Congreso grande o peque?o
La Constituci¨®n establece un tama?o del Congreso que oscila entre un m¨ªnimo de 300 y un m¨¢ximo de 400 diputados. Desde las primeras elecciones de 1977, ese n¨²mero ha quedado fijado en 350. ?Son muchos o pocos para representar a los ciudadanos espa?oles? Los dos principales partidos han ofrecido respuestas contradictorias y cambiantes. Con intensidades distintas predican ahora su reforma, pero hasta hace bien poco la han impedido sistem¨¢ticamente. En esta misma legislatura, una comisi¨®n del Congreso ha considerado la posibilidad de reformar algunos de los elementos del sistema electoral contenidos en la LOREG, la ley org¨¢nica que los regula. Pero hace menos de un a?o el PSOE y el PP vetaron todas las propuestas para modificarlos. Ni el tama?o del Congreso, ni la f¨®rmula electoral, ni la magnitud de las circunscripciones, ni las asignaciones de esca?os m¨ªnimos por provincia fueron modificados: la continuidad de la LOREG fue aprobada por el 97% del Congreso.
Ahora, al filo de la campa?a electoral, tanto el PSOE como el PP han realizado nuevas propuestas. Alfredo P¨¦rez Rubalcaba se ha inclinado en el programa electoral de su partido por un sistema que se acerque al alem¨¢n y en todo caso por el desbloqueo de las listas electorales al Congreso. De forma m¨¢s sorprendente, Mariano Rajoy abogaba en la Convenci¨®n Nacional del PP, celebrada en M¨¢laga hace unas semanas, por reducir en 50 esca?os el tama?o del Congreso; a los pocos d¨ªas, el portavoz del PP, Esteban Gonz¨¢lez Pons, la justificaba porque "sobran pol¨ªticos". Pero en el programa electoral del partido nada se dice sobre esta ocurrencia. Solo se afirma que "fortaleceremos el v¨ªnculo que une a representantes con representados", un objetivo ret¨®rico que podr¨ªa justificarse mediante esa reducci¨®n o alcanzarse por muchas otras medidas. (La ¨²nica otra referencia en el programa conservador a la reforma del sistema electoral se propone cambiar el municipal para "respetar la voluntad mayoritaria de los vecinos", otra declaraci¨®n vac¨ªa cuya intenci¨®n oculta quiz¨¢ sea la de impedir las coaliciones gubernamentales por partidos distintos del PP.)
En ambos casos, estas propuestas se deben naturalmente a la influencia del movimiento de los indignados del 15-M. Pero parecen moverse en direcciones opuestas. La iniciativa del PSOE responde a las peticiones para incrementar la representatividad del Congreso, lo que en cualquiera de las posibilidades exigir¨ªa ampliar su tama?o; y la propuesta del PP, de concretarse en esa l¨ªnea, estar¨ªa buscando aumentar todav¨ªa m¨¢s la desproporcionalidad de nuestro sistema electoral.
?Importan estos cambios? A la hora de dise?ar (o reformar) el sistema electoral de un pa¨ªs, los pol¨ªticos se enfrentan a la disyuntiva fundamental de contener la fragmentaci¨®n partidista y procurar por lo tanto una cierta estabilidad gubernamental (como en el Reino Unido), o mejorar la representaci¨®n parlamentaria de los distintos intereses presentes en la sociedad a cambio de aumentar el n¨²mero de partidos y contar con gobiernos de coalici¨®n (como en Holanda). Dise?ado tras la muerte de Franco por algunos notables de la UCD, el sistema electoral espa?ol ha conseguido un ¨¦xito indudable en materia de gobiernos estables, que est¨¢n entre los m¨¢s duraderos de las democracias existentes. En contrapartida, la combinaci¨®n de circunscripciones de magnitud baja, de la f¨®rmula D'Hondt y de la desviaci¨®n en el prorrateo han supuesto la aparici¨®n de niveles elevados de desproporcionalidad en la atribuci¨®n de esca?os, con la consiguiente infrarrepresentaci¨®n de los partidos minoritarios de ¨¢mbito nacional.
De llevarse a cabo, la propuesta del PP podr¨ªa reducir a¨²n m¨¢s la representatividad del Congreso a costa de aumentar la sobrerrepresentaci¨®n del partido ganador. La idea de recortar el n¨²mero de esca?os, y propiciar as¨ª una hipot¨¦tica mayor conexi¨®n de los electores con sus diputados, viene inspirada por una concepci¨®n de la pol¨ªtica que cree de justicia limitar el pluralismo si con ello se ahorran unos miles de euros al bolsillo del contribuyente. En tiempos de crisis, esta propuesta parece adem¨¢s sintonizar un tanto demag¨®gicamente con las opiniones de unos ciudadanos azotados por el paro y la recesi¨®n econ¨®mica. Pero no deja de causar estupefacci¨®n que esta idea surja precisamente en la legislatura en que con mayor fuerza se han hecho sentir las voces que reclamaban un sistema electoral m¨¢s proporcional. Es cuando menos dudoso que, incluso en el nivel de las meras propuestas, sea ¨¦sa la reforma que necesita un pa¨ªs con diez millones de habitantes m¨¢s y quiz¨¢s la misma pluralidad de opiniones que hace tres d¨¦cadas.
Jos¨¦ Ram¨®n Montero, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la UAM, y Pedro Riera, investigador en el EUI, Florencia, son autores de un informe al Consejo de Estado sobre la reforma de la LOREG.
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