Mi velo s¨ª entra en clase

A la chica le brillan los ojos. Lleva su hiyab (pa?uelo isl¨¢mico) y lo podr¨¢ seguir portando en clase. El velo de color blanco que rodea el ¨®valo de su rostro ya no es un problema para acceder al instituto Enrique Tierno Galv¨¢n (Usera). "Al principio me dijeron que iban a cambiarme de centro", cuenta la alumna que tiene 14 a?os, estudia 2? de Educaci¨®n Secundaria Obligatoria y planea convertirse alg¨²n d¨ªa en maestra de ingl¨¦s.

La menor, con una sonrisa casi fija en el rostro, paseaba el lunes por la mezquita de la M-30 de la mano de su padre. "Nos ten¨ªan que dar la raz¨®n, mi hija no es una delincuente", explica el padre, Mohamed A., un celador nacido en Ceuta hace 44 a?os. Est¨¢ "muy agradecido" con el equipo directivo del centro, que convoc¨® el jueves un consejo escolar (en el que tambi¨¦n participan profesores y padres) y permiti¨® que la joven siga sus clases con el hiyab, despu¨¦s de ser expulsada de un examen en septiembre por acudir con la prenda puesta. "Me dejaron empezar a hacerlo, pero luego me echaron", recuerda la menor. El profesor que controlaba la prueba sospech¨® de que usara el velo "de la noche a la ma?ana" coincidiendo con un examen. Pens¨® que pod¨ªa ocultar un dispositivo para copiar, informa Europa Press.

La menor, de 14 a?os, fue expulsada de un examen por llevar el pa?uelo

Despu¨¦s del control de matem¨¢ticas que a¨²n no ha recuperado, la chica sigui¨® yendo al centro cada d¨ªa con su pa?uelo puesto, a la espera de que el instituto tomara una decisi¨®n. "El centro no ha cedido ante un capricho de una musulmana, sino que ha actuado con arreglo a derecho. Nadie puede ver este caso como una cesi¨®n. Y, desde luego, ninguna comunidad musulmana debe presentarlo como una victoria del islam", valora Iv¨¢n Jim¨¦nez Aybar, abogado de la familia y especialista en este tipo de casos.

El reglamento del centro incluye un art¨ªculo que impide "la utilizaci¨®n en el interior de los espacios de gorras, pa?uelos u otras indumentarias que dificulten la identificaci¨®n de los alumnos", seg¨²n recoge el informe que el abogado realiz¨® para fundamentar este caso. Jim¨¦nez Aybar argumenta que los profesores se tienen que remitir a lo que establece el Ministerio de Interior, que permite portar hiyab en las fotograf¨ªas de documentos oficiales siempre que dejen al descubierto los rasgos identificativos, que quedaron establecidos desde nacimiento de pelo hasta el ment¨®n. No permitir que la chica lleve el pa?uelo en clase, "supondr¨ªa atentar contra la dignidad de la menor", argumenta el letrado y profesor de derecho eclesi¨¢stico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.

El consejo escolar del Tierno Galv¨¢n aprob¨® que la joven contin¨²e las clases con el compromiso de retirarse el velo de los o¨ªdos en los ex¨¢menes. El centro no descarta cambiar su reglamento interno en relaci¨®n con el pr¨®ximo curso, seg¨²n una fuente del instituto consultada por la agencia Efe. "La directora nos ha dicho que mi hija tendr¨¢ todo su apoyo y que no habr¨¢ represalias", explica Mohamed, al que el centro convoc¨® el lunes con su abogado. "Lo importante es que mi ni?a va a estudiar s¨ª o s¨ª".

La menor se coloc¨® por primera vez el hiyab el pasado mes de agosto. Lo hizo mucho antes que sus primas, que el lunes la acompa?aron en la mezquita para celebrar la decisi¨®n del instituto. Todas ellas optaron por el pa?uelo isl¨¢mico ya de adultas. De hecho, la madre de la menor, F¨¢tima, no lo lleva. Es ama de casa. "Cuando le cont¨¦ mi decisi¨®n, no me cre¨ªa. Pens¨® que me lo quitar¨ªa en unos d¨ªas", recuerda la estudiante, que asegura que no habr¨ªa hecho caso a su padre si le hubiera pedido que se lo retirase. "Soy adolescente, lo que me digan que no lleve lo voy a llevar". Mohamed se r¨ªe del desparpajo de la chica: "Yo me enter¨¦ de su decisi¨®n el mismo d¨ªa que se lo puso por primera vez".

Su hiyab blanco perfectamente colocado sobre la coleta es solo uno de los m¨²ltiples que tiene la chica. Se recuerda "muy coqueta sobre todo con el pelo". Antes de cubrirse el cabello llevaba tambi¨¦n faldas cortas y ropa ajustada. "Me siento muy c¨®moda con ¨¦l, me gusta pon¨¦rmelo", asegura. Comparte clase con otras alumnas musulmanas, pero es la primera del centro que lleva hiyab. "Gracias a lo que ha ocurrido ninguna de mis amigas tendr¨¢ problemas cuando decida pon¨¦rselo". Sonr¨ªe de nuevo.