Por un pu?ado de d¨®lares
Al final, ha triunfado Bush. Cuando solo le quedaban seis semanas como presidente, Bush le ha ganado la partida: tropas estadounidenses y nav¨ªos de guerra repletos de misiles se instalar¨¢n en tierra espa?ola. Rota ser¨¢ la sede naval del escudo antimisiles. Zapatero ha sido derrotado.
A cambio, recibir¨¢ un pu?ado de d¨®lares.
Falta que le hacen, ahora que sabemos que el Ministerio de Defensa est¨¢ al borde de la quiebra, con una deuda que superar¨¢ los 30.000 millones de d¨®lares por la compra de sofisticado material de guerra. Unas armas que, en palabras del Secretario de Defensa, Constantino M¨¦ndez (Congreso, octubre de 2010), "no deber¨ªamos haber adquirido, que no vamos a utilizar en escenarios de confrontaci¨®n que no existen y, lo que es m¨¢s grave, con un dinero que no ten¨ªamos entonces ni tenemos ahora".
Por ello, lo que m¨¢s cabrea del inesperado giro militarista del saliente presidente espa?ol es que haya dado la espalda a sus principios, a su partido, a los militantes de su partido, a los simpatizantes de su partido, a una sociedad que una vez crey¨® en ¨¦l: cuando sac¨® las tropas de Irak y paseaba por el mundo con una paloma en la mano.
Derrotado por los mercados, Zapatero ha sido vencido ahora por el fantasma de Bush Jr., aquel odioso presidente que crey¨® que la democracia se pod¨ªa imponer a bombazos.
Da la impresi¨®n de que el presidente era consciente de la traici¨®n que perpetraba cuando, el pasado d¨ªa 5, anunci¨® que entregaba las llaves de Rota para que los yanquis instalen su escudo antimisiles. Por ello, lo que es un acuerdo estrictamente militar y guerrerista, lo present¨® como si fuera un acuerdo comercial.
Zapatero despleg¨® el cat¨¢logo de bondades que llover¨¢n sobre la bah¨ªa rote?a: 60 empleos fijos, 100 temporales, 772 indirectos, 51 millones de euros en gastos de la tropa y 8,4 millones al a?o para los astilleros de San Fernando por el servicio de mantenimiento.
Las calles de Rota volver¨¢n a bullir de nuevo. Como en los viejos tiempos. 1.200 soldados y 100 civiles que, junto con sus esposas e hijos, elevaran la cifra a 3.500 ciudadanos estadounidenses. Todos conf¨ªan en que ir¨¢n soltando d¨®lares entre taxistas y hoteles, como sue?a la alcaldesa Eva Corrales.
?Y todo ese man¨¢ verdedolar, a cambio de qu¨¦?
A cambio de colocar a Rota como objetivo prioritario para los (muchos) enemigos, presentes y futuros, de la primera potencia mundial. El viejo sue?o de Ronald Reagan, recuperado por Bush hijo, y materializado con algunos apa?os por Obama -?qui¨¦n lo iba a decir!- se har¨¢ realidad. Occidente se arma contra Oriente. Dicen que para defendernos de futuros misiles que lanzar¨¢n desde los lejan¨ªsimos Corea y Ir¨¢n.
Lo peor, con todo, han sido las formas utilizadas por Zapatero. La negociaci¨®n con Estados Unidos, a lo largo de nueve meses, ha sido secreta. Solo inform¨® a ¨²ltima hora al l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, que obviamente aplaude el acuerdo. Igual que hizo con la reforma constitucional.
?Y los efectos colaterales? Mortales. Cuando los socialistas parec¨ªan levantar cabeza ante la agresi¨®n de los nuevos barones populares a los servicios p¨²blicos, cuando docenas de miles de docentes y sanitarios se echan a la calle y calientan a la congelada izquierda, Zapatero reaviva el sentimiento antimilitarista de su gente abraz¨¢ndose a los marines yanquis.
El candidato Rubalcaba ha dicho, con la boca chica, que fue informado por el presidente. Por su alto concepto de la fidelidad al partido, oculta su desagrado ante los dos misiles lanzados en las ¨²ltimas semanas por quien fuera su jefe: la reforma constitucional y la cesi¨®n de Rota. Lo que nos obliga a pensar que quien verdaderamente necesita de un escudo antimisiles es Rubalcaba. Para defenderse del fuego amigo.
?Bush debe de estar descojon¨¢ndose de la risa!
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