Los desahucios se disparan casi un 63% en Euskadi en apenas dos a?os
En el primer trimestre de 2011 se registraron m¨¢s de seis casos cada d¨ªa
Muy pocos de estos dramas se comparten con amigos o conocidos. La gran mayor¨ªa los vive con verg¨¹enza, con profundo dolor y con una sensaci¨®n asociada de derrota capaz de hundir al m¨¢s fuerte en un estado pr¨®ximo a la desesperaci¨®n. "El mundo dej¨® de tener sentido. Llevaba cuatro a?os pagando el apartamento y me march¨¦ con la bolsa de deporte, a las doce y media, sin saber d¨®nde ir y con 40 euros", asegura Marcos L. de U. Llevaba trabajando en la construcci¨®n desde 2001. En 2005 se decidi¨® a comprar un piso y el banco le prest¨® para la vivienda y una ranchera. En 2008, se qued¨® sin trabajo y a principios de este a?o, sin piso.
Por cada caso que llega a los medios hay cien que no lo hacen. Por cada afectado que decide luchar contra una entidad financiera hay otro centenar que se resignan, cogen sus pertenencias y recuerdos, los aprietan en una maleta e intentan empezar de nuevo.
Desde el inicio de la crisis, a finales de 2007, los desahucios resultan m¨¢s habituales de lo normal en Euskadi. Entre 2008 y 2010 han crecido un 62,4% y en el primer trimestre de este han vuelto a marcar otro r¨¦cord, con m¨¢s de seis casos diarios. Los datos facilitados por el Tribunal Superior muestran que los desahucios se dispararon en 2010 un 51,3% con respecto del a?o anterior al pasar de 1.297 solicitudes de lanzamiento en los juzgados vascos a 1.963. En 2008, los casos se quedaron en 1.209, con lo que el aumento supone es m¨¢s de 60%.
Lanzamiento es el t¨¦rmino judicial que describe el acto mediante el cual se despoja a una persona de la posesi¨®n material de un bien inmueble, en ejecuci¨®n de una resoluci¨®n dictada por un juzgado. Desde 2008 y hasta finales del a?o pasado, el total de casos en Euskadi ascienden a casi 4.500 y siguen subiendo. En el primer trimestre de este a?o se presentaron en los departamentos de notificaciones y embargos un total de 567 casos nuevos -lo que supone m¨¢s de seis cada d¨ªa-, la cifra m¨¢s alta de los 13 trimestres transcurridos desde enero de 2008.
En la mayor¨ªa de las ocasiones el problema comienza con el impago de uno de los recibos del pr¨¦stamo hipotecario y termina varios meses despu¨¦s con el lanzamiento de la vivienda.
El ¨²ltimo caso conocido ha sido el de un matrimonio de avanzada edad de Berango que iba a ser desalojado de su caser¨ªo por una deuda impagada con un prestamista privado por valor de 25.900 euros que hab¨ªan solicitado para arreglar el tejado despu¨¦s de que ninguna entidad financiera quisiese conced¨¦rselo. La juez que dict¨® el desahucio ha aplazado el desalojo durante 15 d¨ªas por la enfermedad del propietario.
Un caso diferente es el de Amaia G. Todav¨ªa no pesa una orden de desalojo sobre su vivienda, pero est¨¢ litigando en el juzgado contra esa posibilidad. Se siente en primera l¨ªnea de la crisis y considera tremendamente injusto que pueda perder su casa por la deuda de su exmarido. Esta vecina de Santurtzi se separ¨® y su expareja no pag¨® su parte de la hipoteca. "Aunque yo he seguido pagando, la caja me ha corresponsabilizado de su deuda, con lo cual tengo un problema", apunta.
Su nomina mensual asciende a 509 euros, tiene un hijo de cinco a?os y su exmarido tampoco paga la pensi¨®n alimenticia. Su piso le cost¨® m¨¢s de 300.000 euros en 2006 y ahora regatea para no bajar de 240.000 en una venta para la que no encuentra compradores. La entidad que le concedi¨® el cr¨¦dito ya ha iniciado la reclamaci¨®n judicial que acabar¨¢ con el desahucio. Si logra vender antes su casa, todav¨ªa arrastrar¨¢ una deuda superior a los 60.000 euros. "Ahora estoy tramitando la Renta de Garant¨ªa; ya veremos a ver si me la conceden. Me siento condenada a convivir de por vida con una deuda que no es m¨ªa", deplora.
El crecimiento de los desahucios confirma que los efectos de la crisis se est¨¢n acentuando para muchos ciudadanos a medida que pasa el tiempo y se acaba el cobro de las prestaciones de desempleo.
La cifra de parados supera ya los 140.000 en Euskadi y la patronal prev¨¦ que este a?o habr¨¢ 4.000 m¨¢s, confirmando lo que advierten las asociaciones de consumidores y de usuarios de hipotecas: "Esto no ha hecho m¨¢s que comenzar".
Los embargos y las ejecuciones hipotecarias tambi¨¦n se han disparado en los ¨²ltimos tres a?os. Los desahucios suponen, en la mayor¨ªa de los casos, la consecuencia final de las ejecuciones hipotecarias. Si para las entidades financieras el problema se llama crecimiento de la morosidad, lo que les est¨¢ obligando a hacer fuertes provisiones, en las familias se llama embargos, que primero se dirigen contra los bienes muebles y despu¨¦s contra los inmuebles.
La Plataforma de Afectados por las Hipotecas, que en Euskadi encabeza Marta Uriarte, intenta ofrecer asesoramiento a las personas que tienen problemas para poder pagar sus cr¨¦ditos. Cada vez m¨¢s personas acuden a ella, y plataforma est¨¢ luchando en muchas comunidades aut¨®nomas para que se visualicen este tipo de problemas y llegue a la opini¨®n p¨²blica el papel que est¨¢n jugando las entidades financieras con sus clientes. "Se les llena la boca con la Obra Social, y con que destinan no s¨¦ qu¨¦ porcentaje de los beneficios para el bienestar de la comunidad y est¨¢n poniendo en la cuerda floja a mucha gente", se?ala Uriarte.
"O com¨ªa o pagaba"
"Esta misma semana, si no hay un arreglo, mi abogado va a solicitar concurso de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil", declara Marta Uriarte, responsable de la Plataforma de Afectados por Hipotecas. "Queremos pagar, tenemos recursos pero las condiciones que nos pone BBK son inadmisibles", agrega.
Marta Uriarte sabe que el concurso de acreedores supone una figura dise?ada especialmente para reordenar las deudas de las sociedades en quiebra o en riego de estarlo y con m¨¢s de un acreedor. La legislaci¨®n que lo desarrolla permite tambi¨¦n a las familias presentarse ante un juez para que reoriente su pasivo y devuelva la solvencia a la unidad familiar. Aunque los expertos recomiendan a las sociedades de gananciales y a las personas f¨ªsicas intentar resolver sus problemas de liquidez por otras v¨ªas, hay casos en los que se puede solucionar.
El caso de Marta Uriarte resulta especial. Logr¨® aplazar el pago de las cuotas de su hipoteca al sufrir graves da?os en su casa despu¨¦s de las inundaciones del r¨ªo Gobela, en Getxo, en 2008. Poco despu¨¦s, ya en 2009, la empresa de transportes de su marido cerr¨®. Se quedaron solo con su sueldo, que no les llega para vivir y pagar la hipoteca. "Tuve que decidir entre comer o pagar la hipoteca", dice Uriarte. "Ahora la caja me pide 20.000 euros para renovar el cr¨¦dito y no puedo hacer frente a esa cantidad. Voy a hablar con mi abogado y nos vamos a concursar. Creemos que con una reordenaci¨®n de la deuda y mejores condiciones somos solventes", abunda.
A diferencia de una sociedad, una persona f¨ªsica no quiebra, no puede disolverse por una crisis econ¨®mica.
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