La milicia que controla un pa¨ªs
El grupo integrista de Al Shabab, ligado a Al Qaeda, domina tres cuartos de Somalia y frena la llegada de la ayuda
Se llaman Al Shabab, esto es, La Juventud. Y no en vano, muchos de los alrededor de 7.000 hombres que ahora militan en las filas de la milicia islamista radical que est¨¢ detr¨¢s del secuestro de las dos cooperantes espa?olas son j¨®venes arrancados de los campos de refugiados que atestan la frontera entre Somalia, Kenia y Etiop¨ªa, como reconocen trabajadores humanitarios con experiencia en el Cuerno de ?frica. El 7 de agosto y debido a la presi¨®n de las fuerzas de la Uni¨®n Africana atrincheradas en Mogadiscio, el grupo, que controla tres cuartos de Somalia, anunci¨® que se replegaba para rearmarse y llevar a cabo otro tipo de ataques contra la presencia extranjera. Y lo ha hecho. Hace una semana, un cami¨®n bomba caus¨® la muerte a m¨¢s de 70 personas en la capital somal¨ª.
Su actividad se ha ampliado a Kenia desde el pasado septiembre
Pero la amenaza de Al Shabab, grupo que la CIA incluye en su lista de organizaciones terroristas vinculadas a Al Qaeda, ha recorrido, especialmente en septiembre, el camino que separa Somalia de los campamentos de Dadaab, en Kenia. La alerta salt¨® el 19 de septiembre con el secuestro a¨²n sin resolver en el campo de Hagadera (uno de los cuatro que dividen Dadaab) del conductor de un veh¨ªculo de la ONG Care International. Tres d¨ªas antes, la polic¨ªa de Kenia inform¨® de que ten¨ªa indicios de que Al Shabab quer¨ªa atacar a personal extranjero de las ONG desplazadas a la zona. Y Naciones Unidas, a trav¨¦s de su agencia para los refugiados, tom¨® cartas en el asunto difundiendo una nota entre los cooperantes para que extremaran la precauci¨®n si viajaban a Dadaab.
Al Shabab, no obstante, no acumula en su historial una lista de secuestros que puedan acercarla al perfil de Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI), la rama magreb¨ª de Al Qaeda. El grupo, que exige la aplicaci¨®n de la shar¨ªa, la interpretaci¨®n m¨¢s rigurosa de la ley isl¨¢mica, y la expulsi¨®n de los extranjeros de Somalia, es heredero de las Cortes Isl¨¢micas expulsadas de Mogadiscio por las fuerzas et¨ªopes en 2007. Desde entonces ha logrado controlar la pr¨¢ctica totalidad del pa¨ªs y han cerrado el acceso a las ONG, salvo excepciones como Cruz Roja, M¨¦dicos sin Fronteras y Acci¨®n contra el hambre, precisamente en la peor sequ¨ªa del pa¨ªs en los ¨²ltimos 20 a?os. Fuera de sus fronteras, Al Shabab, liderada hoy por Ibrahim Haji Jama Mee'aad, dio un paso adelante en la yihad internacional con el atentado en Kampala (Uganda) en julio de 2010 y la muerte de 74 personas.
El foco de la comunidad internacional, sin embargo, est¨¢ ahora en el sur de Somalia. Un informe de la ONU, difundido en agosto, denunci¨® el asesinato en esa zona a manos de Al Shabab de cooperantes humanitarios -desde 2008, 14 empleados del Programa Mundial de Alimentos, PMA-, la quema de comida y material m¨¦dico, y la extorsi¨®n a ONG y agencias internacionales. El reporte cifr¨® en m¨¢s de 70 millones de euros el presupuesto anual que manejan los integristas, llegado, sobre todo, de redes de fidelizaci¨®n en Etiop¨ªa y Kenia.
Es de estos dos pa¨ªses de donde provino la presi¨®n para que Al Shabab dejara en agosto el centro de Mogadiscio unas semanas despu¨¦s de que la ONU aprobase el puente a¨¦reo del PMA desde Nairobi (Kenia) hacia la capital somal¨ª. Los cooperantes consultados coinciden en que la crisis humanitaria de Somalia no terminar¨¢ sin la firma de un acuerdo de cese de las hostilidades con este grupo.
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