Llora la Pachamama
Evo Morales reprime a los ind¨ªgenas y luego paraliza un proyecto de carretera en la Amazonia
dos tercios de los habitantes de Bolivia -unos 12 millones- son ind¨ªgenas o asumen esa herencia ¨¦tnica e hist¨®rica. Sobre esa base popular Evo Morales lleg¨® a la presidencia en 2006, con un programa de respeto a la madre tierra -la Pachamama- y contra "el capitalismo depredador", que era como decir contra Occidente. Pero ocurre que en Bolivia hay ind¨ªgenas e ind¨ªgenas. Una mayor¨ªa de esos dos tercios son nativos del Altiplano, de cultura quechua y aymara -etnia esta ¨²ltima a la que pertenece el presidente- y el resto, los llamados amaz¨®nicos, o de tierras bajas, se dividen en numerosos grupos de lengua y usos que los alejan de las etnias dominantes. Y el pasado domingo estallaba una cuasi insurrecci¨®n de los segundos por razones relativas a los primeros.
El pasado 15 de agosto, 1.500 ind¨ªgenas iniciaron una marcha hacia La Paz, en protesta por el proyecto de construcci¨®n de una carretera que cruzara el territorio yuracar¨¦ -tierras bajas- que, por a?adidura, es un parque nacional. Y quienes ped¨ªan que se abriera esa v¨ªa eran, precisamente, ind¨ªgenas del Chapare, zona cocalera y alma mater electoral de Morales.
La marcha ha sido hostigada por fuerzas afines al presidente y reprimida por la polic¨ªa, que caus¨® la muerte de un beb¨¦ y, en el plano pol¨ªtico, la dimisi¨®n de la ministra de Defensa, Mar¨ªa Cecilia Chac¨®n, que criticaba la violencia oficial. Morales se ha apresurado a paralizar el proyecto hasta que una comisi¨®n haga un informe sobre el caso, que es la forma habitual en que los Estados -depredadores o devotos de la Pachamama- entierran los asuntos molestos, aunque el presidente ha llegado a hablar de la convocatoria de un refer¨¦ndum sobre el caso.
Aparte del hecho, poco lucido, de que se favorezca a unos ind¨ªgenas y se perjudique a otros, la cuesti¨®n de fondo es que los presidentes tienen que presidir y eso nunca se hace a gusto de todos y, por a?adidura, en un mundo capitalista donde las l¨¢grimas de la Pachamama tienen poca tracci¨®n, es Brasil quien financia la obra para acelerar la integraci¨®n econ¨®mica entre zonas lim¨ªtrofes de ambos pa¨ªses. Hay que esperar, sin embargo, que la sangre no llegue al r¨ªo porque Morales necesita a todos los ind¨ªgenas, suyos o del pr¨®jimo, para seguir redondeando los fant¨¢sticos n¨²meros electorales con los que lleva adelante su proyecto de revoluci¨®n indigenista, con carretera o sin ella.
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