La intoxicaci¨®n de una clienta abre la guerra en la agricultura ecol¨®gica
Parte del sector acusa a un pay¨¦s hist¨®rico de usar pesticidas - La Generalitat investiga el caso - La mujer sufre sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple
El ingreso hospitalario de una mujer que sufre sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple, tras haber ingerido fruta con etiqueta ecol¨®gica, dispar¨® las sospechas sobre uno de los agricultores pioneros y con mejor reputaci¨®n en este tipo de cultivo, que ahora est¨¢ siendo investigado por la Generalitat. Los productos de Alexis Inglada, considerado un l¨ªder en la producci¨®n ecol¨®gica catalana, han abierto una guerra de denuncias an¨®nimas y desconfianzas en el sector que ha llegado al Consejo Catal¨¢n de la Producci¨®n de Agricultura Ecol¨®gica (CCPAE).
Este ¨®rgano tutelado por el Gobierno catal¨¢n, que audita y certifica los productos agroalimentarios, realiz¨® la semana pasada una inspecci¨®n sorpresa para analizar los productos de Inglada y determinar si se han empleado insecticidas y fungicidas prohibidos en el cultivo de frutas y hortalizas que luego se venden con el sello de ecol¨®gicas. "Estoy pendiente de los resultados del CCPAE, no conf¨ªo en los an¨¢lisis que hagan los dem¨¢s", afirm¨® Inglada a este diario.
"Vinieron a mi casa de malas maneras", se defiende el pay¨¦s
El sector sostiene que ha realizado sus propias anal¨ªticas en el laboratorio Applus de Lleida y que ha denunciado el caso para mantener "el buen nombre de los productores ecol¨®gicos", seg¨²n denuncia en un comunicado que, sin embargo, no est¨¢ firmado, hecho que muestra los recelos que imperan en el sector. "En los an¨¢lisis de las frutas de Inglada, ocho de diez muestras han dado positivo por toxicidad", detall¨® a este diario mostrando los resultados uno de los agricultores (que pidi¨® el anonimato) que denunciaron a Inglada ante la Generalitat, confirmaron fuentes gubernamentales.
Los niveles de productos qu¨ªmicos entran dentro de lo tolerable seg¨²n la normativa espa?ola para frutas cultivadas de forma no ecol¨®gica, por lo que no suponen un riesgo sanitario m¨¢s all¨¢ de un fraude al consumidor, dispuesto a pagar un poco m¨¢s por productos ecol¨®gicos.
La Generalitat lamenta la guerra abierta entre productores ecol¨®gicos, pero mantiene la cautela a la espera de los resultados oficiales, porque "los an¨¢lisis realizados en Applus carecen de oficialidad", destacaron. Las anal¨ªticas del CCPAE podr¨ªan implicar sanciones econ¨®micas o la retirada de la etiqueta ecol¨®gica si revelan irregularidades.
Los recelos en el sector aparecieron en 2009, cuando una mujer que padece sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple requiri¨® atenci¨®n m¨¦dica tras comer productos certificados por la CCPAE. Esta es una enfermedad que provoca espasmos y otros s¨ªntomas tras una exposici¨®n a niveles muy bajos de sustancias t¨®xicas, normalmente tolerados por la poblaci¨®n. El caso empez¨® a sembrar discordia por la f¨¢cil trazabilidad del producto: eran frutas adquiridas a Inglada en la finca que este posee en Bold¨² (Urgell).
Alexis Inglada no es un pay¨¦s cualquiera: se erigi¨® en l¨ªder de la oposici¨®n a los productos transg¨¦nicos en Catalu?a en 2009, cuando reuni¨® m¨¢s de 105.000 firmas en una iniciativa legislativa popular para reclamar al Parlament que tramitara una ley contra este tipo de cultivos, que consider¨® no ecol¨®gicos. "Despu¨¦s de lo del Parlament, Alexis es un productor con gran relevancia en el sector, criticarlo es como andar sobre brasas. Muy pocos se atreven a denunciar dando su nombre", ilustr¨® Miquel P¨¦rez, pay¨¦s veterano, antiguo comprador de las frutas ahora bajo sospecha y de los pocos que no reclaman que se oculte su nombre para abordar el asunto. "Cualquier anal¨ªtica de un fruto ecol¨®gico puede dar positivo por toxicidad, por m¨²ltiples factores", explic¨®. "Pero Alexis ha rechazado dar explicaciones y no ha dejado de esconderse. En el mundillo de los payeses ya no se habla de otra cosa, es un esc¨¢ndalo", relat¨® P¨¦rez.
Inglada representaba hasta ahora una especie de emblema para los defensores de la agricultura ecol¨®gica: con apenas 30 a?os y pr¨¢cticamente partiendo de la nada, en 2008 empez¨® a fraguar la ¨²nica iniciativa seria contra los transg¨¦nicos que ha habido en Catalu?a. "Empezamos un grupo de menos de 10 personas", record¨® tras el fracaso de la iniciativa en el Parlament. Inglada se erigi¨® en portavoz de la iniciativa y su capacidad oratoria ante los parlamentarios le impuls¨® como un l¨ªder en el entorno de la agricultura ecol¨®gica, que absorbi¨® desde el ¨¢mbito familiar: su padre, Joan Inglada, es el presidente de la entidad Slow Food Lleida, que defiende salvaguardar las t¨¦cnicas de cultivo y la agricultura tradicional.
La ruptura con una figura tan emblem¨¢tica se materializ¨® hace apenas tres semanas. A finales de septiembre, un colectivo de productores exclientes del agricultor emiti¨® un comunicado que se ha enviado a la mayor¨ªa de los agricultores y ha atizado el sector como un rel¨¢mpago. La nota denuncia los hechos y expone que una comisi¨®n de payeses
visit¨® a Inglada el pasado 20 de septiembre para esclarecer los motivos de la toxicidad hallada en sus productos. "Recibimos explicaciones contradictorias, no se nos permiti¨® ver los campos ni tomar muestras del almac¨¦n y de las c¨¢maras", se?ala la nota. "Desde entonces, se paraliz¨® la comercializaci¨®n con este productor", a?ade. "Vinieron a mi casa de malas maneras diciendo que vendo fruta contaminada. Sus an¨¢lisis solo tiene el valor de la difamaci¨®n", se defiende Inglada.
Hace dos semanas, los afectados convocaron una en¨¦sima reuni¨®n con Inglada, a la que el pay¨¦s rechaz¨® asistir. Solo se?al¨® en un primer momento que la contaminaci¨®n hallada en sus frutas -b¨¢sicamente insecticidas t¨ªpicos que pueden hallarse en cualquier fruta cultivada de forma no ecol¨®gica- se debi¨® a una confusi¨®n de cajas ocurrida en la c¨¢mara frigor¨ªfica. "Es una posibilidad descartada por la cantidad y diversidad de muestras analizadas", se?ala el comunicado. "Debemos asumir nuestra responsabilidad y recuperar la dignidad de la agroecolog¨ªa", concluye.
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