Las mujeres ganan el premio de la paz

Todos los rumores anunciaban un premio Nobel de la Paz para los blogueros de la primavera ¨¢rabe. Y el galard¨®n acab¨® reconociendo una revoluci¨®n, a veces silenciosa y siempre dif¨ªcil: la lucha de las mujeres para impulsar el cambio pol¨ªtico y social en el mundo. Con un reconocimiento expreso tambi¨¦n al papel de la mujer en los procesos de paz, el Comit¨¦ del Nobel de la Paz anunci¨® un premio compartido entre la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf; la tambi¨¦n liberiana Leymah Gbowee, responsable de la organizaci¨®n Red de Mujeres por la Paz y la Seguridad en ?frica; y la activista yemen¨ª Tawakul Kerman.

El presidente del Comit¨¦, Thorbjoern Jagland, manifest¨® que las tres laureadas son recompensadas por "la lucha no violenta en favor de la seguridad de las mujeres y de sus derechos a participar en los procesos de paz". "No podemos conseguir", a?adi¨® Jagland, "una democracia y una paz duraderas en el mundo si las mujeres no obtienen las mismas oportunidades que los hombres para influir a todos los niveles en el desarrollo de sus sociedades".

El comit¨¦ destaca su compromiso en favor de la seguridad femenina

"Es un tributo a su contribuci¨®n a la reconciliaci¨®n", dice el Gobierno de Oslo

Tras la decisi¨®n del comit¨¦ reunido en Oslo, que es donde tambi¨¦n se entrega el Nobel de la Paz, el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, declar¨®: "Este premio es un tributo a todas las mujeres del mundo y a su papel en los procesos de paz y de reconciliaci¨®n".

Creado en 1901, este premio solo lo hab¨ªan recibido hasta ahora otras nueve mujeres. La primera Nobel de la Paz fue, en 1905, Bertha von Suttner, una de las m¨¢s destacadas figuras del movimiento pacifista internacional, cuya ideolog¨ªa difundi¨® por toda Europa en los convulsos a?os del inicio del siglo XX.

Ellen Johnson-Sirleaf, de 72 a?os, es la primera africana que accede de forma democr¨¢tica a la presidencia de un pa¨ªs en ese continente. Desde 2006 y pese a estar su pa¨ªs marcado por 14 a?os de guerra, Johnson-Sirleaf, economista de profesi¨®n, ha logrado dirigir Liberia y colocarla en la v¨ªa del desarrollo. "Es un premio para el pueblo liberiano", expres¨®.

El martes pr¨®ximo, la conocida por sus oponentes como la dama de hierro se enfrenta a la reelecci¨®n en unos disputados comicios, que proseguir¨¢n el curso previsto. Su principal rival, el abogado Winston Tubman, la critica precisamente por no haber hecho lo suficiente durante su mandato para sellar las heridas de la guerra civil y las divisiones que el conflicto dej¨® en la sociedad liberiana. Sin embargo, Thorbjoern Jagland rechaz¨® que la concesi¨®n del Nobel pueda interferir en el resultado de las votaciones.

Por su parte, Leymah Gbowee, de 39 a?os, es una activista conocida por haber organizado la llamada huelga de sexo, el movimiento pacifista que, despu¨¦s de instar a las mujeres a no mantener relaciones sexuales, logr¨® poner fin, en 2003, a la segunda guerra civil que desangraba Liberia. "Moviliz¨® y organiz¨® a las mujeres m¨¢s all¨¢ de las l¨ªneas de divisi¨®n ¨¦tnica y religiosa para poner fin a una larga guerra en Liberia y garantizar su participaci¨®n en las elecciones", dijo Jagland al explicar las razones del comit¨¦ para galardonar a la activista liberiana. La labor de Gbowee fue fundamental para impulsar el proceso de democratizaci¨®n y el triunfo de Johnson-Sirleaf. Gbowee supo que hab¨ªa recibido el premio cuando encendi¨® su m¨®vil tras un vuelo de cinco horas entre San Francisco y Nueva York. Se encontr¨® con un sms que dec¨ªa "Nobel, Nobel, Nobel" y abraz¨® a su compa?ero de asiento, un desconocido. "Cuando recibes una noticia as¨ª, tienes que compartirlo con alguien", explic¨®. "Me siento un s¨ªmbolo de esperanza en un pa¨ªs, un continente, con pocos motivos para la esperanza", se?al¨®.

Tawakul Kerman es una pol¨ªtica yemen¨ª y activista pro derechos humanos que dirige el grupo de Mujeres Periodistas Sin Cadenas, creado en 2005. Yemen es uno de los pa¨ªses ¨¢rabes m¨¢s afectados por la ola de cambio en el mundo ¨¢rabe. Su presidente, Ali Abdul¨¢ Saleh, se mantiene en el poder pese a las masivas protestas y a los cientos de yemen¨ªes muertos en choques. "Se lo dedico a todos los j¨®venes ¨¢rabes que luchan contra las dictaduras", declar¨® a la corresponsal de EL PA?S, ?ngeles Espinosa.

Las mujeres yemen¨ªes est¨¢n siendo muy activas en las revueltas contra Saleh, un aliado de Estados Unidos. Decenas de miles de ellas, envueltas en sus abayas (el mant¨®n negro que las cubre por entero), han tomado numerosas veces las calles de San¨¢ para exigir el fin de los 30 a?os de reinado de Saleh. El presidente del Comit¨¦ del Nobel quiso destacar que con este premio se env¨ªa una se?al al aut¨®crata yemen¨ª y a otros dictadores de Oriente Pr¨®ximo para que abandonen el poder.

Las tres compartir¨¢n los 10 millones de coronas suecas (casi 1.100.000 euros) que conlleva el premio. El Comit¨¦ del Nobel de la Paz ya otorg¨® ex aequo el galard¨®n a otras dos mujeres en 2004: la abogada iran¨ª Shir¨ªn Ebad¨ª y la ecologista keniana Wangari Maathai, fallecida en septiembre.

El Comit¨¦ del Nobel se?al¨® que con este premio espera "contribuir a acabar con la represi¨®n que a¨²n padecen las mujeres". Tambi¨¦n expres¨® que su voluntad ha sido destacar "el enorme potencial que representan las mujeres para la paz y la democracia". Sin hacer menci¨®n a las cr¨ªticas que recibi¨® por las selecciones de 2010 (el activista chino preso Liu Xiaobo) y de 2009 (Obama), Jagland se?al¨® que "todo el mundo" reconocer¨¢ la "importancia" de los galardones de este a?o.