Derecha Unida
El pacto alcanzado el pasado lunes por el PP con el Partido Aragon¨¦s (Par) para concurrir conjuntamente a las elecciones del 20-N y el acuerdo firmado pocos d¨ªas antes en id¨¦ntico sentido con Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN) reflejan el viraje de su pol¨ªtica de alianza hacia una derecha territorialmente coordinada. Ambas formaciones regionalistas se han mostrado dispuestas a entendimientos cambiantes con el PP o con el PSOE de acuerdo con sus intereses coyunturales. Mientras los socialistas participan ahora en el Gobierno foral presidido por UPN (aliado con el PP desde 1991 hasta 2008), el Par (socio del PSOE en el Gobierno regional desde 1999 hasta 2011) cambia de pareja en favor de los populares.
El PP presentar¨¢ el 20-N candidaturas unitarias con los partidos regionalistas en Navarra y Arag¨®n
Al comienzo de la actual legislatura, el PP se vio sacudido por las discordias internas a causa de su segunda derrota seguida en las elecciones generales. La agresiva ofensiva lanzada por la presidenta regional de Madrid con la pachanguera ayuda de varios medios de la capital y el apoyo de un n¨²mero indeterminado de dirigentes populares incitados por el europarlamentario Mayor Oreja qued¨® derrotada cuando el XVI Congreso del PP revalid¨® en junio de 2008 la continuidad de Rajoy. La rebeli¨®n de ?lvarez Cascos en 2011 solo ha tenido -al menos hasta ahora- ¨¢mbito territorial: la presidencia del Principado de Asturias.
Junto a las ambiciones de poder personal, el desfavorable enjuiciamiento de la labor opositora desplegada por los populares durante la anterior legislatura jug¨® un destacado papel en la disidencia Tea Party encabezada por Esperanza Aguirre. Seg¨²n los cr¨ªticos de Rajoy, la virulencia, la brutalidad y la estridencia de los ataques del PP durante ese periodo contra el Gobierno socialista, acusado de promover la ruptura de la unidad de Espa?a mediante el Estatuto catal¨¢n y de obstaculizar la acci¨®n de la justicia para impedir el esclarecimiento de la supuesta participaci¨®n de ETA en el atentado del 11-M, se habr¨ªan quedado cortas. El presidente del PP, sin embargo, lleg¨® a la conclusi¨®n de que la hist¨¦rica estrategia de la crispaci¨®n de la anterior legislatura hab¨ªa retra¨ªdo de las urnas a los votantes centristas y volcado al electorado catal¨¢n y vasco en contra de los populares.
Los casi cinco millones de parados (incrementados en septiembre con 100.000 nuevos desempleados) han hecho innecesaria la b¨²squeda por el PP de motivos estramb¨®ticos para criticar a un Gobierno atrapado por la magnitud de la crisis, las medidas ineficaces a la hora de combatirla y los errores de diagn¨®stico y de pron¨®stico. A 50 d¨ªas de las elecciones, la preocupaci¨®n mayor de Rajoy no es tanto su descontada victoria como una mayor¨ªa absoluta capaz de garantizarle la investidura y la aprobaci¨®n de su programa legislativo. Un objetivo para el que la formaci¨®n de una Derecha Unida territorial parece m¨¢s eficaz que la fracasada intentona de montar una versi¨®n chulapona y castiza del Tea Party. -
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