Una voz directa que apenas tembl¨®
Carca?o sorte¨® con soltura el interrogatorio del fiscal y los letrados
Miguel Carca?o se enfrent¨® ayer a la tragedia con soltura. Desliz¨® un tono correcto de cordero degollado, en ocasiones inaudible y con cierta reverencia al tribunal. Su voz era directa y apenas tembl¨® durante las dos horas y media de testimonio. Hablaba y entre l¨ªneas se le adivinaba una disculpa. Pero no por haber cometido un crimen que ya hab¨ªa confesado, sino con expresiones de un estudiante que ha copiado en un examen y detalla las razones que le han llevado a infringir las normas. Una explicaci¨®n sopesada de por qu¨¦ un descuido desemboc¨® en siniestro. "Me asust¨¦", dijo.
El acusado, cuyos gestos solo pudieron percibir el tribunal y las partes, eligi¨® ayer el trayecto m¨¢s directo a la libertad con un relato que le aproxima a la condena por homicidio, una soluci¨®n que podr¨ªa suponerle poco m¨¢s de una d¨¦cada entre rejas. Este relato tiene una ventaja obvia para el resto de acusados: no mancha a su hermano ni a la novia de este, y solo roza a Samuel como encubridor del delito, ya que El Cuco fue absuelto por el crimen. En 12 ocasiones repiti¨® "no lo recuerdo". Pero su declaraci¨®n fue consistente y apenas alberg¨® dobleces respecto a su ¨²ltima versi¨®n en sede judicial. "Estoy nervioso", aleg¨® en una ocasi¨®n.
De la c¨¢rcel Carca?o lleg¨® al juicio con la lecci¨®n aprendida. Apenas se contradijo en un relato coherente y opuesto a la versi¨®n que se?alaba la violaci¨®n y asesinato. Los testigos de esa confesi¨®n de hace dos a?os en el despacho del juez recuerdan la credibilidad que ese d¨ªa destilaban sus palabras, que hoy son el eje central de la acusaci¨®n.
?C¨®mo justific¨® ayer su inventiva para implicar a El Cuco? Carca?o asegur¨® que lo hizo por venganza, porque este hab¨ªa implicado a su hermano en el crimen. Para restarle credibilidad, utiliz¨® la argucia de que en la c¨¢rcel tom¨® hero¨ªna el d¨ªa antes de aquella declaraci¨®n. Fue a preguntas del abogado de su hermano, lo que evidenci¨® una estrategia consensuada por ambas defensas.
Carca?o manejaba "tres o cuatro m¨®viles", tomaba pastillas relajantes y organizaba fiestas "cada fin de semana". En la sesi¨®n de ayer quiso retratarse como un joven normal, a pesar de que desgran¨® la convivencia junto a su novia de solo 15 a?os en una casa de Camas en la que viv¨ªa una familia de siete miembros.
En la declaraci¨®n el imputado desvel¨® sus carencias expresivas, herencia de una escasa educaci¨®n en un ambiente desestructurado. "Me desas¨ª [en vez de deshice] de la navaja", afirm¨®. Asimismo, a preguntas de un letrado denot¨® que desconoce el significado de "exculpar", al explicar por qu¨¦ utiliz¨® un doble rasero respecto a El Cuco y Ben¨ªtez. El informe psiqui¨¢trico de Carca?o aclar¨® que no padece ning¨²n trastorno mental.
Indiscrecciones, las justas, pero muy medidas y todas beneficiosas para su exculpaci¨®n: "Marta quer¨ªa reanudar la relaci¨®n (...) Ella quer¨ªa que lo dejara con la chica de entonces" "Nos ve¨ªamos normalmente hasta que conoc¨ª a mi pareja". "Mi hermano y Marta no ten¨ªan mucho feeling".
A excepci¨®n del fiscal, Carca?o se enfrent¨® a tibios interrogatorios. Ning¨²n abogado incidi¨® en sus esquivas respuestas de falta de memoria.
Pese a su rocosa declaraci¨®n, las grietas del ¨²ltimo testimonio de Carca?o son gruesas al compararlo con su cruda versi¨®n de la doble violaci¨®n y el asesinato. Al margen de la credibilidad que destila este relato, ayer se enfrent¨® a la grabaci¨®n con la reconstrucci¨®n de hechos que hizo frente al juez. En las pr¨®ximas sesiones la polic¨ªa desgranar¨¢ evidencias cient¨ªficas que casan con el relato asumido por la fiscal¨ªa. Y otras pruebas, como la declaraci¨®n de un vecino que le sorprendi¨® en el pasillo de su vivienda con una silla de ruedas. Pero no a las 21.15 como ayer dijo Carca?o, sino a las 1.30 de la madrugada.
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