Bruni deja a Carla
El matrimonio m¨¢s medi¨¢tico de Francia reclama intimidad. A punto de dar a luz, la exmodelo persigue un perfil mucho menos p¨²blico. Los analistas aducen hartazgo y el fiasco de su fundaci¨®n ben¨¦fica. Un escollo para las aspiraciones pol¨ªticas de Nicolas Sarkozy, muy necesitado de la popularidad de su mujer
Terminada la cena y la velada en la mansi¨®n de un amigo com¨²n, Nicolas Sarkozy ofreci¨® a Carla Bruni su cochazo oficial para acompa?arla a casa. Despu¨¦s, ella invit¨® al jefe del Estado franc¨¦s a subir a tomar una copa. Y un caballeroso Sarkozy respondi¨®:
-No, se?ora: nunca en la primera cita.
As¨ª al menos lo cuenta Anouk Vincent en la biograf¨ªa Carla Bruni-Sarkozy. L'attrait de la lumi¨¨re (Carla Bruni-Sarkozy, la atracci¨®n de la luz). Nicolas Sarkozy (Par¨ªs, 1955) compaginaba por entonces, noviembre de 2007, su condici¨®n de presidente casi novato con la de reci¨¦n divorciado de su segunda esposa, C¨¦cilia Attias. A la ma?ana siguiente de la determinante cena, Sarkozy fre¨ªa a mensajes el m¨®vil de Carla Bruni (Tur¨ªn, 1967), exmodelo, multimillonaria, cantante de ¨¦xito y con fama de devorahombres fulminante. Y varios d¨ªas despu¨¦s, la pareja, junto a la madre y al hijo de Carla, hac¨ªa su primera aparici¨®n p¨²blica a todo trapo medi¨¢tico en Disneylandia.
"Se ha cansado. Puede que Sarkozy tenga que hacer campa?a electoral solo
"Bruni ya ha avisado de que no dejar¨¢ fotografiara su criatura
Sarkozy, Bruni, los paparazzi y el rat¨®n Mickey constitu¨ªan todo un s¨ªmbolo de una nueva era con un tir¨®n televisivo impresionante. Todo esto se certific¨® en la primera rueda de prensa que el presidente de la Rep¨²blica dio el 6 de enero de 2008. La convocatoria reuni¨® a 600 periodistas, algo inusual incluso para El El¨ªseo. La primera cuesti¨®n, sobre pol¨ªtica internacional, nadie la recuerda. La segunda s¨ª: "?Es verdad que se va a casar pronto con madame Carla Bruni?". Sarkozy sonri¨®:
-Lo que me asombra es que haya esperado a la segunda pregunta para soltarme esto. (...) Lo m¨ªo con Carla va en serio.
Era cierto: tras m¨¢s de tres a?os de matrimonio son padres. Una descendencia presidencial que ha tra¨ªdo consigo un revuelo medi¨¢tico planetario.
En el mundo, a Carla Bruni se le ha comparado con Lady Di y Jacqueline Kennedy. En Francia, a veces, la colocan al lado de Bernadette Chirac, que colabor¨® en levantar la imagen de su marido y, a la postre, en su reelecci¨®n. Tras una irrupci¨®n apabullante, Bruni es una mujer casi discreta que dosifica much¨ªsimo sus apariciones p¨²blicas. La periodista Besma Lahouri, autora de la pol¨¦mica biograf¨ªa Carla, una vie secr¨¨te, cree que simplemente se aburre en palacio: "Al principio le gustaba. Pero ya se ha cansado. Se le nota. Su fundaci¨®n ben¨¦fica es un fiasco y ella tiende a encerrarse entre cuatro paredes y no saldr¨¢. Yo creo que Sarkozy har¨¢ el a?o que viene la campa?a electoral solo".
Christophe Barbier, director de L'Express, considera que Bruni s¨ª que aportar¨¢ enteros electorales a su marido. Y que no se aburre. "Simplemente, juega su papel. Danielle Mitterrand ayud¨® a su marido en la esfera internacional, con sus comit¨¦s de derechos humanos; Bernadette Chirac, en la nacional, ya que era diputada regional. Carla le est¨¢ ayudando en la esfera dom¨¦stica, y lo seguir¨¢ haciendo mientras no sobrepase su territorio y no vaya m¨¢s all¨¢ de su fundaci¨®n y su carrera como artista. Adem¨¢s, ha calmado a Sarkozy".
Para jugar bien su papel cuenta con dos rasgos: su capacidad para transformarse y un autocontrol casi inhumano. "Cuando era modelo era una supermodelo; cuando estuvo con Mick Jagger se volvi¨® rockera. Cuando estuvo con el fil¨®sofo Jean-Paul Enthoven fue la m¨¢s intelectual...", explica Lahouri. La bi¨®grafa recuerda una an¨¦cdota que ejemplifica su dominio de s¨ª misma: "A los 17 a?os, una amiga modelo la vio frente a un espejo entren¨¢ndose para sonre¨ªr sin mover un m¨²sculo de la cara. Se colocaba papelitos pegados en las mejillas y en la frente que se despegaban al primer movimiento".
Bruni creci¨® en el seno de una familia italiana millonaria que se mud¨® a Par¨ªs a principios de los a?os setenta huyendo de la oleada de secuestros de las Brigadas Rojas. En 1977, Jacques Chirac, alcalde de la capital y futuro presidente, visit¨® a sus padres acompa?ado de uno de esos tiburones de veinte a?os que por entonces trataba de atornillarse al poder a su lado luciendo melenilla de hippy: Nicolas Sarkozy. Nadie sabe si se cruz¨® con la ni?a de 10 a?os que andaba por la casa y que por entonces ya tocaba la guitarra.
Con 21 se convirti¨® en una de las 20 mujeres mejor pagadas del mundo de la moda, ingresando 8 millones de euros en el a?o 1988. Paralelamente a su carrera de maniqu¨ª de altura corr¨ªa su leyenda de depredadora sexual. Dej¨® a Eric Clapton por Mick Jagger, y, a?os despu¨¦s, cuando viv¨ªa un romance con el fil¨®sofo franc¨¦s Jean-Paul Enthoven conquist¨® al hijo de este, Rapha?l, 10 a?os m¨¢s joven que ella, empuj¨¢ndole al divorcio. Al a?o siguiente, 2001, tuvieron un hijo, Aur¨¦lien.
La exmujer de Rapha?l, Justine L¨¦vy, hija del fil¨®sofo Bernard-Henri L¨¦vy, escribi¨® a modo de desahogo una novela, Rien de grave, en la que, con nombres cambiados, escenas veladas, mala leche y una leve modificaci¨®n de la trama, daba su particular versi¨®n de Bruni, a la que defini¨® como "un ser con una sonrisita de Terminator". Al sentirse aludida, esta respondi¨® por medio de un art¨ªculo en la revista Elle: "La exmujer de mi marido me tacha de ladrona de hombres. Pero todo el mundo sabe que los maridos se saben conservar o no".
Por entonces ya hab¨ªa terminado su carrera de modelo y triunfaba como cantante. En marzo de 2008, investida ya en su nuevo papel, venci¨® su propia biograf¨ªa: vestida con un modelo recatado dise?ado por su amigo John Galliano desembarcaba en Inglaterra en un viaje oficial. La prensa brit¨¢nica tritur¨® los zapatos con alzas de Sarkozy, pero aprob¨® a su esposa.
A finales del a?o pasado, France Soir publicaba un sondeo que revelaba que era m¨¢s popular y estaba m¨¢s valorada que su marido. A su metamorfosis necesaria y, cuando menos, previsible, le sigue la experimentada por Sarkozy. Para empezar, ella impuso condiciones para su nueva vida: no ten¨ªa pensado cambiar de trabajo ni de casa. ?l acept¨®: desde su nueva vida, Bruni ha publicado dos discos (con mucho menos ¨¦xito que Quelqu'un m'a dit, por cierto). Y cada noche, tras despachar con los amos del universo, el presidente monta en su coche oficial para alcanzar la vivienda de su mujer, en el exclusivo distrito XVI de Par¨ªs.
Adem¨¢s, el h¨¢bitat cultural y de izquierdas al que ha pertenecido siempre Bruni le ha contagiado algo. Un ejemplo: "Cuando lleg¨® al El¨ªseo, el presidente abominaba de casi todas las pel¨ªculas que no fueran americanas y de acci¨®n. Su m¨¢ximo exponente era Salvar al soldado Ryan", explicaba este a?o al diario Lib¨¦ration el periodista J¨ºrome Garcin, que a?ad¨ªa que, empujado por su car¨¢cter sistem¨¢tico, cabezota y algo compulsivo, se ve 15 pel¨ªculas de Alfred Hitchcock o de Roberto Rossellini de una tacada, a raz¨®n de una al d¨ªa.
No todo es tan f¨¢cil. El polit¨®logo St¨¦phane Roz¨¨s, director de la empresa de marketing pol¨ªtico CAP, sostiene que una sobreexposici¨®n medi¨¢tica de la pareja es perjudicial para sus intereses: "A los franceses no les gusta que se mezclen vida pol¨ªtica y privada, y menos en una situaci¨®n de crisis como esta. De ah¨ª que, por ejemplo, Bruni haya avisado de que no dejar¨¢ fotografiar a su criatura. Sarkozy abus¨® de esta mezcla en sus primeros meses con Bruni, y eso le pas¨® factura y qued¨® reflejado en los sondeos". Como Barbier, Roz¨¨s considera que la primera dama ser¨¢ una baza electoral "siempre que no se salga del lugar que le corresponde". En abril de 2012, cuando se celebren las elecciones presidenciales, veremos si por fin Carla Bruni ha logrado encajar.
1 - Cantante de ¨¦xito
Su debut super¨® el mill¨®n y medio de copias en Francia. Su guitarrista, Louis Bertignac, recuerda: "No me extra?¨®. Llevaba trabajando esas canciones desde los 20 a?os".
2 - ?'Devorahombres'?
Eric Clapton (en la foto, juntos en Nueva York en 1989) es una de las muchas conquistas que se le atribuyen.
3 - Comprometida
Ya con 16 a?os, y a¨²n con todo por hacer, se dejaba ver as¨ª de entusiasmada en una manifestaci¨®n de SOS Racisme en Par¨ªs.
4 - Modelo intelectual
En los backstage camuflaba lecturas de Dostoievski entre revistas de moda. "Alg¨²n d¨ªa ser¨¦ c¨¦lebre", aventur¨® a una compa?era de desfiles.
Ron Galella (Wireimage) / Michel Gangne (AFP) / Pierre Guillaud (AFP) / Alain Benainous (Getty) / Pedro Armestre (AFP)
RETRATO de una PRIMERA dama
Su personalidad poli¨¦drica (supermodelo, millonaria, cantante, esposa, consorte...) alimenta una imagen de mujer inaccesible.
? origen folletinesco. Su padre, Alberto Bruni Tedeschi, hered¨® una exitosa multinacional y era un apasionado de la ¨®pera. La madre, Marisa, fue pianista. En 1996, tras la muerte de Alberto, Bruni supo que su verdadero progenitor fue un empresario brasile?o con quien su madre mantuvo un romance clandestino.
? El poder del amor. En sus memorias, Eric Clapton cuenta lo colado que estuvo por ella cuando la modelo tan solo ten¨ªa 21 a?os y lo mucho que suplic¨® a Mick Jagger para que no se la 'levantara'. Ni por esas. Bruni se convirti¨® en el motivo de ruptura definitivo entre el 'rolling stone' y Jerry Hall. Entre sus noviazgos se encuentran el actor Vincent P¨¦rez o el exprimer ministro socialista franc¨¦s Laurent Fabius.
? la forja de un estilo. Gracias a su elecci¨®n diplom¨¢tica de Christian Dior como firma de cabecera (durante el reinado Galliano), en el 'ranking' de estilo de las primeras damas ostenta una posici¨®n privilegiada, solo comparable quiz¨¢ a la de Rania de Jordania o la jequesa de Catar (en la foto).
? la voz de francia. 'Quelqu'un m'a dit' se alz¨® como himno ap¨®crifo de la Francia neoliberal del siglo XXI. Ha retrasado varias veces la grabaci¨®n de su cuarto disco a petici¨®n de su marido. Que no est¨¢ el horno para trinos.
? de izquierda a derecha. Tras conocer a Sarkozy en casa del publicista Jacques S¨¦gu¨¦la, pas¨® de declararse "epid¨¦rmicamente de izquierdas" (apoy¨® a S¨¦gol¨¨ne Royal en las ¨²ltimas presidenciales) a "ultrasarkozista" y "nada de izquierdas".
? en su justa medida. Cinco cent¨ªmetros. Es el m¨¢ximo de tac¨®n que se permite a s¨ª misma en contadas visitas oficiales (como en esta imagen, en Espa?a, donde los viste para estar a la altura de nuestra familia real). El resto del tiempo, 'madame' Sarkozy calza bailarinas de Chanel o mocasines de Gucci para no poner en jaque la talla del se?or presidente.
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