Daria y las mujeres de Bu?uel
Con unos ingresos anuales que superan los tres millones de euros cuesta no ir pensando en retirarse. Daria Werbowy, de 27 a?os, todav¨ªa no se plantea el adi¨®s definitivo, pero desde que firmara con Lanc?me en 2005 para ser imagen de la fragancia Hypn?se, su presencia sobre las pasarelas ha ido disminuyendo. "He desfilado siete u ocho temporadas, y eso es mucho. Es el momento de pasar p¨¢gina y dar la oportunidad a otras chicas. Es la primera vez en a?os que me he tomado semejante descanso", dice refiri¨¦ndose a los tres meses que ha pasado este verano navegando, deporte que practica desde que era ni?a.
Efectivamente, esta no es la primera vez que la modelo entra en crisis con su profesi¨®n: en 2008 desapareci¨® para cruzar el Atl¨¢ntico. "Navegar es adrenalina, miedo, un reto constante... la aventura hacia lo desconocido. Y no hay nada mejor que llevar la misma camiseta durante d¨ªas", declaraba a T Magazine en mayo. Pues s¨ª, el look de la chica que acude a nuestra cita nada tiene que ver con el de la sofisticada y enigm¨¢tica mujer que reflejan las fotos. Daria se presenta con una camiseta de algod¨®n, el jersey ra¨ªdo, falda hippy y chanclas. Sigue siendo abrumadoramente guapa, lo que confirma la teor¨ªa de Dick Page acerca de uno de los rostros m¨¢s cautivadores de la ¨²ltima d¨¦cada. Seg¨²n el maquillador: "Puedes ponerle un ¨¢rbol sobre la cabeza y maquillarla con pinturas de guerra y continuar¨¢ siendo Daria. Hay algo a prueba de bombas en esa clase de belleza". Serena y voluptuosa a la vez, o, como le gusta decir a la industria, "intelectual". Asegura que no quiere que la etiqueten, pero cuando el blog Darialogist ("un estudio cultural de los trabajos de Daria") sale a relucir en la conversaci¨®n, lo reconoce de inmediato. "Habla sobre el impacto social de la moda. Es cool".
"He desfilado mucho. Es momento de pasar p¨¢gina y dar oportunidad a otras chicas"
Aunque ha sido su contrato con Lanc?me lo que le ha proporcionado "seguridad" -se estima que alrededor de una tercera parte de los ingresos mencionados anteriormente provienen de sus actividades con la marca-, fueron Miuccia Prada y el fot¨®grafo Steven Meisel quienes le dieron el empuj¨®n decisivo. En 2003 la escogieron para poner cara a la primera fragancia de la italiana. Antes de aquella campa?a, la carrera de Werbowy se encontraba en punto muerto. "Hac¨ªa muchos castings, pero no trabajaba. Echando la vista atr¨¢s, pienso que fue uno de los mejores momentos de mi vida. No ten¨ªa responsabilidades, conoc¨ª a un mont¨®n de gente..., pero al mismo tiempo era desmoralizador". Adem¨¢s, hab¨ªa gastado sus ahorros: no quedaba otra que regresar a Canad¨¢ con pap¨¢ y mam¨¢. "Le dije a mi padre que no quer¨ªa continuar, que esto no era para m¨ª, pero me convenci¨® para darme una ¨²ltima oportunidad. Al d¨ªa siguiente de llegar a Nueva York firmaba un acuerdo exclusivo con Prada. Desde entonces todo se ha vuelto un poco borroso", reconoce.
Ser embajadora de una marca cosm¨¦tica le obliga a hacer algo con lo que no se siente muy c¨®moda: conceder entrevistas. "Siempre le digo a Kate [Moss] lo afortunada que es por no tener que hacerlas. Me resulta muy dif¨ªcil explicarme en una conversaci¨®n de 10 minutos". Con la enorme ventaja de que ella jam¨¢s ha estado envuelta en esc¨¢ndalo de ning¨²n tipo. Pero, ?se ver¨ªa posando en plan familiar, como han hecho otras tantas modelos, incluida la inglesa? "No tengo nada contra la gente que decide llevar una vida m¨¢s p¨²blica, pero trato de evitar ese tipo de situaciones siempre que puedo", responde.
Cabe preguntarse si en unas d¨¦cadas asistiremos a la reaparici¨®n de una madura Daria Werbowy, como hicieron en su d¨ªa Claudia o Naomi. "Es raro, cuando me veo en las fotos nunca pienso que esa persona soy yo, probablemente porque la imagen que tengo de m¨ª difiere bastante. Captar la atenci¨®n es adictivo. La vanidad es intr¨ªnseca a la naturaleza humana y est¨¢s formando parte de la historia".
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