Su voto cambiar¨¢ Madrid
El 20-N modificar¨¢ el escenario pol¨ªtico de la Comunidad. El PP se instala en la inquietud por el futuro de Aguirre. La posible salida de Gallard¨®n dibuja otro escenario en el Ayuntamiento. G¨®mez coge impulso en una hipot¨¦tica debacle
La convocatoria electoral del pr¨®ximo 20 de noviembre tambi¨¦n se juega en Madrid. Los principales actores pol¨ªticos de la regi¨®n perciben como una partida de ajedrez la cita con las urnas, cuya campa?a electoral comienza el pr¨®ximo martes. El resultado de las votaciones afectar¨¢ a las piezas que los partidos han dispuesto sobre el tablero madrile?o.
El alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, figura en todas las quinielas como ministrable. Un movimiento que situar¨ªa a la concejal Ana Botella, esposa del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, como primera alcaldesa de la capital. Esperanza Aguirre, notoria en sus cr¨ªticas a Mariano Rajoy tras la derrota del PP hace cuatro a?os, tendr¨¢ que levantar el brazo del l¨ªder de su partido en la balconada de G¨¦nova. La presidenta madrile?a deber¨¢ afrontar un final de ciclo pol¨ªtico en el PP regional. Mientras, el socialista Tom¨¢s G¨®mez sigue rumiando sus posibilidades de tener m¨¢s peso org¨¢nico en el PSOE tras la previsible debacle de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que se aline¨® con su rival en las primarias, Trinidad Jim¨¦nez, y con quien no tiene particular sinton¨ªa. G¨®mez observa un futuro despejado para sus intereses en el PSOE.
- La inquietud se instala en el entorno de Aguirre. La euforia est¨¢ desatada en el PP nacional. Pero entre los populares madrile?os ese sentimiento se mezcla con una creciente preocupaci¨®n. La posible victoria de Mariano Rajoy en las pr¨®ximas elecciones del 20-N y el futuro incierto de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, inquieta al PP regional. El partido afronta en Madrid el final de un ciclo pol¨ªtico en el que la sombra del l¨ªder gallego se cierne sobre la omnipresencia de Aguirre.
Antes de verano el pensamiento general entre la docena de consejeros, diputados y altos cargos populares de Madrid consultados era que la presidenta no terminar¨ªa la legislatura. Incluso en Sol, sede del Gobierno regional, callaban prudentes admitiendo esa posibilidad. La jefa del Ejecutivo regional hab¨ªa sido intervenida de un c¨¢ncer de mama y daba muestras de cansancio personal y pol¨ªtico. Ahora esas dudas parecen haberse disipado. Aguirre ha regresado pero no es la misma. Seg¨²n un estrecho colaborador, se toma las cosas con m¨¢s calma. Su agenda ha menguado. Dedica m¨¢s tiempo a su familia. Acostumbra a tomarse un respiro en cuanto puede. Algunos d¨ªas se escapa a jugar al golf a mediod¨ªa y pasa m¨¢s tiempo con su familia. Pero sigue siendo la reina sobre el tablero de Madrid.
La mayor¨ªa en su partido concede que Aguirre agotar¨¢ la legislatura, salvo imprevisto. Pero tambi¨¦n consideran que este ser¨¢ su ¨²ltimo mandato al frente de la Comunidad de Madrid. "Parece claro que tres legislaturas son suficientes", afirma un veterano diputado popular. Arrec¨ªan los rumores sobre su futuro: desde embajadora, ministra o candidata al Ayuntamiento de Madrid para relevar a Ana Botella en 2015. "Los planes de ingenier¨ªa pol¨ªtica raramente se cumplen. Y su futuro lo decidir¨¢ ella", advierte un destacado miembro del PP regional, que admite que su paso por la Comunidad de Madrid est¨¢ llegando a su fin.
Muchos explican esta situaci¨®n por una conjunci¨®n de factores. Pero sobre todo se?alan: "El entorno de Rajoy no ha olvidado que ella se opuso a su reelecci¨®n en el congreso del partido en Valencia, en 2008". Es lo que piensa un miembro del Gobierno regional. Hay inquietud. Y un cierto temor a que el presidente del PP pase factura por una oposici¨®n que no concluy¨® en la capital valenciana.
Desde hace tiempo Aguirre se ha convertido en un verso suelto en el partido. ?ltimamente ha acentuado ese car¨¢cter: se ha desmarcado de la postura oficial de su partido respecto a ETA, dando cobijo al sector m¨¢s duro. Ha reclamado, en contra de la opini¨®n de la direcci¨®n nacional, la devoluci¨®n de las competencias de Justicia, plantea medidas para la liberalizaci¨®n comercial que incomoda a los peque?os empresarios o ha provocado un conflicto social en educaci¨®n. En G¨¦nova, sede del PP nacional, apuntan cada uno de estos desplantes, como el que organiz¨® hace unos d¨ªas durante la presentaci¨®n de la candidatura del PP de Madrid encabezada por Rajoy y Gallard¨®n. Ella logr¨® llevarse los flashes al denunciar, en un aparte del mismo acto, el asalto a su vivienda.
"Hay un cambio de ciclo. Los cargos del partido ya miran hacia donde est¨¢ el poder. Es cierto que tienen un contrato pol¨ªtico con Aguirre pero concluye en 2015. Ya piensan qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s", reflexiona un miembro del Gobierno regional. Por primera vez desde hace a?os se comienza a escuchar c¨®mo importantes dirigentes del PP regional hacen c¨¢balas sobre su futuro sin Aguirre. Alcaldes, diputados y altos cargos del Gobierno regional y del PP comienzan a mirar con m¨¢s inter¨¦s a G¨¦nova. "No es lo mismo ser el presidente del partido cuando se est¨¢ en la oposici¨®n que en el Gobierno. Rajoy ahora tiene mucha autoridad", admite un miembro de la direcci¨®n regional. "Los que siempre se arriman al que da mejor sombra se est¨¢n empezando a mover", revela otro dirigente del PP. Prueba de esa p¨¦rdida paulatina de influencia del aguirrismo en el PP fue la elaboraci¨®n de la candidatura madrile?a para las elecciones del 20-N. El peso de Aguirre entre los 2o primeros candidatos de la lista del PP en Madrid es testimonial. Algunos alcaldes del PP en la regi¨®n comienzan a mostrarse descontentos. La fidelidad a la presidenta cada vez es m¨¢s delgada. Y en este escenario se comienza a hablar de la sucesi¨®n de la lideresa. El nombre de Ignacio Gonz¨¢lez, vicepresidente regional, suena con fuerza. Pero tiene peligrosos enemigos en G¨¦nova. Muchos tambi¨¦n observan la fulgurante proyecci¨®n de la consejera de Educaci¨®n, Luc¨ªa Figar, aunque el conflicto educativo ha hecho mella en sus aspiraciones. Todas estas c¨¢balas son s¨ªntoma del estado actual del partido. Hace dos a?os nadie en el PP regional imaginaba un Madrid sin Aguirre.
- El 20-N galvaniza el Ayuntamiento. El 20 de noviembre es una fecha ilusionante para casi cualquiera al que se le pregunte en el Ayuntamiento de Madrid, probablemente porque la mayor¨ªa tiene mucho que ganar y, pese al temor natural que provoca la incertidumbre, cada uno a su manera sospecha que saldr¨¢ ganando. Y, adem¨¢s, tampoco tienen mucho que perder. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, acaricia su largamente deseado esca?o, y sonr¨ªe como el gato de Cheshire -personaje de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas- cuando se le pregunta si, en caso de que el PP gane las elecciones generales, entrar¨¢ en el Gobierno de Mariano Rajoy, tal y como aseguran propios y extra?os, desde el gacetillero m¨¢s modesto hasta altos cargos de su partido guarecidos en el anonimato. Gallard¨®n es, en realidad, otro gato, el de Schr?dinger: es imposible saber si es alcalde o ministro (dos cargos, por lo dem¨¢s, incompatibles).
En caso de dar el salto, su puesto lo heredar¨ªa Ana Botella, ahora delegada de Medio Ambiente y Movilidad, como n¨²mero dos en la lista en las pasadas elecciones municipales. Ella tampoco suelta prenda y asegura que no hace planes a m¨¢s de dos semanas vista. Pero si es alcaldesa, lo ser¨¢ por gusto, no por obligaci¨®n, puesto que podr¨ªa renunciar a aceptar el puesto, en cuyo caso le tocar¨ªa al siguiente en el escalaf¨®n, el vicealcalde, Manuel Cobo. O, si este tampoco quisiera, a la n¨²mero cuatro, Concepci¨®n Dancausa... Etc¨¦tera.
Aunque el tiempo va disipando las dudas. El propio Cobo dijo el pasado jueves: "No tenemos ninguna duda de que [si Gallard¨®n se marchara] la alcaldesa ser¨ªa Ana Botella porque es la que mejor lo har¨ªa de todos nosotros". Menos capacidad de decisi¨®n tiene el actual equipo de gobierno de Gallard¨®n, cuya continuidad depender¨¢ de la voluntad de la nueva alcaldesa (sobran las quinielas pol¨ªticas al albur de afinidades personales) y de la suya propia (alguno baraja la posibilidad de volver a su puesto de funcionario o tentarse en la empresa privada). Y, claro, del futuro del regidor, puesto que mucho se especula tambi¨¦n con que pueda llevarse consigo (como ya hizo en su paso de la presidencia regional a la alcald¨ªa en 2003) a parte de su equipo de confianza. O conseguirle un puesto aseado en la Administraci¨®n central (secretario de Estado, delegado de Gobierno, etc¨¦tera). En esta posici¨®n se encuentra el propio Cobo o el concejal responsable de Hacienda, Juan Bravo.
Ser¨¢, en cualquier caso, un cambio bienvenido para un equipo, alcalde incluido, herido por la melancol¨ªa de llevar demasiado tiempo haciendo lo mismo. Y lo ser¨¢ tambi¨¦n para la oposici¨®n. El PSM juguetea con la posibilidad de que Jaime Lissavetzky pueda birlar la alcald¨ªa a Botella, a la que perciben m¨¢s d¨¦bil electoralmente que Gallard¨®n (no son los ¨²nicos: tambi¨¦n hay quien lo teme en el PP nacional). Y tanto IU como UPyD cobrar¨ªan una relevancia de la que ahora carecen si tan solo el PP perdiera, merced a esa supuesta fragilidad, la mayor¨ªa absoluta.
- G¨®mez emerge con la crisis. Aunque a Tom¨¢s G¨®mez, secretario general de los socialistas madrile?os, le cueste admitirlo, un p¨¦simo resultado de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba en las elecciones del 20-N no le viene mal. El candidato socialista se enfrent¨® con dureza al exalcalde de Parla durante las primarias de hace un a?o. Muchos en el partido consideraban entonces que si Rubalcaba y Jos¨¦ Blanco, vicesecretario general del PSOE, obten¨ªan un digno resultado en los comicios pondr¨ªan en marcha un proceso para cobrarse la cabeza de G¨®mez. Pero las encuestas, que tanta importancia han tenido en la trayectoria del l¨ªder del PSM, se est¨¢n encargando de desmontar esa posibilidad. La fortaleza de G¨®mez aumenta mientras disminuye la del aparato de Ferraz. Apenas le queda oposici¨®n interna en Madrid. Y el l¨ªder madrile?o est¨¢ dispuesto a jugar sus cartas en el pr¨®ximo congreso del PSOE. Quiere m¨¢s presencia org¨¢nica. Est¨¢ por ver c¨®mo se traduce eso.
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