Morir por ser transexual
El asesinato de Sonia, asesinada a golpes por un grupo de neonazis, marc¨® un hito en la defensa del colectivo - 20 a?os despu¨¦s, su memoria sigue viva
"Llame al despacho". El mensaje apareci¨® una tarde de febrero de 1992 en el busca del entonces subinspector de los Mossos d'Esquadra Joan Carles Molinero, que ve¨ªa con sus dos hijas un desfile de carnaval en Barcelona. El hoy comisario investigaba el asesinato de una transexual en Barcelona, que muri¨® de una lluvia de patadas en la cabeza y de un trastazo en el pecho con un palo de escoba mientras dorm¨ªa en el parque de la Ciutadella. Molinero busc¨® una cabina telef¨®nica. "Acabamos de escuchar una llamada que puede ser muy importante", le dijeron sus hombres.
-?Quieres venir a casa esta noche?
-No, no...
-Siempre me dices que no. ?Tienes miedo de venir a mi casa?
-De tu casa no, de ti.
Solo dos de los seis condenados por la muerte de Sonia est¨¢n a¨²n en prisi¨®n
-?Hostia, ni que fuera un travesti!
-No hombre, no te pongas as¨ª.
-Por cierto, ?sabes qui¨¦n hizo aquello del travesti de la Ciutadella?
-No
-?Pues yo s¨ª!
H¨¦ctor L¨®pez Frutos intentaba ligar con una jovencita alardeando por tel¨¦fono de conocer los autores de aquel atroz asesinato. El chaval ya estaba en el punto de mira cuando los mossos grabaron esta conversaci¨®n. El jueves se cumplieron 20 a?os del d¨ªa en que seis j¨®venes neonazis se colaron de madrugada en el parque de la Ciutadella y, con sus botas de punta de hierro, patearon a Jos¨¦ Rescalvo Zafra, de 45 a?os, conocido como Sonia, hasta matarle. H¨¦ctor fue uno de ellos.
Su asesinato, el 6 de octubre de 1991, es el primer crimen de una transexual por el mero hecho del serlo del que se tiene informaci¨®n y constancia en Espa?a. Fue tambi¨¦n el primer asesinato que investigaron los Mossos y supuso un punto de inflexi¨®n en el modo de tratar las agresiones relacionadas con el odio y la discriminaci¨®n, que en Catalu?a ha culminado con una fiscal¨ªa especializada en tratar este tipo de violencia.
La llamada de H¨¦ctor, hecha desde su casa, cuando no estaban sus padres, fue la clave para estrechar el c¨ªrculo. La polic¨ªa tard¨® cuatro meses y una semana en detener a siete j¨®venes. Seis de ellos fueron condenados. El grupo de rapados y amantes de las esv¨¢sticas inici¨® ese 6 de octubre de hace dos d¨¦cadas una ruta con el prop¨®sito de "tocar el tambor": liarse a patadas con la cabeza de alguien, seg¨²n dijeron a la polic¨ªa.
Empezaron a las 17.30 a tomar cervezas en el bar Barrig¨®n, en el barrio del Born. De ah¨ª, al Pop-Bar. Y de este al pub SQ. Unos dijeron que ya iban borrachos cuando se colaron en el parque por un agujero de la verja. Otros, lo negaron. Caminaron hasta la glorieta de los M¨²sicos, una zona frecuentada por homosexuales y transexuales, y fue all¨ª cuando el grupo "propuso tocar el tambor". Eran cerca de las tres de la madrugada. Los "bultos" que atizaron ten¨ªan "aspecto travesti", declar¨® uno de ellos a los mossos.
"Ninguno neg¨® los hechos", cuenta Molinero, que recuerda con absoluta claridad "el nivel de desaf¨ªo, beligerancia, prepotencia y chuler¨ªa" de aquellos asesinos confesos. Uno de ellos explic¨® que "sinti¨® un fuerte dolor en el dedo gordo del pie" cuando llevaba unos "15 o 30 segundos golpeando indistintamente a las dos personas que hab¨ªa all¨ª". A pesar de la punta de hierro de las botas, el agresor se rompi¨® una u?a. Dori, tambi¨¦n transexual que dorm¨ªa junto a Sonia en la glorieta, sobrevivi¨® a la paliza. Luego, los seis skins fueron a por Miguel, un indigente que estaba cerca. A causa de los golpes, el hombre perdi¨® el ¨²nico ojo del que conservaba la visi¨®n y se qued¨® ciego. Tras la cacer¨ªa, los neonazis visitaron un cuarto bar, el Vis a Vis.
En la prensa, se hablaba del asesinato de un transexual negro. "Fue tal la paliza que le dieron que era todo moratones", explica el magistrado Jos¨¦ Joaqu¨ªn P¨¦rez Beneyto que instruy¨® el caso y encarg¨® a los mossos que lo investigasen. El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa estaba "volcado en el antiterrorismo de ETA; esa era su obsesi¨®n y no hac¨ªa tanto del atentado de Hipercor [1987]", recuerda.
El 11 de marzo, el equipo de Molinero -siete agentes- detuvo a los asesinos de Sonia. En el registro de las casas de Pere Alsina Llinares, David Parlad¨¦ Vald¨¦s, H¨¦ctor e Isaac L¨®pez Frutos, Andr¨¦s Pascual Prieto y Oliver S¨¢nchez Riera hallaron fanzines neonazis, pu?os americanos, bates de b¨¦isbol y carn¨¦s de los Boixos Nois. El juez les conden¨® en total a 333 a?os de c¨¢rcel. Menos dos, el resto est¨¢ en libertad.
"Fue la primera vez que un tema de homofobia y transfobia se trataba en serio", cuenta Eugeni Rodr¨ªguez, del Frente de Liberaci¨®n Gay de Catalu?a. Para la abogada que llev¨® la acusaci¨®n popular, Mar¨ªa Jos¨¦ Varela, supuso "un momento emocionante" porque "los gays y transexuales luchaban por salir de la invisibilidad".
Desde entonces, Rodr¨ªguez mantiene viva la memoria de Sonia. Explica que huy¨® de su Cuenca natal a los 16 a?os para instalarse en el anonimato de Barcelona. Lleg¨® a actuar en el teatro Arnau del Paralel, pero la suerte le dio la espalda. Dedicada a la prostituci¨®n y sin apenas contacto con su familia, vivi¨® en los ¨²ltimos tiempos en la indigencia.
Su terrible muerte al menos ayud¨® a concienciar sobre los cr¨ªmenes relacionados con el odio. En Catalu?a, los Mossos contabilizan espec¨ªficamente este tipo de denuncias (179 hechos delictivos en 2010, la mayor¨ªa por homofobia). Aunque queda mucho por hacer. "No hay estad¨ªsticas de delitos de odio en Espa?a. Y solo hay un fiscal especializado en Barcelona", lamenta el magistrado P¨¦rez.
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