Me siento rara
Me siento extra?a (Enrique Mart¨ª Maqueda, 1977) fue una de las pel¨ªculas m¨¢s exitosas del destape. En ella, la actriz B¨¢rbara Rey viv¨ªa intensamente el amor l¨¦sbico junto a Roc¨ªo Durcal. El p¨²blico espa?ol masculino acudi¨® en masa a verificar una de sus m¨¢s ac¨¦rrimas fantas¨ªas: el amor entre dos guapas desinhibidas. Al finalizar el rodaje, Durcal abandon¨® el cine para siempre y Rey inici¨® un brillante ascenso en el destape y la televisi¨®n.
Hoy, al tiempo que el euro consigue otra semana de supervivencia, Sof¨ªa Cristo Rey, hija de B¨¢rbara, declara su amor a Nagore, una delgada y guerrera exconcursante de Gran hermano. Sof¨ªa manifiesta su amor durante una de las galas de Acorralados, el nuevo reality de Telecinco. En el programa, la enamorada de Sof¨ªa ha compartido encierro con la mism¨ªsima B¨¢rbara Rey, expulsada el jueves, y lo extra?o no es ya el amor, sino el hecho de que la nuera haya experimentado los peligros de la convivencia m¨¢s con su suegra que con su novia.
B¨¢rbara rey debe sentirse como Cher: un s¨ªmbolo heterosexual,madre de nuevos tiempos
En los plat¨®s donde Sof¨ªa tiene que ver una y otra vez las modernas im¨¢genes de felicidad y l¨¢grimas entre ella, la audiencia, su madre y su novia, aparecen diversos colaboradores que o bien ponen en duda el amor de las chicas o discurren sobre si la homosexualidad, femenina o masculina, es una moda que "pretende convertirnos a los heteros en raza en extinci¨®n". Sof¨ªa ha soportado todo con un cruce de piernas que re¨²ne a su madre B¨¢rbara y a Sharon Stone, mientras desde la granja en Asturias B¨¢rbara y Nagore asum¨ªan la extra?a anormalidad de la vida en directo.
Sentirnos extra?os nos ha pasado a todos. Extra?os en nuestros cuerpos y en nuestras familias. En nuestros trabajos o pa¨ªses. Pero en estos tiempos agitados lo que nos sentimos es raros. Porque todo lo parece. Viene un inversor desconocido y se convierte en una celebridad global al informarnos, v¨ªa BBC, de que los presidentes no mandan, sino que lo hace la banca inversora Goldman Sachs, que adem¨¢s anuncia nuevo recorte de empleados.
Banqueros como Bot¨ªn y ministras como Salgado, con o sin pelo, se llevan las manos a la cabeza y exigen del inversor una retractaci¨®n, m¨¢s hablar por hablar. Es raro porque ha dicho algo que todos callan desde los a?os de las reaganomics, que nacieron al mismo tiempo que Sof¨ªa Cristo Rey, que, por el contrario, no calla, exponiendo sus deseos de no ocultarse.
M¨¢s o menos superado el susto del inversor, una investigaci¨®n de Hacienda revela una sociedad vinculada al duque de Palma, I?aki Urdangarin, que gestionaba conferencias y gastos donde figuraba el exjugador ol¨ªmpico. En una de esas conferencias se lleg¨® a plantear la promesa de incorporar a la isla de Palma de Mallorca en el recorrido del Tour. Por m¨¢s rara que parezca la promesa, su aroma quijotesco es fascinante. Cruzar el Pirineo, acercarse a Barcelona y, como en la m¨ªtica canci¨®n, llegar hasta Mallorca en bicicleta o autoestop. Lo mismo, la investigacion, le podr¨ªa haber pasado a Sarah Ferguson.
En estos agitados d¨ªas en los que todo se tambalea (incluso el matrimonio Demi Moore-Ashton Kutcher pende de un hilo), result¨® tranquilizador comprobar la plena recuperaci¨®n del Monarca y de sus h¨¢bitos durante su visita, el pasado fin de semana, a ese para¨ªso, emocional y fiscal, que es M¨®naco.
La feria internacional de yates result¨® ser el est¨ªmulo extra para dar unos pasos fuera de Zarzuela, sin pasar por Palma ni pisar la arena y a tiempo de firmar sin problemas la reforma constitucional. Cada vez son menos raras las reformas constitucionales. Se entiende que la protecci¨®n que como refugio ofrece el puerto de M¨®naco es solo comparable a la privacidad financiera que se disfruta en los Alpes, un delicioso mar y monta?a que ayuda a restablecer la salud de cualquiera.
M¨®naco tiene un raro secreto para la supervivencia. En tiempos de crisis, y ante la escasa credibilidad de Alberto y Charlene como matrimonio, surge brillante Carlota Casiraghi. Su entrada en la apote¨®sica fiesta de Gucci para celebrar sus primeros 90 a?os fue imperial.
M¨¢s que bella, raramente inteligente y misteriosa, Carlota demostr¨® que su lujo es para siempre. Que si la firma se acercaba al centenario, ella lleva en sus genes m¨¢s de dos siglos sin pasar hambre.
La fiesta de Gucci confirma otra rareza: en la crisis no interesan los trapos, lo que triunfa es la marroquiner¨ªa y la ilusi¨®n m¨¢xima. Es lo que dec¨ªan las madres, como B¨¢rbara Rey: gasta el dinero en lo que se vea y sea para siempre.
Acorralados sufre como reality el fantasma del ¨¦xito de Supervivientes. Pero ha encontrado en el tri¨¢ngulo hija, nuera y suegra un cierto tir¨®n. Bien advirti¨® Terenci Moix que lo gay no vende, pero lo l¨¦sbico puede tener otra suerte. De hecho, Sof¨ªa ha conseguido lo que la pel¨ªcula de su mam¨¢ intent¨®: que una figura l¨¦sbica tenga amplia proyecci¨®n televisiva. Que parezca existir una normalidad para acogerla, pese a la socarroner¨ªa inicial de los colaboradores. En el fondo, esto tampoco es raro. Todos los amigos siempre se protegen entre ellos alertando al enamorado o enamorada de que "esa persona no te conviene lo suficiente".
Nagore parece una mujer de armas tomar; Sof¨ªa, un bocado de urbanidad y sexualidad que ha heredado las piernas de su madre, pero tambi¨¦n su car¨¢cter. Mientras, B¨¢rbara debe sentirse como Cher: s¨ªmbolos heterosexuales, madres de nuevos tiempos.
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