Los misterios del poeta sin rostro
El antiguo activista de ETA premiado en Euskadi se declara fugitivo de profesi¨®n desde su huida de la c¨¢rcel de Martutene en 1985
El Premio Euskadi de Ensayo tiene este a?o una figura sin rostro, un personaje fantasma que vaga errante desde hace 26 a?os, se dir¨ªa que condenado a recitar su poema: "Preso egon denaren gogoa, gartzelara iltzultzen da beti...". ("El pensamiento del que ha estado preso / regresa siempre a la c¨¢rcel. / En la calle se cruza con abogados, jueces y fiscales / y aunque los polic¨ªas no le identifican / le miran con mayor detenimiento / porque su paso no es sosegado o porque es demasiado sosegado. / En su coraz¨®n habita un condenado a perpetuidad").
Este hombre es Joseba Sarrionandia, exmiembro de ETA fugado de la c¨¢rcel donostiarra de Martutene el 7 de julio de 1985 cuando hab¨ªa cumplido cinco de sus 22 a?os de condena. Fue una fuga ingeniosa -escap¨® oculto en un bafle del equipo de m¨²sica del cantante Imanol Larzabal-, y tan celebrada por los suyos que desde entonces el grito de "Sarri, Sarri" no ha dejado de repiquetear, exultante, en los festejos de los simpatizantes de ETA al comp¨¢s saltar¨ªn de la canci¨®n creada ex profeso por el grupo de rock Kortatu, de Ferm¨ªn Muguruza. Ya se sabe que en contextos de ultranacionalismo victimista violento, poetas y artistas con p¨²lpito ante la masa contribuyen m¨¢s a la recluta que los propios aparatos de captaci¨®n de la organizaci¨®n terrorista.
"Hay que hacer la cr¨ªtica de la violencia aunque no haya condenas ret¨®ricas", afirma Joseba Sarrionandia
El autor errante no ha hablado de las matanzas de ETA ni del combate de la banda contra la democracia
El premio, que concede el Gobierno vasco, lo falla un jurado de cinco personas independientes vinculadas a la docencia y al euskera. El tribunal de este a?o, presidido por Ainhoa Larra?aga, directiva de la Universidad de Mondrag¨®n, lo han formado cuatro profesores elegidos entre las universidades vascas y una persona designada por el Ejecutivo de Vitoria.
El Gobierno vasco ha retenido los 18.000 euros del galard¨®n, pero ?es un esc¨¢ndalo que se premie al mitificado etarra huido que nunca ha tenido una palabra para las v¨ªctimas? A principios de a?o, Francia anul¨® el homenaje a Louis Ferdinand C¨¦line, muerto hace 50 a?os, considerando sus "inmundos escritos antisemitas". ?Cabe separar los valores de la moral de los est¨¦ticos y literarios? ?A qu¨¦ sabe el dolor que exudan los poemas de Sarrionandia?
"Yo no he matado", le dijo con voz queda al fil¨®sofo y escritor alem¨¢n Hans Magnus Enzensberger cuando este le entrevist¨® en la c¨¢rcel para EL PA?S dos meses antes de la fuga. El recluso del comando Goio, condenado por el secuestro del industrial Jos¨¦ Garavilla y por utilizaci¨®n de explosivos, dijo haber sido torturado y se reiter¨® en la tesis de que nada hab¨ªa cambiado en la Espa?a posfranquista. Hijo de padres euskaldunes no nacionalistas, explic¨® su integraci¨®n en ETA por la existencia de una atm¨®sfera opresiva antivasca, "una calma impuesta a la fuerza, un sistema de vigilancia, castigo e imposici¨®n que actuaba sin descanso contra el euskera", indic¨® m¨¢s tarde en una de sus contadas entrevistas.
Puesto que solo ten¨ªa 17 a?os cuando muri¨® el dictador, m¨¢s bien parece que como tantos j¨®venes y no tan j¨®venes vascos, Sarrionandia fue presa de la violenta fiebre sobrevenida antifranquista-vasca- patriota que se desat¨® en Euskadi precisamente cuando la dictadura ya hab¨ªa desaparecido y se constru¨ªan los cimientos de la democracia y la autonom¨ªa. El aventurero poeta no ha hablado de la masacre que el terrorismo vasco llev¨® a cabo con particular sa?a -un centenar de asesinatos en 1980-, ni del recrudecimiento contra la democracia de la espiral acci¨®n-represi¨®n que llev¨® al 23-F y al desistimiento de los jueces que ped¨ªan el traslado nada m¨¢s tomar posesi¨®n y dejaban que las denuncias de torturas se acumularan en los cajones.
En aquel tiempo en que algunos pol¨ªticos nacionalistas calentaban la disposici¨®n al sacrificio sacrificador de los j¨®venes y que poetas arist¨®cratas como Telesforo de Monz¨®n glorificaban a los etarras en una invitaci¨®n a "meterse en sangre" -que dijo el patriota serbio Djura Jaksic-, el joven escritor de Iurreta (Vizcaya) sinti¨® la fascinaci¨®n por la acci¨®n en grupo que coquetea con la muerte. Puede que eso explique que en su libro Lagun izostua (El amigo congelado) se reproduzcan estos versos de Orixe: "Jaio nintzan iltzeko / Adio-oro noa iltzen / Ildakoan erabat / Asiko naiz bizitzen" ("Nac¨ª para morir, voy muriendo sin cesar, cuando muera totalmente comenzar¨¦ a vivir").
De aquellos a?os de activismo etarra y participaci¨®n en el grupo literario Pott Banda, donde confluy¨® con escritores de trayectorias tan distintas pero ahormados en la excelencia literaria como Bernardo Atxaga y Jon Juaristi, ha dicho que, pese a todo, vivieron "felices como los amantes sin dinero". El Sarrionandia que entr¨® en ETA con 22 a?os era un esteta, culto, evocador y cosmopolita, que rompi¨® con el euskera de olor a caser¨ªo e incorpor¨® vocablos de dialectos de Iparralde (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) y atm¨®sferas de navegantes, viajes, leyendas medievales. Como otros escritores euskaldunes, colabor¨® en la revista de los padres capuchinos Zeruko Argia (Luz del Cielo). All¨ª conoci¨® a Mikel Albizu, Mikel Antza, cr¨ªtico teatral que ide¨® el plan para sacarle de la c¨¢rcel y que se convertir¨ªa m¨¢s adelante en el "jefe pol¨ªtico" de ETA.
Pese a su servidumbre ideol¨®gica y su condici¨®n de poeta m¨¢s musicado -Mikel Laboa, Ruper Ordorika, Imanol, Oskorri y Ken Zazpi han cantado textos suyos-, se trata de una persona dif¨ªcil de clasificar. "No decid¨ª ser escritor. La escritura era una forma m¨¢s de militancia (...). Luego segu¨ª escribiendo en la c¨¢rcel. Era presidiario de profesi¨®n y escrib¨ªa un poco para olvidar aquello. Despu¨¦s, libre de alguna manera, otra vez, he tenido que ser fugitivo de profesi¨®n. Nada ha estado m¨¢s presente en mi vida que la literatura", dijo en una entrevista con el periodista Hasier Etxeberria.
Desde que, hace 26 a?os, Jes¨²s Uriarte le fotografi¨® en la prisi¨®n, Sarrionandia es el hombre de una sola imagen multiplicada al infinito, el retrato congelado de un personaje enigm¨¢tico del que no se tienen m¨¢s noticias que las de su actividad literaria: ocho poemarios y otros tantos ensayos, siete novelas. ?D¨®nde est¨¢? ?C¨®mo vive? "No puedo desvelarlo", indica Hasier Etxeberria. Todo hace suponer que reside en Cuba. "He podido vivir lejos de mi pa¨ªs, sin nombre vasco, claro, porque la identidad vasca levanta sospechas (...). La literatura te permite vivir otras vidas imaginarias", declar¨® en enero a la escritora vasca francesa Marie Darreussecq.
Estas son sus ¨²ltimas y m¨¢s sorprendentes declaraciones, aparecidas en la revista literaria juvenil Hausnart. "No he participado en el debate sobre el fin de la violencia, pero ojal¨¢ ese cambio se hubiera producido 20 a?os atr¨¢s. ETA ha desempe?ado durante largo tiempo el papel de sparring del Estado y hay que hacer la cr¨ªtica de la violencia aunque no haya condenas ret¨®ricas. Los que en los ¨²ltimos 30 a?os hemos andado combatiendo al Estado tenemos que recuperar la legitimidad, la sinton¨ªa con los deseos colectivos de nuestro pueblo", afirma. Hace 26 a?os, el fil¨®sofo Enzensberger no obtuvo respuesta cuando le pregunt¨® por la "esencia misteriosa" de los vascos, esa "sustancia metaf¨ªsica que puede ser sentida, pero no definida". De regreso de su largo viaje interior por las palabras y los confinamientos en identidades postizas, Sarrionandia dice que "ser vasco no es m¨¢s que una manera de ser humano. Como ser franc¨¦s, checo, homosexual, bombero, asm¨¢tico (...). El problema comienza cuando te impiden o te ponen l¨ªmites a ser vasco" (...). "Hoy d¨ªa, las naciones son en esencia plurales, divididas y problem¨¢ticas. Y menos mal", a?ade, "porque si tomamos en consideraci¨®n el concepto unitario de naci¨®n de ciertos abertzales, ya no ser¨ªa posible la existencia de la naci¨®n vasca".
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