El cambio hacia la derecha

Se utiliza la palabra cambio como un talism¨¢n. Todos pretenden poseer la facultad de producirlo sin decir c¨®mo. Tienen la pretensi¨®n de que, al nombrarlo, cada cual borrar¨¢ de su experiencia los malos tiempos presentes, abriendo una perspectiva de futuro feliz. Y el cambio feliz lo encarnan las mismas personas que hoy nos mienten, insultan gravemente a sus rivales, carecen de respeto hacia las personas que gobiernan, utilizan los recursos p¨²blicos en beneficio propio y de sus partidarios, amigos y parientes, niegan la evidencia del deterioro de los servicios p¨²blicos en beneficio de la competencia privada, desviando fondos y cre¨¢ndoles condiciones de negocio que se sostienen gracias a ese trasvase, que empobrece a la poblaci¨®n m¨¢s necesitada, ya sean viudas de Castilla-La Mancha, escolares de Madrid o Valencia, enfermos de Catalu?a, dependientes de Canarias y Madrid.

?Qu¨¦ cambio se puede esperar de quien recorta los derechos y sueldos ajenos y multiplica los propios, de quienes ponen la salud de los muchos detr¨¢s de su propaganda ideol¨®gica, de quienes no dicen qu¨¦ hacen con el dinero que recaudan, pero dejan de pagar la factura a las farmacias y piensan ya recortar la asistencia a los parados?

Es el cambio de la crisis financiera temporal al terror permanente, de la humillaci¨®n de la mayor parte de la poblaci¨®n al inter¨¦s de los enriquecidos, que esparcen la insolidaridad y el miedo como sistema de dominio, para crear un pa¨ªs de competidores, no de ciudadanos, para dar lugar a una Espa?a rica poblada de espa?oles pobres, atrapados entre la necesidad y la polic¨ªa.