Elena Asins o la belleza del algoritmo
Puede que sea verdad el proverbio de que nadie es profeta en su tierra. Desde luego, lo es en el caso de Elena Asins (Madrid, 1940). De toda su generaci¨®n ha sido una de las ¨²ltimas en obtener el reconocimiento p¨²blico que merece por su carrera temprana, coherente, constante, polifac¨¦tica; por su trabajo serio, desligado de las modas, si bien tal vez por este mismo motivo siempre innovador, destilando una inusitada contemporaneidad, una elegancia rara, de esas que pocas veces sobreviven inc¨®lumes al paso del tiempo.
Ahora -seguro que demasiados a?os despu¨¦s de lo que hubiera sido deseable- Elena Asins, a la que el Reina Sof¨ªa dedica una retrospectiva hasta el 31 de octubre, es profeta en su tierra y recibe, por fin, un galard¨®n a su carrera, el Nacional de Artes Pl¨¢sticas, que a estas alturas, imagino, no sorprende a nadie. A algunos no nos hac¨ªa falta este premio para valorar su trabajo desde hace tanto, m¨¢s de 20 a?os, cuando en unas primeras investigaciones sobre poes¨ªa experimental en los a?os sesenta en Espa?a el nombre de Asins resplandec¨ªa entre los mejores de su generaci¨®n.
De hecho, si hubiera que buscar un principio para el relato de esta artista refinada que ha trabajado en numerosos medios -desde el dibujo a la escultura, pasando por la poes¨ªa concreta o el v¨ªdeo-, ser¨ªa preciso volver al Madrid aburrido y oprimido de finales de los sesenta, un momento en el cual en medio de la oscuridad resplandec¨ªa el Centro de C¨¢lculo de la Universidad Complutense de Madrid. Un grupo de j¨®venes investigadores y resistentes vanguardistas trataba de cambiar el mundo de trav¨¦s de algo que en ese momento era todav¨ªa un sue?o: la computaci¨®n. All¨ª, mejor que en ning¨²n otro lugar, pod¨ªan acercarse a la t¨¦cnica y experimentar con nov¨ªsimos materiales, soportes y un arte generativo. Las principales actividades se realizaron en los ¨²ltimos a?os sesenta y primeros setenta y culminaron con una exposici¨®n del Goethe Institut. En el Centro de C¨¢lculo era posible encontrar cierto asilo pol¨ªtico para plantear cuestiones que la censura y la ignorancia no permit¨ªan en los lugares oficiales. Precisamente en 1969 se publicaba Ordenadores en el Arte. Generaci¨®n autom¨¢tica de formas pl¨¢sticas, en la que participaba Elena Asins y sus trabajos pr¨®ximos a cierto geometrismo y hasta al concretismo. Desde ese momento en adelante, compaginando su vida retirada con estancias en prestigiosos centros de investigaci¨®n como la Universidad de Columbia, Asins seguir¨ªa trabajando a partir de esas premisas, siendo una pionera en el arte por ordenador dentro y fuera de Espa?a, si se tiene en cuenta la fecha temprana en la cual empieza a trabajar con el medio.
Ahora, visto aquel experimento, recordada Asins en la profundidad de sus propuestas, queda patente la necesidad de volver a escribir una historia del arte espa?ol de la cual se han negado algunos de los momentos y los artistas m¨¢s deslumbrantes, los que dejan claro que incluso en peque?os reductos, en medio de una situaci¨®n a menudo semiclandestina, hubo entre nosotros intentos potent¨ªsimos de cambiar la realidad y adelantarse al tiempo. Con este premio se rescata tambi¨¦n cierta parte negada de esa historia.
Babelia
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