En busca de la paridad perfecta
En Suecia, casi la mitad de los directores, productores y guionistas son mujeres - Reflejar lo femenino en la pantalla se ha convertido para ellas en un objetivo
La sinceridad es buena... para casi todo. Y lo es sin duda para las mujeres cineastas suecas que han acogido con entusiasmo la primera reflexi¨®n de la nueva responsable del Instituto Sueco de Cine -Svenska Filminstitutet (SFI)-, Anna Serner. "Me encanta el poder", dijo directa Serner en su primer encuentro con la industria cinematogr¨¢fica de su pa¨ªs. "Es un excelente comienzo. Si ese poder que tanto ejercen los hombres lo colamos por nuestros corazones y lo convertimos en algo m¨¢s humano conseguiremos el sue?o de contar historias para todos". La actriz sueca Maria Lundqvist, una de las grandes int¨¦rpretes en su pa¨ªs y protagonista de The quiet game, sabe que el poder hay que gan¨¢rselo, pero tambi¨¦n la confianza para llevar adelante los proyectos en los que uno cree y as¨ª trasladar a la gran pantalla historias contadas por mujeres. Lundqvist forma parte de una delegaci¨®n de cineastas suecos, mujeres en su gran mayor¨ªa, que han viajado hasta Valladolid: en la Seminci han presentado sus t¨ªtulos m¨¢s recientes y han participado en un encuentro de coproducci¨®n Espa?a-Suecia. Decisi¨®n y fortaleza unen a estas productoras, actrices, guionistas y realizadoras. Las cifras son apabullantes, pero, con todo, ellas no se conforman y est¨¢n decididas a seguir plantando batalla. Seg¨²n datos del SFI, en 2010 un 43% de los directores, un 52% de los productores y un 45% de los guionistas eran mujeres. Pero ellas se quejan porque esta media de participaci¨®n femenina desciende y bastante cuando se trata de acometer largometrajes de ficci¨®n -31% directoras y 44% productoras-. "Sin menospreciar para nada los documentales, a los que yo me dedico, y el de los cortometrajes, debemos de luchar por estar presentes en la ficci¨®n", asegura la productora Stina Gardell.
"Es una cuesti¨®n de democracia y no de feminismo", dice la productora C. Bjork
Un acuerdo entre la industria pone cuotas m¨ªnimas del 40%
A¨²n queda un largo camino por recorrer y tienen claro que ellas van a por el trofeo m¨¢s codiciado: el dinero. "Ah¨ª es donde est¨¢n las verdaderas decisiones y ese dinero de momento lo siguen manejando en su mayor¨ªa los hombres", asegura la combativa actriz Malin Advidsson, la ¨²nica morena del grupo. "Los hombres controlan los presupuestos y eligen los proyectos que cuentan su propia visi¨®n del mundo. La mayor¨ªa del p¨²blico que acude a los cines es femenino y tiene todo el derecho democr¨¢tico a verse reflejado en las pantallas. Es una cuesti¨®n de democracia y no de feminismo", a?ade la productora Clara Bjork. En Espa?a, seg¨²n un estudio del Ministerio de Igualdad, de 871 pel¨ªculas producidas entre 2000 y 2006 solo 65, el 7,3%, fueron dirigidas por mujeres.
No hay en Suecia una ley que obligue a estas cuotas, ni incentivos de ayudas p¨²blicas para que haya mujeres en los proyectos. Ha sido el acuerdo entre el SFI, un organismo independiente de los poderes p¨²blicos, y los sectores de la industria por el que la presencia de hombres y mujeres tiene que ser como m¨ªnimo de un 40% en todas las producciones, sin especificar el sexo, lo que ha llevado a estas cifras. El acuerdo, firmado por tres a?os, se renov¨® en 2009 y ahora est¨¢n pendientes de una nueva firma, en la que tendr¨¢ gran protagonismo la nueva responsable del SFI, que se ha comprometido a alcanzar el 50%. El dato ha generado un gran debate en Suecia, seg¨²n advierte el director en funciones del organismo, Beng Toll, que ha viajado con la delegaci¨®n de su pa¨ªs a Valladolid. No hay unanimidad en c¨®mo llegar a ese 50%. Anna Server, dice Gardell, est¨¢ dispuesta a batallarlo para conseguir la obligatoriedad legislativa, pero otra mujer, la ministra de Cultura, Lena Adelsohn Liljeruth, muy reacia a la implantaci¨®n de cuotas, le va a poner todos los impedimentos posibles.
Adem¨¢s de esa presencia femenina, el SFI ha sabido agarrarse al ¨¦xito de la trilog¨ªa Millennium, basada en la obra de Stieg Larsson, para exportar su cine con fuerza. "De repente se forma una gran ola que permite tambi¨¦n otro tipo de pel¨ªculas y seguir en la estela de esa espuma", aclara la realizadora G?rel Crona, jurado en la Seminci, en la que tambi¨¦n ha presentado su primer largometraje, The quiet game.
En el recuerdo quedan las im¨¢genes de las suecas en biquini por Espa?a enamorando a los ansiosos espa?oles, seg¨²n relata divertida Stina Gardell. "Ahora nuestra pel¨ªcula es otra y bien diferente".
Babelia
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