¨®n de ineficiencias del sistema y no haber creado una estructura econ¨®mica m¨¢s competitiva?
-Lo que ha fallado no es el sistema, sino los gobernantes que no controlaron las cuentas p¨²blicas ni hicieron las reformas que requer¨ªa la aplicaci¨®n del euro. No se ha evitado el endeudamiento exagerado del sector privado y ahora hay que devolver ese dinero. Ha habido una cierta tendencia a vivir por encima de las posibilidades tirando de un dinero f¨¢cil de conseguir. Luego, hay otro problema m¨¢s dif¨ªcil de expresar y es que debemos recuperar principios y valores como el esfuerzo, el valor del trabajo, la justicia, el respeto y, si me lo permite, aunque suene arcaico: la buena educaci¨®n. En nuestro pa¨ªs, se ha vendido demasiado que sin esfuerzo ni m¨¦ritos se puede llegar a ser famoso, importante y ganar dinero. Vivimos en un mundo en el que la reflexi¨®n ha sido sustituida por el espect¨¢culo.
-?Se refiere a algunas televisiones?
-El ¨²nico l¨ªmite a la libertad de expresi¨®n debe ser el C¨®digo Penal, pero los editores de los medios tendr¨ªan que reflexionar sobre su papel en la sociedad porque adem¨¢s de tratar de ganar dinero, deben cumplir una funci¨®n social.
-En su libro dice que hay que acometer reformas estructurales en el mercado de trabajo, el mercado financiero, la educaci¨®n, el I+D... ?Es una tarea de cirujano o una labor de orfebrer¨ªa?
-Hay que cumplir con el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica que nos impone la UE, y las comunidades aut¨®nomas tienen que aceptar techos de gasto, pero la clave no est¨¢ en los decretos, sino en la confianza, que es la base de la econom¨ªa. La confianza requiere de planes gubernativos que se cumplan efectivamente y que no se cambie de criterio todo el rato; implica certidumbre, confiar en la seriedad del Gobierno, sea cual sea, saber por donde se va. Esto no va a ser f¨¢cil, tenemos un desempleo juvenil superior al 45%, chicos formados que buscan trabajo fuera y la sensaci¨®n de que podemos estar ante una generaci¨®n que va a vivir peor que sus padres. No hay nada peor en la vida que la inseguridad y la incertidumbre sobre el futuro, pero tampoco debemos situarnos en el Apocalipsis. Saldremos adelante. Si en el pasado, la sociedad espa?ola fue capaz de crear millones de empleos, ahora tambi¨¦n podr¨¢ hacerlo. Lo que hay que hacer es una pol¨ªtica ordenada y explic¨¢rsela muy bien a la gente. El objetivo capital, la prioridad de las prioridades, es crecer y crear empleo, y esa debe ser una tarea no solo del Gobierno sino de todos, del conjunto de la sociedad.
-Usted se identifica con el peque?o empresario...
-Me identifico con el emprendedor aunque sea un peque?o empresario que monta un bar y solo da empleo a otra persona m¨¢s. Necesitamos multinacionales y grandes empresas, pero habr¨¢ mayor bienestar si hay emprendedores. Mire, las regiones de Espa?a que mejor est¨¢n son las que tienen emprendedores. Eso necesitamos y, por cierto, que tenemos que hacer un gran esfuerzo para eliminar burocracia. A los emprendedores se les hace la vida imposible con un sinf¨ªn de requisitos administrativos. Es un tema menor, pero no puede ser que haya 17 licencias de caza ni, por ejemplo, una agencia de alquiler de viviendas del Estado, otra de la Comunidad y otra del Ayuntamiento y que, al final, la gente se vaya a alquilar su vivienda a una inmobiliaria privada. En Espa?a hay demasiadas leyes, decretos y reglamentos, y muchos no se cumplen. Necesitamos menos y que se cumplan. -
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