El PP coloc¨® en una filial de Bankia a la esposa de un consejero de Aguirre

Mayte Jim¨¦nez, la esposa de Salvador Victoria, el consejero de Asuntos Sociales del Gobierno de Esperanza Aguirre, es miembro del Consejo de Administraci¨®n de una filial de Caja Madrid, pese a que ni su experiencia laboral ni su formaci¨®n acad¨¦mica justifican su presencia en el mismo. Los consejeros de este ¨®rgano se re¨²nen unas cuatro veces al a?o y cobran 1.800 euros brutos al mes en concepto de dietas.

Jim¨¦nez fue nombrada consejera de Caja Madrid Pensiones, empresa participada por Bankia, el 9 de junio de 2009. En ese entonces, Victoria era secretario del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. En el curr¨ªculo adjunto al nombramiento, tras ser colocada por el PP, se detalla que Jim¨¦nez, de 43 a?os, es desde 2008 "adjunta a la direcci¨®n" de una escuela infantil de Las Rozas. Con anterioridad trabaj¨® como secretaria del gerente de una multinacional sueca y como responsable del departamento comercial de otras dos empresas de ese mismo sector. Su primer empleo fue el de secretaria de una comercializadora de maquinaria industrial.

Los datos acad¨¦micos tampoco justifican que haya sido nombrada consejera en una empresa participada por una caja ni demuestran que haya tenido alguna formaci¨®n en una rama tan espec¨ªfica como es la de las pensiones. Jim¨¦nez dice en su curr¨ªculo que es dise?adora, acab¨® COU, no tiene titulaci¨®n universitaria y posee un nivel medio en ingl¨¦s. Una portavoz de Salvador Victoria se?al¨® que el consejero no quiere valorar esta informaci¨®n al entender que se trata de un asunto relativo "al ¨¢mbito familiar".

Jim¨¦nez coincide en el Consejo con Nieves Alarc¨®n Castellanos, la esposa del secretario general del PP madrile?o, Francisco Granados, en el cargo desde 2008. Este asunto ya trascendi¨® cuando Granados hizo p¨²blicos sus bienes a ra¨ªz de conocerse que una promotora inmobiliaria constru¨ªa una mansi¨®n en Valdemoro por encargo del consejero. El entorno de Granados contin¨²a justificando la presencia de Alarc¨®n en el Consejo aludiendo a que es economista y profesora universitaria. Ambos nombramientos se produjeron cuando Miguel Blesa era presidente de Caja Madrid. El de Jim¨¦nez coincide con la batalla interna en el PP por el control de la caja, que al final recay¨® sobre Rodrigo Rato. La opci¨®n del exministro prevaleci¨® sobre la de Aguirre, que quer¨ªa en el cargo a Ignacio Gonz¨¢lez, su mano derecha.

Un exmiembro de una filial de Caja Madrid explica que el cargo que ostenta Jim¨¦nez te¨®ricamente lo deben ocupar expertos en la materia, profesionales de prestigio, que con sus ideas y propuestas aporten un valor a?adido. En la pr¨¢ctica, el peso de los Consejos a los que asisti¨® esta fuente recay¨® sobre los t¨¦cnicos. Los partidos suelen utilizar este tipo de comisiones para colocar a personas cercanas. La Ley de Cajas de Ahorros se modific¨® para frenar este tipo de pr¨¢cticas poco ¨¦ticas.

Responsables de PSOE e IU, por su parte, evitaron realizar una valoraci¨®n sobre esta informaci¨®n antes de su publicaci¨®n.

Salvador Victoria compatibiliza su cargo de consejero con la presidencia del comit¨¦ jur¨ªdico del PP. Victoria pos¨® el 11 de octubre para los fot¨®grafos con una denuncia por un supuesto fraude de tres asociaciones que venden en sus sedes las camisetas verdes, s¨ªmbolo de la protesta por los recortes educativos de Esperanza Aguirre. La presidenta dijo en la Asamblea de Madrid que la venta de la prenda "es un negociazo". La consejera de Educaci¨®n, Luc¨ªa Figar, a?adi¨®: "Lo que no saben los profesores que compran las camisetas es que hay algunos forr¨¢ndose". Esa fue la estrategia con la que el PP intent¨® frenar el eco medi¨¢tico y social por la protesta de los rectores. Miles de personas se echaron a la calle como muestra de descontento. Victoria, uno de los nuevos rostros de la pol¨ªtica madrile?a tras las elecciones del 22-M, se erigi¨® entonces como la persona que iba a velar para que esta supuesta "trama" favorecida pagase impuestos. Su idea era que las asociaciones no recibieran m¨¢s subvenciones, su principal fuente de ingresos. Los sindicatos y las asociaciones denunciadas interpretaron este movimiento como una muestra de "matonismo pol¨ªtico", una "cortina de humo".