Deliciosa amarga comedia

Incomprensiblemente, Eduardo de Filippo no goza en Espa?a de la admiraci¨®n y veneraci¨®n que por este autor y actor napolitano hay en medio mundo. ?El motivo? Por un lado se le ha traducido muy tarde, y por otro no se le ha montado mucho, aunque por Catalu?a y Valencia se ha demostrado m¨¢s sinton¨ªa con sus maravillosos personajes, marcados por una p¨ªcara mediterraneidad.

Lo que est¨¢ claro es que, cuando se le ha puesto en pie, ha fascinado. Ah¨ª est¨¢n los ejemplos de Filomena Marturano, El arte de la comedia, Con derecho a fantasma... Y ahora tenemos un clar¨ªsimo ejemplo m¨¢s. El Centro Dram¨¢tico Nacional ha inaugurado su temporada 2011/2012 en el teatro Mar¨ªa Guerrero con una ambiciosa producci¨®n del tambi¨¦n escen¨®grafo Andrea d'Odorico, quien se ha tra¨ªdo, desde el mism¨ªsimo N¨¢poles, a uno de sus directores m¨¢s brillantes y afamados, Francesco Saponaro. Este ha sabido bucear en las entra?as de su genial paisano para contarnos la disparatada historia de Yo, el heredero. En ella un hombre, cuyo padre estuvo acogido por caridad por una acaudalada familia, quiere heredar el derecho de que le mantengan. Un espect¨¢culo excepcional y una comedia amarga sobre la herencia, sobre la caridad cristiana, sobre el patrimonio de falsos valores que dif¨ªcilmente se hubiera podido trasladar a nuestros o¨ªdos sin la traducci¨®n de Juan C. Plaza-Asperilla, ya que el lenguaje (dialectal e italiano) en esta obra nos dice mucho de cada uno de los personajes interpretados por Concha Cuetos, Ernesto Alterio, Abel Vit¨®n, Jos¨¦ Manuel Seda, Yoima Vald¨¦s, Fidel Almansa, Beatrice Binotti, ?frica Garc¨ªa, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, Rebeca Matell¨¢n, Natalie Pinot y Mikele Urroz.