Imb¨¦ciles en las elecciones
"Todo el mundo es imb¨¦cil en tiempo de elecciones", le dice C. J. Cregg, secretaria de prensa de la Casa Blanca, a Charlie Young.
El joven asistente personal del presidente le contesta: "No, se les trata como imb¨¦ciles en tiempo de elecciones".
Perm¨ªtanme una segunda cita en poco tiempo a El ala oeste de la Casa Blanca, una de las series de televisi¨®n que con mayor rigor -y amenidad- ha retratado las interioridades del templo del poder por antonomasia: la residencia del presidente de los Estados Unidos. Es una mina.
A poco m¨¢s de dos semanas de las elecciones del 20-N, algunos creen, con C. J., que el personal es imb¨¦cil. Por ejemplo, el PP y su l¨ªder m¨¢ximo, Mariano Rajoy.
Despu¨¦s de a?os de indefinici¨®n, de navegar entre dos aguas, el PP alumbr¨® su programa electoral: 214 p¨¢ginas de prosa farragosa con "lo que Espa?a necesita".
El texto se mueve entre la inconcreci¨®n y la ambig¨¹edad calculada. A pesar de todo, la filosof¨ªa que respira el programa en su vertiente econ¨®mica est¨¢ clara: vuelta al liberalismo trasnochado, a las privatizaciones (?para los compa?eros de pupitre?), a las bajadas de impuestos a quienes m¨¢s tienen, a las subvenciones a los empresarios (?ya est¨¢ bien del rollo de los emprendedores!) y a la eliminaci¨®n de los derechos de los trabajadores. Una filosof¨ªa id¨¦ntica a la de 1996, cuando Aznar gan¨® las elecciones, como ha recordado euf¨®rico Javier Arenas.
El resumen lo ha hecho acertadamente el candidato socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba: Rajoy bajar¨¢ los impuestos a los ricos y bajar¨¢ los salarios a los trabajadores. Porque, en el fondo, esto significa la sustituci¨®n de la negociaci¨®n colectiva por los acuerdos entre empresarios y trabajadores.
Las cuentas, sin embargo, no cuadran. Rajoy sostiene que mantendr¨¢ el gasto sanitario, educativo y social. Pero con una bajada de los impuestos, por tanto de los ingresos del Estado, y la necesidad de ahorrar m¨¢s de 30.000 millones de euros, para cumplir con el tope de d¨¦ficit en 2012, ?de d¨®nde piensa sacar el dinero para pagar las pol¨ªticas sociales? Como dir¨ªa Obama, se trata de matem¨¢ticas. Este es pues un presupuesto enga?oso, que no podr¨¢ cumplir. Rajoy cree que los electores son imb¨¦ciles. El fracaso escolar puede ser alto, pero la inmensa mayor¨ªa de los espa?oles sabe sumar. Y comparar.
Porque ya tenemos antecedentes de c¨®mo se las gasta el PP cuando alcanza el poder. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha. Dolores de Cospedal gan¨® las elecciones en mayo con la promesa de bajar impuestos y mantener las pol¨ªticas sociales. Ambas las ha incumplido. No ha bajado impuestos y s¨ª ha recortado las pol¨ªticas sociales: ha despedido a m¨¢s de mil profesores, ha dejado de pagar a las farmacias, dependientes y residencias de mayores. En algunas poblaciones (Chill¨®n y Torralba) est¨¢n a punto de despedir al personal y poner de patitas en la calle a docenas de ancianos. Lo ¨²ltimo: ha paralizado la construcci¨®n de un hospital en Toledo que evitar¨ªa que muchos castellanomanchegos tuvieran que desplazarse fuera de su comunidad para recibir determinadas atenciones m¨¦dicas.
En la otra orilla, la del PSOE, al fin sus dirigentes han vuelto a las esencias de la socialdemocracia. Tanto P¨¦rez Rubalcaba en su programa electoral, como el presidente Jos¨¦ Gri?¨¢n en los Presupuestos que acaba de presentar en el Parlamento, han elegido la otra v¨ªa para salir de la crisis: el est¨ªmulo a la econom¨ªa para crear empleo, que es el principal problema. Para ello, subir¨¢n impuestos a la banca, a las grandes fortunas y a los grandes salarios. As¨ª, Gri?¨¢n podr¨¢ aumentar el gasto en educaci¨®n (2,5%) o en igualdad y pol¨ªticas sociales (4%) y mantendr¨¢ la sanidad al mismo nivel actual, sin recortes.
Como el ciudadano no es imb¨¦cil, sabr¨¢ sacar sus propias conclusiones.
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