?Presidente o registrador?

Mariano Rajoy insiste cada vez m¨¢s en que gobernar¨¢ con moderaci¨®n, palabra clave de su discurso preelectoral a la que no es ajeno uno de sus hombres de m¨¢xima confianza en Galicia. El c¨ªrculo ¨ªntimo de Mariano sigue estando aqu¨ª, por mucho que los asesores que cobran est¨¦n en Madrid. Los gallegos afianzan y moldean su estilo y los madrile?os ponen el show que le acompa?a como candidato. Tiene su l¨®gica, ya que Mariano es de Pontevedra y de derechas de toda la vida -se cri¨® pol¨ªticamente en AP- pero no de la derecha extrema, ni menos a¨²n radical. Es un hombre de orden, de buen car¨¢cter, que rara vez mueve un dedo pero que a veces deja que otros lo hagan por ¨¦l, para bien y para mal. Adem¨¢s de Soraya, Gallard¨®n, Ana Pastor, Cospedal y otras personas empleadas en G¨¦nova, Rajoy tiene hombres de confianza, que guardan los mayores secretos del l¨ªder del PP e influyen en sus decisiones e indecisiones. Los tres son gallegos. Uno es su cu?ado, el eurodiputado Mill¨¢n Mon, que sabe m¨¢s de leyes que de pol¨ªtica. Otro es Fern¨¢ndez de Mesa, ex delegado del Gobierno en Galicia en los tiempos del Prestige y los hilillos de plastilina. Y el tercero es Paco Villar, un m¨¦dico amigo suyo al que de vez en cuando le da alg¨²n puesto. Hay m¨¢s, pero tampoco muchos m¨¢s, y entre todos est¨¢n convencidos de que van a demostrarle a todo el mundo que Mariano ser¨¢ mejor presidente que candidato.

Varios gallegos trabajan para que Mariano Rajoy sea mejor presidente que candidato

Como suele decir el periodista Miguel ?ngel Aguilar, el nacimiento de la derecha moderna y civilizada en Espa?a es como el advenimiento del Mes¨ªas: siempre fue prometido pero todav¨ªa est¨¢ pendiente. Eso no quiere decir que no sea deseable, incluso para la izquierda, y no digamos para Rajoy, que puede pasar a la historia como el l¨ªder de la derecha de corte europeo que est¨¢ por llegar.

Rajoy es m¨¢s conservador que liberal, pero por muchas distancias que le separen de Esperanza Aguirre tambi¨¦n sabe hacer gui?os a sus seguidores. Hay m¨ªtines, por ejemplo, donde los aplausos se tornan en ovaci¨®n cuando extiende el discurso de la libertad en lo econ¨®mico a la educaci¨®n. Otro rasgo liberal de Rajoy hizo famosa aquella frase suya que dec¨ªa que "liberalizar el suelo ayudar¨¢ a que el precio de la vivienda no siga subiendo". En definitiva, que el conservador Rajoy tambi¨¦n sabe ser liberal a gusto de las bases y por eso de vez en cuando les regala un mensaje con menos regulaci¨®n, menos intervenciones, menos prohibiciones, menos meterse en la vida de la gente y m¨¢s libertad, por utilizar sus propias palabras. Pero hay algo en lo que Mariano no quiere ser nada nada liberal: con su profesi¨®n de registrador, sin duda la menos liberalizada de todas las que se pueden ejercer en Espa?a. En este caso, Rajoy prefiere el amparo de una legislaci¨®n decimon¨®nica que concede privilegios de otra ¨¦poca a los registradores, unos funcionarios p¨²blicos a los que pagan una millonada los contribuyentes, sin que ¨¦stos puedan elegir registrador como eligen m¨¦dico, farmac¨¦utico o incluso notario.

Para ser fiel a su compromiso liberal, Rajoy tiene un deber pendiente: liberalizar los registros de la Propiedad, adapt¨¢ndolos a la Espa?a moderna y libre que quiere construir. Nadie mejor que ¨¦l para acabar con una situaci¨®n de privilegio que ni la UCD ni el PP ni el PSOE se han atrevido jam¨¢s a tocar. La soluci¨®n es f¨¢cil: puede asignar las tareas registrales a funcionarios del Estado que cobren un sueldo como los dem¨¢s o liberalizar al menos la apertura de registros. De ese modo, acabar¨ªa con excedencias como la suya en Santa Pola, donde es titular del Registro de la Propiedad, en situaci¨®n de servicios especiales, y, por supuesto, pondr¨ªa fin al actual r¨¦gimen de aranceles que permite que los registradores amasen fortunas a costa de los usuarios.

Nadie m¨¢s indicado que Rajoy para dar ejemplo y demostrar que a liberal no le gana nadie. En el Gobierno de Zapatero hubo intentos de entrarle a fondo a los registradores pero L¨®pez Aguilar quiso y no pudo, y Caama?o tampoco pudo y adem¨¢s no quiso. Lo de Bermejo a¨²n fue m¨¢s complicado. Quiz¨¢ el PSOE no lo hizo para no ser acusado de ir contra el jefe de la Oposici¨®n, pero el PP y el propio Rajoy s¨ª pueden dar ese buen ejemplo a una ciudadan¨ªa ahora forzada a convertir en multimillonarios a unos cuantos funcionarios.