El valor razonable de la valoraci¨®n
La crisis ha puesto de relieve la importancia de la valoraci¨®n de todo tipo de activos en una econom¨ªa global con mercados cada vez m¨¢s abiertos, donde disponer de informaci¨®n financiera rigurosa, comprensible y homog¨¦nea es clave para el buen funcionamiento del sistema.
En los a?os previos a la crisis, los reguladores adoptaron de forma cuasi universal principios de contabilidad basados en el concepto de valor razonable en sustituci¨®n de la contabilidad a coste hist¨®rico que hab¨ªa sido de aplicaci¨®n hasta entonces. La contabilidad a valor razonable implica que los activos y pasivos de una compa?¨ªa se registran por su valor razonable, que no es necesariamente lo mismo que valor de mercado.
Hay quienes pensamos que buena parte del problema no ha sido de contabilidad, sino de valoraci¨®n Espa?a debe estar en el grupo de cabeza para implantar unas normas de valoraci¨®n robustas
Durante la crisis, no pocas voces se han alzado para responsabilizar a la contabilidad a valor razonable del desplome de los mercados en 2008. Sus detractores alegan que existe una relaci¨®n perversa que se retroalimenta fomentando su ca¨ªda. En ese periodo, la incertidumbre paraliz¨® su actividad, registr¨¢ndose para un buen n¨²mero de activos solo operaciones puntuales transadas a precios poco representativos de su verdadero valor. Las entidades, al tener que valorar sus posiciones a valor razonable, incorporaron en sus balances toda la tensi¨®n bajista de unos precios cruzados en operaciones extremas, provocando con ello importantes p¨¦rdidas que, a su vez, alimentaban la incertidumbre y el p¨¢nico en el sistema.
En el otro lado se encuentran quienes piensan que la contabilidad a valor razonable no es la causa de las malas noticias, sino solo su mensajero. Se argumenta que esta solo refleja el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica existente. Valorar a coste hist¨®rico los activos habr¨ªa implicado ocultar importantes p¨¦rdidas a los inversores y retrasar la limpieza de activos t¨®xicos, como ya ocurriera en Jap¨®n en la crisis de los noventa.
?Qu¨¦ bando tiene raz¨®n? Quiz¨¢ ninguno. Nadie desea la ca¨ªda de entidades debido al desplome cortoplacista del valor de unos activos il¨ªquidos. Tampoco es deseable dejar de informar a los inversores de las p¨¦rdidas por su devaluaci¨®n. Pero mientras el debate de la contabilidad a valor razonable se perpet¨²a en el tiempo con id¨¦ntica pasi¨®n que el primer d¨ªa entre acad¨¦micos, supervisores y directivos, hay quienes pensamos que buena parte del problema no ha sido de contabilidad, sino de valoraci¨®n.
En no pocos casos el problema no fue la contabilidad a valor razonable, sino la razonabilidad, o m¨¢s bien la falta de ella, de las valoraciones que se hicieron. En un contexto de absoluta falta de liquidez no puede considerarse como valor razonable de un activo el precio ejecutado en operaciones aisladas realizadas en condiciones forzadas de salida donde los vendedores est¨¢n dispuestos a aceptar casi cualquier precio por desprenderse del t¨ªtulo en cuesti¨®n. Porque la primera condici¨®n que debe tener un mercado para poder considerar sus precios como representativos es su liquidez y actividad. Y cuando no se goza de ellas, su valor razonable debe calcularse utilizando m¨¦todos alternativos que tienen en cuenta los pagos futuros del t¨ªtulo, sus riesgos y el resto de variables determinantes de su valor, todo ello en funci¨®n del prop¨®sito para el que se efect¨²a la valoraci¨®n. Este m¨¦todo se conoce como mark-to-model. En 2009, habida cuenta de las p¨¦rdidas que las entidades hab¨ªan registrado, los principales reguladores emitieron sendos comunicados alentando el empleo del mark-to-model en mercados con escasa liquidez. Su aplicaci¨®n suaviz¨® el impacto de las ca¨ªdas, atenuando el efecto circular que se hab¨ªa producido.
Pero la contabilidad a valor razonable es solo un ejemplo m¨¢s de la importancia que tiene el campo de la valoraci¨®n en el sistema actual. La valoraci¨®n de activos es el epicentro de un sinf¨ªn de elementos esenciales del sistema econ¨®mico-financiero: transacciones inmobiliarias, procesos de titulizaci¨®n, transacciones empresariales y salidas a Bolsa, inversiones en activos financieros, operaciones de financiaci¨®n y valoraci¨®n de sus garant¨ªas (por ejemplo, en las hipotecas), cobros de impuestos, gesti¨®n de riesgos y supervisi¨®n financiera; materias de gran relevancia y algunas muy pr¨®ximas, si no protagonistas, de la crisis.
A la luz de lo anterior cabe preguntarse: si hubieran existido y aplicado globalmente unas normas robustas de valoraci¨®n, ?habr¨ªa sido la crisis tan intensa? Puede sostenerse que no, que la magnitud de los acontecimientos habr¨ªa sido menor.
Esto no significa que la existencia de normas de valoraci¨®n internacionalmente aceptadas y homog¨¦neamente aplicadas sean un ant¨ªdoto contra las crisis econ¨®micas. Estas son consustanciales al desarrollo de la humanidad y al crecimiento econ¨®mico. Baste analizar las series del PIB de los pa¨ªses desarrollados para observar la existencia de ciclos de distinta amplitud y duraci¨®n. Pero tambi¨¦n es sin¨®nimo de desarrollo y, sobre todo, de sentido com¨²n analizar lo ocurrido, aprender de los errores e intentar que no se repitan. Y al hacerlo, aparece como uno de los grandes d¨¦ficits a cubrir urgentemente la calidad del proceso de valoraci¨®n de todo tipo de activos.
Mejorar los procesos de valoraci¨®n no significa ¨²nicamente que, desde el punto de vista t¨¦cnico, las valoraciones se lleven a cabo con rigor y en aplicaci¨®n de las mejores pr¨¢cticas. Hacerlo es condici¨®n necesaria, pero no suficiente. Lo anterior debe ir acompa?ado del desarrollo y la aplicaci¨®n de c¨®digos ¨¦ticos, de evitar la existencia de conflictos de inter¨¦s y de garantizar la independencia de las valoraciones. El G-20 y los reguladores a nivel mundial se han pronunciado en este sentido reconociendo que disponer de normas de valoraci¨®n apropiadas y de una regulaci¨®n eficaz de estas es necesario para la estabilidad financiera.
Las normas de valoraci¨®n son, por tanto, una pieza importante del sistema. ?Qui¨¦n las emite? El IVSC. ?Qu¨¦ es el IVSC? Es el Consejo de Normas Internacionales de Valoraci¨®n, una organizaci¨®n no gubernamental sin ¨¢nimo de lucro cuyo objetivo es elaborar y publicar, en pro del inter¨¦s general, normas de valoraci¨®n para diferentes clases de activos, promover su aceptaci¨®n y uso a nivel mundial y definir los principios ¨¦ticos de la profesi¨®n. El IVSC cuenta con 67 miembros procedentes de 50 pa¨ªses de quienes obtiene su financiaci¨®n.
En 2008 acometi¨® una fuerte reestructuraci¨®n y desde entonces se han alcanzado hitos importantes. Se han revisado las normas de valoraci¨®n existentes, proceso que culmin¨® el pasado mes de julio con la publicaci¨®n a nivel mundial de las nuevas normas. Se ha abordado de forma espec¨ªfica el problema de valoraci¨®n de instrumentos financieros con la creaci¨®n de un grupo de expertos. Se ha reconocido la necesidad de desarrollar documentos de mejores pr¨¢cticas que entren en un mayor nivel de detalle de lo que las Normas pueden hacer. Se ha intensificado la relaci¨®n con los organismos supervisores y organizaciones internacionales de primer nivel para fomentar la aplicaci¨®n de las Normas: FMI, Banco Mundial, OCDE, Organizaci¨®n Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) y Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB). Recientemente, el IVSC ha sido nombrado organismo asesor del G-20, lo que supone un claro reconocimiento a su labor y sus aportaciones en pro de unos mercados m¨¢s estables y eficientes.
El cumplimiento de los objetivos a los que se enfrenta la organizaci¨®n es un proyecto ambicioso. Hacen falta medios financieros y humanos y, sobre todo, una decidida voluntad y trabajo por parte de los profesionales del mundo de la valoraci¨®n, reguladores, organismos p¨²blicos, empresas, etc¨¦tera, para llevar a buen puerto el proyecto. La tarea del IVSC aparece m¨¢s clara a la luz de las lecciones que se est¨¢n extrayendo de una crisis cuya gravedad y virulencia nos ha sorprendido a todos. Pensamos que los beneficios que comportar¨¢ alcanzar dichos objetivos merecen el esfuerzo. Se trata de no hacer buena la m¨¢xima de que el hombre es el ¨²nico animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Volver a infravalorar la importancia de la valoraci¨®n no ser¨ªa entendible.
Por muchos motivos, Espa?a debe estar en el grupo de cabeza para implantar y promover unas normas de valoraci¨®n robustas e internacionalmente aceptadas. De ello depender¨¢, en gran parte, recuperar la confianza perdida. -
Carlos Arenillas es presidente de Equilibria Investments y extrustee del IVSC.
Ana Casta?eda es directora general de Intermoney Valora y miembro del Consejo de Normas del IVSC.
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